Profesor eróticus (1981)

Para salir del paso sin complicaciones y aprovechando el tirón del destape, L.M. Delgado dirige una película bastante roma, insulsa y de humor descentrado y algo rancio.
A base de fuerza de voluntad consigue escenas de cierto sentido cómico pero al largometraje le falta trabazón argumental, cohesión, uniformidad de ritmo y por eso tiende a mostrar demasiadas flaquezas.
Historia de enredo deslavazada, inconexa, que apenas cuaja y con demasiados momentos ociosos.

Hay que reconocerle el deseo de agradar pero su mediocridad sólo es capaz de resultar interesante para el espectador si éste decide jugar a favor de corriente y dejarse entretener.

La película es una más del destape, la típica comedia de enredo con escenas de mujeres desnudas (nunca hombres), que en este caso, atienden a escenas absurdas sobre un premio que va a dar un multimillonario.

López Vázquez y Alfredo Landa interpretan papeles de personajes extranjeros y están absolutamente desaprovechados. El protagonista es un inexpresivo Jorge Rivero, que no acaba de consumar su matrimonio con la más elegante de las actrices, su esposa.

Por lo demás, resulta sorprendente el gancho que tuvieron estas películas, de guión simple y sin subvenciones públicas, entre la masa española que se adentraba en la democracia.