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Juego de rol (TV) (1995)

Sinopsis
En Barcelona se dan unos asesinatos sin movil que desconciertan a la policía. Jesús, inspector encargado del caso, visita a su amigo Baldi en la academia de los Mossos d’Esquadra para pedirle ayuda extraoficial. Al coincidir casualmente con unos jóvenes aficionados a los juegos de rol, los dos policías comentan que los asesinatos podrían tener relación con uno de estos juegos. Esta posibilidad estimula a los jóvenes jugadores a investigar por su cuenta. (FILMAFFINITY)
Género
Intriga Telefilm
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Joc de rol
Guion
Música
Fotografía
Compañías
1
Pifia épica
Patético thriller catalán rodado a rebufo del tristemente famoso Crimen del Rol acaecido en Madrid un año antes, en el cual un ciudadano anónimo madrileño fue apuñalado por dos jóvenes sin motivo aparente. Una vez detenidos los culpables, el descubrimiento de que la motivación de los asesinos había sido un juego de rol inventado por ellos mismos puso este tipo de juegos, pese a sus extraordinarias cualidades, en el punto de mira de la opinión pública más impresionable, que los identificó a partir de entonces como actividades para gente marginal y "rarita".

Esta telemovie dirigida por Roberto Bodegas no hay por donde cogerla. Como suele pasar con este tipo de productos dirigidos a televisión, mezcla el didactismo más básico (presenta al público un tema de actualidad, en este caso lo que eran en realidad los juegos de rol) con un argumento hueco donde sobre paja por todas partes. Una serie de asesinatos sin motivo aparente mantienen totalmente desorientado a Jesús Isern (Fermí Reixach, cuyo papel es antipático desde el primer al último minuto), un policía barcelonés muy reputado como detective, pese a que no lo demuestra en ningún momento de la peli. Isern termina pidiendo ayuda a su antiguo amigo Baldi (Abel Folk), un oficial de los Mossos d'Esquadra que, además, le robó a su pareja años atrás. Entre ambos tratan de buscar una lógica a los recientes homicidios.

Accidentalmente ambos policías se verán involucrados en una partida de rol en vivo organizada en un mercado por un grupo de cuatro chavales. Los chavales son detenidos por el desorden montado y llevados a comisaría para ser interrogados. Isern desprecia a los chicos y sus actividades lúdicas, pero Baldi se muestra interesado en los juegos y el universo creativo en el que esos jóvenes se mueven. Las prestaciones del rol empujan a Baldi a creer en la posibilidad de que los crímenes sean parte de una partida de rol en vivo. El líder del grupo, Carles (Lluís Ferrer), niega esa posibilidad a Baldi aunque la comparte secretamente, y propone a sus compañeros de juego la opción de crear una partida de rol con el objetivo de descubrir a los asesinos, buscando en el patrón de comportamiento de los asesinos lo que sería el equivalente a unas reglas de juego y adelantarse así a sus movimientos.

Esta idea, la de la investigación del caso como si de un juego reglado de mesa se tratase, es la más interesante de la película tratándose de un thriller, pero desgraciadamente es la menos explotada. El guión se centra de forma cansina en los problemas personales y sentimentales de Isern, el personaje más anodino y odioso de toda la historia, sumergido en una depresión existencial bastante ridícula. Una subtrama aburridísima que desvía completamente la atención de lo que debía ser el tema principal: la investigación y las características de los juegos de rol.

Técnicamente el film es pedrestre, con los habituales errores de los thrillers de bajo presupuesto hechos aquí desde los 70 ("Puzzle", "Manila", "La noche de la ira", "La semana del asesino"...) como una pésima realización, unos actores que no dan la talla, una chirriante banda sonora, unos diálogos intrascendentes y forzados y un guión acompañado de una puesta en escena literalmente delirante, destacando por encima de todo un final de auténtica traca, con la vergüenza ajena a unos niveles dañinos para el espectador.

La película solo tiene cierto valor para los aficionados a los juegos de mesa y de rol, especialmente barceloneses. En la película puede verse la antigua tienda New Canadian Store, que a principos de los 90 era uno de los referentes principales del mundillo. Y aún más impactante es la presencia en el elenco actoral de un jovencísimo Xavi Garriga, futuro responsable de la editorial de juegos Devir España, en el papel de asesino, con una expresividad propia de parálisis facial.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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