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El barón de Arizona (1950)

El barón de Arizona
97 min.
6,6
242
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Disponible en:
Suscripción
Escena (INGLÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
Sinopsis
Basada en las aventuras de James Addison Reavis (Vincent Price), uno de los estafadores más ambiciosos e inteligentes del siglo XIX, que llegó a elaborar un plan para quedarse con el territorio de Arizona. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Western Biográfico Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Baron of Arizona
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
3
Una rareza de Fuller
Una historia verídica que se podia haber echo mas interesante contada de otra manera, la película se queda en la indefinición mas absoluta, no acaba de ser un western ,pero tampoco un melodrama y quizás un thriller, con un Vincent Price descolocado y un Fuller sin su fuerza y ambigüedad moral habitual (la historia daba para ello) la fabula moral, con final feliz del malvado que se redime es francamente mejorable.
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6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La gran estafa
La (breve) historia de Estados Unidos está plagada de estafadores, mangantes y vendedores de humo. Sin ir más lejos, el último de la serie, hasta ahora, se llama Donald Trump, un charlatán inculto y grosero que ha logrado embaucar a decenas de millones de patanes con sus rumbas twiteras. Pero existen otras aves de rapiña tan asombrosas como el millonario neoyorkino.
James Addison Reavis, el Barón, es uno de los grandes nombres en la historia de la pesca de merluzos. Este individuo se arrogó la propiedad del territorio de Arizona, para lo cual no dudó en ir a España para ingresar en un convento, con el fin de falsificar unos títulos de propiedad con la misma tinta y papel que los utilizados por los monjes. Casado con la presunta heredera de los presuntos títulos, desafió a Estados Unidos y se autoproclamó barón de Arizona. Un megalómano, por supuesto. un auténtico desquiciado. Acabó en la cárcel, por supuesto. Esperemos que Donald siga su mismo camino.
Todo esto lo cuenta Samuel Fuller en su segunda película como director y guionista. Utiliza un estilo periodístico, ágil y entrecortado, que liquida en hora y media una historia que se prolonga durante décadas. Aún no había encontrado su propia voz, pero surgen destellos de vez en cuando, como en las escenas del intento de linchamiento o el amago de juicio del truhán. Cuenta con la colaboración inapreciable de Vincent Price, untuosamente maligno como en sus mejores momentos, atildado y siniestro, una de sus más regias composiciones fuera del cine de terror. La nota bufa es que un tipo nacido en Moscú (Vladimir Sokoloff) encarne a un mexicano, pero el cine estadounidense ya nos tiene acostumbrados a estos embolados. Hay que mencionar también la elegante fotografía en blanco y negro de James Wong Howe, uno de los grandes entre los grandes.
Son los balbuceos de un autor que luego se erigiría como un referente del cine negro y el cine bélico. Hay que ver El barón de Arizona como la muestra de un talento que empezaba a emerger.
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5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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