Trío heroico (1993)

Ríase de todas las películas de superhéroes.
Ríase de todas sus parodias.
Ríase de todas las películas de artes marciales.
Ríase de todas las cintas de acción de policías.
Ríase de los insufribles “Power Rangers”.
Ríase de “Matrix” » Johnnie To inventó el cutre-bullet time con celofán.
Ríase de la banda sonora de Leonardo Dantés de “El potro se desboca”.
Ríase de los efectos sonoros que pueda haber practicado con su recto.
Ríase de los malos malísimos de todas las películas de la Disney.
Ríase del malo malísimo más pesado de la historia: “Terminator”.
Ríase de un esqueleto comprado en ebay (“The Lost Skeleton of Cadavra”).
Ríase de los finales tipo “Saw” » 3000 planos en cinco segundos.
Ríase CON “Heroic Trio” y en buena compañía.
Ríase CON su video haciendo una ‘performance’ con la canción de Anita Mui.
Ríase, ríase…

Tung, Ching, Chat, su leyenda les precede y se canta a lo largo y ancho de tierras orientales. Las tres heroínas del Este, que salvan al Mundo de los males surgidos de sus profundidades, enterrados durante miles de años...
Ni maldiciones, ni asesinos, ni monstruos pueden derrotarlas.

No importa si en los '90 aún proliferaba esa contaminación ya surgida desde la década anterior con la competencia norteamericana, fue en China donde se seguían realizando las mejores películas de artes marciales, y ni por asomo lograban los occidentales arrebatarles ese don único, máxime con las obras de cineastas de la talla de Benny Chan, Stanley Tong, Tony Liu, Gordon Chan o el mítico Tsui Hark arremolinándose en las mismas fechas. En ese momento dos fuertes personalidades se unen para un proyecto único:
Por un lado Siu-Tung Ching, colaborador del anterior y harto de estar a su sombra y de cumplir sus exigencias en calidad de productor posesivo; por otro un Johnnie To decidido a ocupar su puesto de director de acción de primera fila tras una serie de películas muy enfocadas en la comedia y el melodrama. Ambos con la idea de romper esquemas en el cine de aventuras a partir del tratamiento de Sandy Shaw, quien trabaja regularmente para éste último; o quizás de aprovechar todos y cada uno de los elementos del género para explotarlos al máximo, sin concesiones ni vergüenza. Sea como sea nada nos hace indicar que habríamos de tomarnos "The Heroic Trio" en serio...

Ya desde esa primera secuencia en la que un vendedor subnormal enseña una mansión cochambrosa al matrimonio Tung y Lau, ¡para inmediatamente después saltar éste por la ventana y detener con las enredaderas de la fachada a un ladrón que iba a llevarse su coche! Quien quiera que se lo crea. Lo que se nos está advirtiendo es que en este mundo aparentemente normal van a suceder cosas increíbles, y sólo debemos disfrutar del espectáculo sin hacer preguntas. Esto pasa mucho antes de aparecer una especie de reina milenaria que, al estilo de las brujas de cuento, necesita almas de niños para crear un ejército propio y volver a implantar su reino de terror sobre La Tierra.
Y sobre esta base de pura fantasía se desarrolla la historia. En ella tres son las protagonistas, encarnadas por tres mujeres en el mejor momento de sus carreras: la diosa del "cantopop" Anita Mui es Tung en una combinación estrafalaria de Wonder Woman y Black Rose (versión hongkonesa de Robin Hood que se hizo popular en los '60), cuya doble vida pasa desapercibida por su marido, detective de la policía; Maggie Cheung se viste de cuero y se convierte en Chat, una cazarrecompensas malhablada y sexy que sirve sobre todo para añadir la nota de humor absurdo al trío; por el contrario a Michelle Yeoh le toca el papel más trágico.

Ella es Ching, forzada a servir al Maestro del Mal y entrenada en su mundo desde pequeña; su romance fatal con el diseñador de la capa de invisibilidad que debe usar para raptar a los niños es lo que da algo de interés a este sinsentido de argumento lleno de secundarios de ida y vuelta y situaciones sostenidas sobre escenas de acción. Incluso, pasada la mitad de la película, esto se vuelve más importante que todo el asunto del secuestro, siendo inevitable afirmar que Yeoh sobresale por encima de sus compañeras, con quienes, eso sí, mantiene una química excelente en pantalla (eran buenas amigas en la vida real y eso ayuda).
Pero hay que tener clara una cosa con tal producto. A golpe de kung fu, a un ritmo frenético y con explosiones de fondo se cruzan el imaginario de "Una Historia China de Fantasmas", los cómics de Dark Horse y los del genio Jan-Lung Wong, los clásicos de Shaw Brothers y el "wuxia" fantástico; To y Ching, ejerciendo de coordinador de las escenas de acción, desatan la locura frente a objetivos panorámicos donde el movimiento cruza de un extremo a otro sin darnos un respiro, como sólo en Hong Kong saben hacer. El impacto de los combates se mezcla con mundos de fantasía bajo el suelo de un entorno urbano futurista.

No podemos esperar otra cosa salvo lo inesperado ni estar dispuestos a cruzar dimensiones paralelas sin derretírsenos el cerebro en el proceso, ya que es difícil asimilar todo lo que sucede en la escasa hora y media de metraje. Uno de los mayores impedimentos, además de la (un tanto) caótica estructura narrativa que se inventa Shaw, es ese sello tan característico del cine de acción hongkonés, manía insoportable de sus directores, y más aún en aquellos años: querer ofrecer al público una aventura salpicada de humor rematadamente absurdo, a menudo infantiloide, y quebrar el tono con instantes de violencia salvaje.
Para To no hay término medio, señal de lo mucho que desea destacar entre sus competidores. La comedia tonta, la fantasía y la acción de alto voltaje (que podrían ser disfrutadas por un público menor de edad) de repente se cruzan con una "Categoría III" de desmembramientos varios, sangre salpicando la pantalla, cabezas cortadas, asesinatos de mujeres y animales, incluso canibalismo e infanticidio, y lo peor es que sucede de la forma más impasible; es difícil disfrutar de una secuencia de piruetas y diálogos estúpidos si en la anterior las propias protagonistas (lo cual jamás veríamos en el cine americano) están dispuestas a asesinar a los niños con tal de salvarles...

La mezcla de estilo y tono es del todo aberrante, igual que su narrativa. Lo esencial es intentar dejarse llevar por lo demás: las coreografías, la tan estilizada puesta en escena, los impresionantes efectos especiales, los ingeniosos trucos de cámara y el carisma de las tres heroínas (mostrándose de maravilla cómo primero han de superar sus tragedias personales y rivalidades para unirse y derrotar a los villanos).
Redondean la función ese Anthony Wong de secuaz desquiciado del Maestro del Mal y el potente tema principal, cantado por Mui y convertido en un súperventas. El éxito de "Heroic Trio" fue tal que la secuela sólo tardó unos meses en llegar...