Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Documental de 6 episodios sobre la banda de pop femenina Nasty Cherry, creada por Charli XCX.
Estreno en Netflix: 15 noviembre. - Género
- Serie de TV Documental Documental sobre música Miniserie de TV
- Reparto
- Año / País:
- 2019 /
Estados Unidos - Título original:
- I'm With The Band: Nasty Cherry
- Compañías
Crítica de I’m With The Band: Nasty Cherry por Cinemagavia
1 de diciembre de 2019
*Charli XCX, la ‘pop star’ que no nos merecemos
Charlotte Emma Aitchison, ‘aka’ Charli XCX, no tiene pelos en la lengua. Protagonista indiscutible de I’m With the Band: Nasty Cherry.
Recientemente reivindicaba (por enésima vez, es verdad; muy acertadamente, también es verdad) su papel (como cantante, letrista, productora o, ¿por qué no?, creadora del ‘docureality’ que nos trae hasta aquí) en la industria.
Lo hacía a través de las redes sociales, donde siempre se ha mostrado muy activa.
Y es que servidor tiene una cosa clara: Charli XCX es la artista ¿pop? (digamos que de un tiempo a esta parte ha abrazado más la PC Music, pero bueno) definitiva (al menos la artista pop definitiva del siglo XXI).
Ha compuesto (y/o cointerpretado) ‘hits’ incontestables (y tan dispares) como I Love It o Fancy. Suya es Boom Clap, himno central de ese dramón juvenil a mayor gloria de Shailene Woodley y Ansel Elgort, y titulado Bajo la misma estrella (The Fault in Our Stars).
1999 es uno de sus últimos éxitos y está incluido en, claro, su último larga duración, conocido como simplemente Charli y en el que colaboran algunas de las artistas más interesantes de los últimos tiempos: Sky Ferreira, Haim, Christine and the Queens…
Nota personal: Recientemente tuve el placer de asistir a su concierto de Barcelona y no me queda más que seguir reivindicado a la que, por derecho propio, debería ser una gran súper estrella, algo que no termina de llegar.
O tal vez no pretenda serlo (es una discusión que mantengo, de tanto en tanto, con un amigo), aunque yo creo que sí pero que su propuesta, y no comprendo por qué, no termina de cuajar a un nivel más global.
*Nasty Cherry, los ángeles de Charli
Nasty Cherry, que es la banda en la que se centra I’m With the Band: Nasty Cherry, son como la versión niñata, y multiplicada por cuatro (pues cuatro son las integrantes), de la propia Charli. Descaradas, con actitud cuasi punk pero, al mismo tiempo, creadoras de canciones pop chicle a medio camino entre el ‘indie’ y el ‘mainstream’.
Debbie Knox-Hewson, a la batería (instrumento que ya había tocado en la gira de la propia Charli), Chloe Chaidez (cantante del grupo Kitten), a la guitarra, Georgia Somary, al bajo, y Gabby Bechtel (modelo y exbailarina cuyo parecido con una joven Angelina Jolie no pasa desapercibido), como cantante principal, son las integrantes de Nasty Cherry.
*Las chicas son guerreras
Nasty Cherry apesta a grupo prefabricado (¡Somary aprendió a tocar el bajo después de ser seleccionada como parte de la banda!), sin ser ello algo 100% negativo (¡hola, Spice Girls!) y sus dilemas y bajonas son, en su mayor parte, tan de cartón-piedra que tiran para atrás.
Es más, voy a reconocer que los dos primeros capítulos (de los seis que componen I’m With the Band: Nasty Cherry) se me hicieron un tanto cuesta arriba.
Acabé un tanto saturado de tanta tontería y tanto drama impostado; drama impostado que continúa hasta el último minuto pero que, conforme avanza la temporada, me fue atrapando poquito a poco (por mucho que, por ejemplo la marcha de una de las integrantes amenazase con, sic, dar al traste con el proyecto inicial). Soy así de fácil.
Además, la música que hacen no está mal (como me señaló, muy acertadamente, el amigo al que nombraba anteriormente: Win, primera canción de Nasty Cherry, parece un tema 100% Sky Ferreira; y sí, es un halago de proporciones bíblicas).
*Del ‘docureality’ al publireportaje
I’m With the Band: Nasty Cherry podría ser considerado fácilmente un simple producto promocional, por mucho que las niñatadas de alguna de las integrantes no las deje en el mejor de los lugares.
Charli XCX es experta en la sobreexplotación y ha querido crear una banda usando las mismas armas que ella misma abusa.
El resultado final es un tanto gris, aburrirá a aquellos que no adoren el mundillo orquestado alrededor de la creadora de Sucker.
Sí, se podría decir que estamos ante un publireportaje de lujo (aunque solo sea porque está disponible en la todopoderosa Netflix) que solo será consumido por aquellos decididos a dejarse arrastrar por el encanto de las chicas de Charli (sic).
*Conclusión
I’m With the Band: Nasty Cherry pudo haber sido un interesante documental sobre cómo formar una banda de pop, pero termina siendo un producto enfocado hacia un público muy concreto (adoradores de Charli) que pasa de puntillas por casi todo lo relacionado con la música y se centra en demasía en los tontos dramas afectados, y artificiosos, de sus cuatro protagonistas.
