Rodman: para lo bueno y para lo malo (TV) (2019)

Para los aficionados al deporte, y más concretamente el baloncesto, este documental es bastante recomendable que no solo descubrirá quien fue y quien es 'el gusano' Dennis Rodman, sino que, incluso, le dará que pensar.

Y es que Rodman no solo fue uno de los mejores jugadores de la NBA en los finales de los 80 y buena parte de los 90, sino que fuera de la cancha daba bastante que hablar por sus excentricidades. Este documental no busca lo fácil que sería hablar de cuando Rodman se tintaba el pelo como quien se cambia de ropa interior o de cuando se vistió de novia (que lo hace); sino que es un retrato de una persona en guerra consigo mismo, buscando hacer lo correcto de las formas más llamativas (como cuando fue a Corea del Norte) o de su alta sensibilidad en ciertos temas como sus hijas sin dejar de dar el cante allá donde caminaba.

La historia de este gran jugador es repugnante y fascinante a la vez, una contradicción que pocas veces se ve y aquí se retrata a la perfección con entrevistas y dramatizaciones de la categoría de un canal como ESPN. Un aprendizaje de baloncesto y de la vida.

Otro excelente documental con la firma de ESPN sobre uno de los personajes más controvertidos del deporte profesional de finales del Siglo XX. Dennis Rodman está considerado como uno de los mejores reboteadores, si no el mejor, de la Historia de la NBA. Su intensidad defensiva, pocas veces igualada, y su talento para estar en el lugar adecuado con el timing perfecto para cazar cualquier balón escupido por el aro le convirtieron en pieza clave de dos legendarios equipos campeones, Detroit y Chicago, y le reservaron un lugar en el Olimpo de la NBA: el Salón de la Fama al que sólo accede la superélite del baloncesto. Un honor que, tras completar el visionado de la película, dudo que el Rodman niño llegase jamás siquiera a soñar con lograrlo.

La película, montada a base de imágenes de archivo de Dennis Rodman dentro y fuera de las pistas, cuenta además con unos fragmentos dramatizados, sobrios pero excelentemente rodados, que completan algunos episodios más privados de su vida. La biografía de Rodman es la de un tipo hipersensible y desubicado, con graves carencias afectivas en su entorno tanto familiar como social que le marcarían decisivamente durante su etapa juvenil, forjando en él un carácter introvertido que tornaría en explosivo y extravagante al alcanzar el estrellato profesional. El proceso de madurez instantánea que le proporcionó el mundo adulto, cínico y superprofesionalizado de la NBA hizo del chaval tímido que se transformaba en un felino en pista en sus primeros años en Detroit, un jugador excéntrico y desconcertante, cuya intensidad y agresividad le llevó a arrebatos de violencia en más de una ocasión. El clásico ejemplo de jugador amado por los seguidores de su equipo y odiado por el resto del mundo.

Apenas jugó dos All-Star, el partido de las estrellas de la NBA donde la participación está condicionada en primer lugar por la popularidad de los jugadores, y en segundo término por decisión de la propia dirección de la competición, siempre reacia a cualquier controversia generada por personalidades estrafalarias como las de Rodman. De todas formas, sus siete títulos consecutivos como mejor reboteador de la NBA y sus cinco anillos de campeón, a parte de otros logros individuales, hablan por sí solos de su importancia sobre la pista a lo largo de su carrera.

Pero la película no se queda exclusivamente en su faceta como atleta, sino que cubre desde su niñez en Dallas hasta su involuntario papel de ¿mediador? en la cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte en 2018, reflejo hasta cierto punto inquietante de cómo se maneja la política exterior al máximo nivel a día de hoy. La historia personal de Rodman cuenta con momentos absolutamente chocantes y contradictorios y que te hacen desde llevarte las manos a la cabeza hasta la más pura reflexión sobre el mundo en que vivimos.

Muy recomendable incluso para aquellos espectadores sin demasiado interés por el baloncesto.