arrow

La promesa (2013)

La promesa
95 min.
5,1
888
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Trailer (INGLÉS con subítulos en francés)
Ver 3 más
Sinopsis
Alemania, 1912, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Un joven licenciado de origen humilde se convierte en secretario y persona de confianza de un rico empresario del acero. El joven visita con frecuencia la casa de su jefe y allí conoce a su esposa, una mujer bella y reservada mucho más joven que su marido. Entre ellos surgirá una relación pasional tan secreta como platónica, pues él no se atreve a revelar sus sentimientos por temor a perder su trabajo. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico Años 1910-1919
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Une promesse (A Promise)
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Stefan Zweig
Links
Premios
2013: Festival de Venecia: Sección oficial largometrajes (fuera de concurso)
2013: Festival de Gijón: Nominada a Mejor película.
7
Pasión epistolar
¿Os he confesado alguna vez que amo a Rebecca Hall? Tal vez por su extraordinario parecido con una querida ex amiga... que me dejó colgado como un fuet sin previo aviso ni explicación..., pero ésa es otra historia. Rebecca es una actriz extraordinaria, debo deciros. La promesa es la adaptación de una novela de Stefan Zweig, cuya biografía, El mundo de ayer, debería ser de lectura obligatoria en colegios e institutos. Trata sobre la pasión amorosa entre una mujer y el protegido de su marido, una separación de seis o siete años, y el reencuentro definitivo. Es curiosa la escasa puntuación que recibe esta meritoria cinta tanto en FA como en IMDB. De esta última no me extraña, porque la mayoría estadounidense siempre hace añicos el buen cine, pero de FA me escama más. Ya sé que hablamos de un amor platónico, no consumado, y que esas cosas parecen raras hoy en día. Es como si las generaciones más jóvenes sólo pudieran imaginar las relaciones amorosas entre enculadas y felaciones (practicas ambas de lo más sano y estimulante), sin pensar en que pueden existir otras variantes. Al igual que en la sublime Carta de una desconocida, obra máxima de Max Ophüls, basada también en una novela de Sweig, los amantes, ella en Alemania, él en México, se comunican mediante largas cartas elegantes y contenidas. La espléndida fotografía de Eduardo Serra nos devuelve a los años del imperio austrohúngaro, a la Alemania anterior a la Primera Guerra Mundial. Es una paleta cromática que plasma con mimo la casa donde viven los protagonistas del drama, el jardín, los alrededores boscosos, a los acordes de una banda sonora magistral de Gabriel Yared, uno de los grandes compositores de la actualidad junto con Alexandre Desplat, también francés. Ya he hablado de Rebecca Hall, hermosa, pletórica de sensibilidad, de una sensualidad desaforada aunque no se le vea ni un centímetro de carne. El gran Alan Rickman, tristemente fallecido hace poco, le da la réplica como el marido, una lección de sobriedad y categoría actoral. En cambio, a Richard Madden, conocido por Juego de tronos, le viene grande el papel y se limita a poner cara de pena constantemente. Os pido que le concedáis una oportunidad a esta bonita película de época, narrada sin ruido ni furia, sino con sobriedad y glamour. No os arrepentiréis.
[Leer más +]
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Una película sin alma
La promesa es un drama de época a la vieja usanza. Lo tiene todo para ser una gran historia de amor platónico entre dos personas no correspondidas y situada en los momentos anteriores a la Primera Guerra Mundial, pero lamentablemente se queda en el intento.

Parece que Leconte tiene prisa por empezar a contar el romance puesto que en prácticamente cinco minutos, ya tenemos desarrollado todo el planteamiento. En un suspiro nos muestra el primer día de trabajo de Friedrich y lo eficiente que es en él, la relación que tiene con su jefe y la grave enfermedad que sufre este, que le hará visitar con mucha frecuencia su casa y así conocer a Lotte, su mujer. La superficialidad presente al inicio de la película nos va a acompañar durante todo el metraje.

Ante la imposibilidad que tiene el personaje de Alan Rickman de moverse de la cama, la relación entre ambos jóvenes se volverá más cercana hasta el punto de surgir en ellos el deseo de tener algo más que una amistad. La película en este punto intenta avanzar sutilmente, con delicadeza; mostrándonos los momentos que pasan juntos y casi siempre bajo la mirada escondida del marido, que parece en todo momento consciente de lo que está ocurriendo. También se nos contará muy por encima el pasado de Friedrich y un pequeño romance que tiene con una criada de su antigua apartamento.

Las actuaciones de los personajes son muy contenidas, no intentan dar un paso en falso por miedo a ser descubiertos. Leconte quiere contagiarnos de la desesperación que empieza a aparecer en un romance que está destinado a no surgir, pero provoca el efecto contrario. Se denota una falta de química entre los dos personajes; solo es el de Rickman el que consigue provocar un cierto aire de intriga y pena. Rebecca Hall y Richard Madden son el sinónimo de frialdad; superficiales, planos y con una inexpresividad alarmante. Pero el problema no viene de sus actuaciones, sino de un guión impersonal y sin alma. Se niega a ser más profundo y a hacernos formar parte de la angustia que se vive en el ambiente. Da demasiada importancia a las cosas que se pueden contar en escasos minutos y zanja otras en un abrir y cerrar de ojos y que podrían haber dado mucho juego, como es el caso de la historia de amor con la criada.

Esta falta de complicidad que tenemos, se hace más latente en la parte más dramática de la obra, que corresponde con el viaje que debe hacer Friedrich por motivos de trabajo a México durante dos años. Y si aun no se ha echado más leña al fuego, esto se agravará aun más con el inicio de la primera Guerra Mundial y la imposibilidad de este para volver mientras dure el conflicto. Al final, uno se siente culpable por no sentir lo mismo que Lotte y permanecer indiferente ante todo.

El que aprueba con nota es el portugués Eduardo Serra que dota a la película de una fotografía muy viva. La banda sonora, aunque escasa, cumple con creces. En cuanto a la dirección, está envuelta en el convencionalismo imperante en este tipo de dramas, aunque Leconte se saca de la manga algunos zooms o ciertos movimientos laterales que descolocan a cualquiera y que nadie salvo él sabría responder el motivo de por qué decide usarlos.

La promesa se deja ver pero desde una gran distancia. No se hace pesada pero tampoco nos implicamos con lo que pasa en la pantalla.

https://cinedeautorblog.wordpress.com/2015/10/29/la-promesa-une-promesse/
[Leer más +]
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre La promesa
Fichas más visitadas