Más allá del silencio (1996)

Esta deliciosa película demuestra que los lazos familiares son más fuertes que cualquier barrera. Incluso una tan agria como la sordera. La historia de Lara está llena de desencuentros, de soledad y de impotencia. Pero en ese camino arduo encuentra el suyo propio. Merece la pena. ¡No os la perdáis!

Lara (interpretada en su infancia por Tatjana Trieb y en su juventud por Sylvie Testud) es hija de padres sordos, por tanto, ella se convierte en un medio de comunicación entre ellos y el mundo que les rodea. Hay momentos donde se aprovecha de la situación, otros donde más bien se ve agobiada por las responsabilidades, como cualquier familia tienen sus altibajos.

El detonante del conflicto principal es cuando recibe de parte de Clarissa (Sibylle Canonica) -una tía de parte del papá- un clarinete de regalo, este instrumento hace que afloren rencillas en el seno de la familia de su papá desde que el era un niño, alrededor de la no aceptación de su condición por parte de sus padres y la falta de tacto en su crianza.

Lara ama el clarinete y tiene talento, su tía la impulsa a que apenas terminando la secundaria se traslade a Berlín para hacer pruebas en un afamado instituto. Dicha propuesta equivale a alcanzar cierta independencia, pero más importante dejar a sus papás de lado por primera vez, con todo y las ayudas que ella les brindaba.

Este es el primer largometraje de ficción para Caroline Link, con la que empezó a labrarse el camino como una de las realizadoras importantes en Alemania, con gran éxito comercial y de crítica, este filme tuvo gran reconocimiento en su momento, incluso alcanzando la nominación a Mejor película en idioma extranjero, premio que alcanzó unos años después con Nirgendwo in Afrika (En un lugar de África, 2001).

El guion de la película fue realizado por la propia directora, junto con Beth Serlin, tiene una primera parte donde la protagonista es una niña, que sirve para contextualizar el papel que tiene con sus padres, así como mostrar los conflictos de la familia de su papá, posteriormente, cuando ella cumple los 18 años, alimentado por dichos problemas, comienzan a aparecer sus conflictos internos.

Jenseits der Stille está muy bien realizada, una obra que tiene el toque idóneo para gustar a la crítica y encantar al público, sencilla y sincera, con altos momentos emocionales y rencillas fuertes, con una resolución un tanto sencilla y precipitada, pero en general la película cumple bastante bien.