Lo mejor: La siempre infatigable Charli y su afán por hacer lo que le venga en gana. Crear un grupo de chicas como Nasty Cherry, por ejemplo. Chicas a las que, como ella quería, ha puesto en el candelero.
Lo peor: El nulo interés que un trabajo de estas características despertará en el espectador medio de la plataforma que lo emite.
Escrito por Javier Mazo
Charlotte Emma Aitchison, ‘aka’ Charli XCX, no tiene pelos en la lengua. Protagonista indiscutible de I’m With the Band: Nasty Cherry.
Recientemente reivindicaba (por enésima vez, es verdad; muy acertadamente, también es verdad) su papel (como cantante, letrista, productora o, ¿por qué no?, creadora del ‘docureality’ que nos trae hasta aquí) en la industria.
Lo hacía a través de las redes sociales, donde siempre se ha mostrado muy activa.
Y es que servidor tiene una cosa clara: Charli XCX es la artista ¿pop? (digamos que de un tiempo a esta parte ha abrazado más la PC Music, pero bueno) definitiva (al menos la artista pop definitiva del siglo XXI).
Ha compuesto (y/o cointerpretado) ‘hits’ incontestables (y tan dispares) como I Love It o Fancy. Suya es Boom Clap, himno central de ese dramón juvenil a mayor gloria de Shailene Woodley y Ansel Elgort, y titulado Bajo la misma estrella (The Fault in Our Stars).
1999 es uno de sus últimos éxitos y está incluido en, claro, su último larga duración, conocido como simplemente Charli y en el que colaboran algunas de las artistas más interesantes de los últimos tiempos: Sky Ferreira, Haim, Christine and the Queens…
Nota personal: Recientemente tuve el placer de asistir a su concierto de Barcelona y no me queda más que seguir reivindicado a la que, por derecho propio, debería ser una gran súper estrella, algo que no termina de llegar.
O tal vez no pretenda serlo (es una discusión que mantengo, de tanto en tanto, con un amigo), aunque yo creo que sí pero que su propuesta, y no comprendo por qué, no termina de cuajar a un nivel más global.
*Nasty Cherry, los ángeles de Charli
Nasty Cherry, que es la banda en la que se centra I’m With the Band: Nasty Cherry, son como la versión niñata, y multiplicada por cuatro (pues cuatro son las integrantes), de la propia Charli. Descaradas, con actitud cuasi punk pero, al mismo tiempo, creadoras de canciones pop chicle a medio camino entre el ‘indie’ y el ‘mainstream’.
Debbie Knox-Hewson, a la batería (instrumento que ya había tocado en la gira de la propia Charli), Chloe Chaidez (cantante del grupo Kitten), a la guitarra, Georgia Somary, al bajo, y Gabby Bechtel (modelo y exbailarina cuyo parecido con una joven Angelina Jolie no pasa desapercibido), como cantante principal, son las integrantes de Nasty Cherry.
*Las chicas son guerreras
Nasty Cherry apesta a grupo prefabricado (¡Somary aprendió a tocar el bajo después de ser seleccionada como parte de la banda!), sin ser ello algo 100% negativo (¡hola, Spice Girls!) y sus dilemas y bajonas son, en su mayor parte, tan de cartón-piedra que tiran para atrás.
Es más, voy a reconocer que los dos primeros capítulos (de los seis que componen I’m With the Band: Nasty Cherry) se me hicieron un tanto cuesta arriba.
Acabé un tanto saturado de tanta tontería y tanto drama impostado; drama impostado que continúa hasta el último minuto pero que, conforme avanza la temporada, me fue atrapando poquito a poco (por mucho que, por ejemplo la marcha de una de las integrantes amenazase con, sic, dar al traste con el proyecto inicial). Soy así de fácil.
Además, la música que hacen no está mal (como me señaló, muy acertadamente, el amigo al que nombraba anteriormente: Win, primera canción de Nasty Cherry, parece un tema 100% Sky Ferreira; y sí, es un halago de proporciones bíblicas).
*Del ‘docureality’ al publireportaje
I’m With the Band: Nasty Cherry podría ser considerado fácilmente un simple producto promocional, por mucho que las niñatadas de alguna de las integrantes no las deje en el mejor de los lugares.
Charli XCX es experta en la sobreexplotación y ha querido crear una banda usando las mismas armas que ella misma abusa.
El resultado final es un tanto gris, aburrirá a aquellos que no adoren el mundillo orquestado alrededor de la creadora de Sucker.
Sí, se podría decir que estamos ante un publireportaje de lujo (aunque solo sea porque está disponible en la todopoderosa Netflix) que solo será consumido por aquellos decididos a dejarse arrastrar por el encanto de las chicas de Charli (sic).
*Conclusión
I’m With the Band: Nasty Cherry pudo haber sido un interesante documental sobre cómo formar una banda de pop, pero termina siendo un producto enfocado hacia un público muy concreto (adoradores de Charli) que pasa de puntillas por casi todo lo relacionado con la música y se centra en demasía en los tontos dramas afectados, y artificiosos, de sus cuatro protagonistas.
Lo mejor: La siempre infatigable Charli y su afán por hacer lo que le venga en gana. Crear un grupo de chicas como Nasty Cherry, por ejemplo. Chicas a las que, como ella quería, ha puesto en el candelero.
Lo peor: El nulo interés que un trabajo de estas características despertará en el espectador medio de la plataforma que lo emite.
Escrito por Javier Mazo
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