- Sinopsis
- Jimmy Corrigan (James Cagney), un tipo sin escrúpulos, tiene una agencia que se dedica a buscar en la prensa diaria gente que ha muerto dejando una herencia que nadie reclama. Su plan consiste en “fabricar” a los herederos adecuados para quedarse él con la herencia. Pero sus perfectos planes acaban torciéndose. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Thriller Comedia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1934 / Estados Unidos
- Título original:
- Jimmy the Gent
- Duración
- 67 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
(B&W)- Compañías
- Links
Vale que seas malo… ¡pero no para toda la vida!
19 de julio de 2011
Ya sé que, de alguna manera, todos somos un poquito malos. Fastidiamos… o se la velamos a alguien para aligerar nuestra propia incompetencia… criticamos con saña… o nos dedicamos cada día (¡qué pobre ocupación!) a ponerle Noes en FA a todo el que piense distinto o pueda sobrepasarnos en la lista de comentarios… y hasta podemos hacer algún dañito físico o moral a alguien que, por cualquier estúpido motivo, nos saque de la ropa.
James Cagney, también venía jugando a ser un chico malo. En filmes como, “The Doorway to Hell”, “The Public Enemy”, “Lady Killer”, y algunas otros, era un desadaptado que ponía en jaque a la justicia y regaba plomo contra todo el que se opusiera a sus intenciones. La imagen que tenía entre la gente era la del malo por dentro… y por fuera del celuloide.
Ahora, en 1933, el talentoso director húngaro, Michael Curtiz, iba a hacer una comedia donde el protagonista era un tipo astuto y sin escrúpulos cuya empresa se dedicaba a indagar sobre herencias que no habían sido reclamadas, y su función non sancta, era la de inventarse a los más creíbles herederos y la más concordable historia… para así quedarse con la bendita herencia. ¿Quién, pues, podría ser más creíble para obtener el rol de, Jimmy Corrigan?
También se necesitaba a una chica atractiva y vivaz, que hiciera de telefonista y que se opusiera con ahínco a las pretensiones del avivato… sobre todo cuando, ahora, aspira a quedarse con la herencia que, legítimamente, pertenece a una humilde dama. Ya, Michael Curtiz creía harto en ella y había impulsado su carrera en dos filmes anteriores. Se llamaba, Bette Davis, una chica todavía bastante simpática, y aún ajena a aquella capacidad de despertar odio acérrimo que la caracterizaría después y que la pondría, creo yo, por encima de lo que pudo hacer el propio Cagney.
<<A LA CAZA DE HEREDEROS>>, resulta, así, una bien actuada y entretenida comedia donde, las artimañas del astuto Corrigan causan más risa que rabia, y donde se bordará un divertido juego de sentimientos que, quizás, entreteja una redención que podría estar en camino.
El filme -que partiera de un guion firmado por, Bertram Millhauser, Laird Doyle y Ray Nazarro-, es ágil, bien dosificado con algunas escenas inteligentemente resueltas, y al final, uno siente que estar ante, Cagney y la Davis, es siempre un gusto al que vale la pena dedicarle tiempo.
James Cagney, también venía jugando a ser un chico malo. En filmes como, “The Doorway to Hell”, “The Public Enemy”, “Lady Killer”, y algunas otros, era un desadaptado que ponía en jaque a la justicia y regaba plomo contra todo el que se opusiera a sus intenciones. La imagen que tenía entre la gente era la del malo por dentro… y por fuera del celuloide.
Ahora, en 1933, el talentoso director húngaro, Michael Curtiz, iba a hacer una comedia donde el protagonista era un tipo astuto y sin escrúpulos cuya empresa se dedicaba a indagar sobre herencias que no habían sido reclamadas, y su función non sancta, era la de inventarse a los más creíbles herederos y la más concordable historia… para así quedarse con la bendita herencia. ¿Quién, pues, podría ser más creíble para obtener el rol de, Jimmy Corrigan?
También se necesitaba a una chica atractiva y vivaz, que hiciera de telefonista y que se opusiera con ahínco a las pretensiones del avivato… sobre todo cuando, ahora, aspira a quedarse con la herencia que, legítimamente, pertenece a una humilde dama. Ya, Michael Curtiz creía harto en ella y había impulsado su carrera en dos filmes anteriores. Se llamaba, Bette Davis, una chica todavía bastante simpática, y aún ajena a aquella capacidad de despertar odio acérrimo que la caracterizaría después y que la pondría, creo yo, por encima de lo que pudo hacer el propio Cagney.
<<A LA CAZA DE HEREDEROS>>, resulta, así, una bien actuada y entretenida comedia donde, las artimañas del astuto Corrigan causan más risa que rabia, y donde se bordará un divertido juego de sentimientos que, quizás, entreteja una redención que podría estar en camino.
El filme -que partiera de un guion firmado por, Bertram Millhauser, Laird Doyle y Ray Nazarro-, es ágil, bien dosificado con algunas escenas inteligentemente resueltas, y al final, uno siente que estar ante, Cagney y la Davis, es siempre un gusto al que vale la pena dedicarle tiempo.
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