Altitude (2010)

Altitude despertó en mi sentimientos bastante enfrentados. Empecé a verla y realmente no entendía la baja puntuación que tenía. Vale, la cosa no era muy distinta a lo de siempre, adolescentes americanos haciendo cosas inconscientes durante gran parte de la película, pero había algo en ella que me atrapó desde el principio (y no, no me refiero al trepidante principio que parecía más un trailer que otra cosa).

La película, cuando empiezan a aparecer los primeros problemas, se torna interesante. Hay un clima de suspense y un poco de claustrofobia que la rodea que la hacía interesante. La cosa se mantuvo en un buen nivel hasta la hora de producción más o menos, cuando la presencia del monstruo se hace más patente y, lo más grave de todo, se empieza a "resolver" el enigma en torno a esa criatura.

Porque altitude deja caer que la cosa va de un monstruo con mucha sutileza, tanto, que se crea una tensión demasiado grande, sabiendo que en cualquier momento el bicho puede aparecer. Kaare Andrews tiró mucho de la cuerda, y la tensión acumulada se desató en un latigazo que golpeó a la propia película y la hirió de muerte. Tanto es así que en cuanto se descubre todo el pastel hasta las actuaciones y todo el apartado técnico parecen rozar el ridículo, todo debido a una historia muy mal llevada que apuntaba maneras pero fracasó como pocas veces he visto.

Toda una oportunidad desaprovechada que se acaba convirtiendo en un desfile de caras bonitas en una película de adolescentes del género. En cuanto a la historia, podría pasar si se tratara de un capítulo de Cuentos Asombrosos, demasiado poco seria para hacer toda una película.

Jessica Lowndes es, con diferencia, el rostro (catódico) más popular de esta aparatosa serie B. La misma versa sobre el accidentado viaje aéreo que sufren un grupúsculo de insufribles niñatos, viaje que comienza a ir mal cuando se desata una inesperada tormenta eléctrica y empeora todavía más al hacer acto de presencia un terrorífico monstruo.

El cartel de la película es francamente llamativo, pero lo que ésta acaba ofreciendo es bien distinto. No hay acción hasta bien entrado el acto final, los personajes resultan planos e insufribles (uno casi agradece cuando van desapareciendo) y las interpretaciones dejan bastante que desear. Sólo alguna escena suelta (véase cuando uno de los personajes tiene que salir, en pleno vuelo, al exterior sujeto únicamente por una soga), la fotografía (la cual otorga a la cinta un acabado más que digno) o los efectos especiales (sobre todo en lo que se refiere a la breve aparición del monstruo) destacan entre tanto desastre.