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El inocente (1976)

El inocente
123 min.
7,4
2.289
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Trailer (ITALIANO)
Sinopsis
Giuliana Hermil es una mujer asentada en el convencionalismo de un matrimonio que siente roto, desde hace tiempo sospecha que su marido, Tullio Hermil, tiene una amante. Éste, aclimatado en una filosofía del goce y disfrute, se dedica a entrenar en la esgrima, a la lectura, y a su amor pasional, su amante Teresa Raffo. En Tullio no surgirá la chispa del deseo por su mujer hasta que se entere de la relación que ésta ha iniciado con un joven escritor llamado Filippo d’Arborio. Cuando la presión social y los celos le dominen, surgirá la pasión carnal perdida, pero un trágico hecho ocurrirá: Giuliana se queda embarazada de Filippo. Cuando, a pesar de haberse reconciliado, Tullio se dé cuenta de que no puede aceptar al niño, surgirán en él una serie de sentimientos de locura y paranoia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama de época Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
L'innocente
Duración
123 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Italia-Francia;
Links
Premios
1975: Premios David di Donatello: Mejor música
Basada en la novela homónima de Gabriele D'Annunzio, en "El inocente" Luchino Visconti plasma todas sus obsesiones y ahonda en la decadencia de la clase aristocrática, a la cual él perteneció, cuyo fin está cercano. Una obra donde destaca un impecable trabajo de puesta en escena y una excelente interpretación del actor Giancarlo Giannini.
[FilmAffinity]
"Espléndida historia, en la que pueden reconocerse todas las constantes del cine de Visconti. Un legado lleno de lucidez, escepticismo y desesperación (...) totalmente imprescindible"
[Diario El País]
8
Los culpables
Última película de Visconti, estrenada tras su fallecimiento. Inspirada en la novela homónima (1892) de D'Annunzio, fue rodada en escenarios naturales y en las villas Bellosguardo ("Villa Lilla") y Arnolfini ("La Badiola"), de Lucca (Toscana/Italia). Obtuvo un premio David a la mejor música.

La acción tiene lugar a lo largo de un año de finales del XIX, en Lucca y otras localidades toscanas. Narra la historia de Tullio Hermil (Giancarlo Gianini) y su esposa Juliana (Laura Antonelli), que conviven bajo el mismo techo, pero llevan vidas separadas. Él frecuenta a su amante, Teresa Raffo (Jennifer O'Neill) y ella queda embarazada de un joven escritor, Filippo d'Arborio (Marc Porel). El nacimiento del niño desencadena una tormenta de pasiones. La película relata la hipocresía, celos, venganzas y odios, que se ocultan tras palabras corteses y ademanes refinados. La imagen de una sociedad aristocrática, honorable y virtuosa, esconde una realidad saturada de deslealtades, bajezas y miseria espiritual, en la que el inocente resulta un intruso. La reconciliación de Tullio y Juliana, durante la gestación, no se basa en un intento mútuo de reconciliación, sino en dos proyectos diferentes de traición personal. Viconti, hemipléjico desde hacía unos años, mantiene un gran vigor narrativo e intelectual y construye una historia sólida, que traspira lucidez, escepticismo y desolación. Los escenarios, de un lujo deslumbrante y una belleza abrumadora y fascinante, acogen el pálpito de una vieja sociedad abocada a la extinción por méritos propios. La sala de armas es el espacio en el que tienen lugar los simulacros de luchas a espada. Los palacios que acogen fiestas, banquetes y conciertos, son los espacios en los que se desarrolla el simulacro de vida honorable de unos seres miserables.

La música incluye obras de Mozart ("Marcha turca", "Sinfonía concertante"), Liszt ("Juegos de agua"), Chopin ("Barceuse"), y el aria "Che faró sensa Euridice", de Gluck. Acompañan con acierto la acción y el lujo que la envuelve. La fotografía resalata la brillantez de los decorados y del vestuario. En las escenas de Lucca usa colores saturados (rojos, negros intensos y dorados); en las escenas de la reconciliación y del embarazo predominan los blancos, con azules y verdes claros; y en las escenas finales la paleta se reduce a negros opacos, blancos de nieve y neutros brumosos. Visconti saluda al espectador pasando con sus manos las hojas del libro de D'Annunzio. El guión construye unos diálogos que dicen lo que se niega o modifica con el gesto o la mirada. La interpretación de los tres protagonistas es convincente. Los desnudos de Porel y Antonelli, tratados con buen gusto, intensifican y amplían la dimensión sensual y lujuriosa de la obra. La dirección crea un drama de gran profundidad.

Excelente obra póstuma de un autor innovador, que aportó al cine belleza, suntuosidad, crítica, denuncia y valiosos elementos de reflexión y emoción.
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78 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El testamento de un genio.
196/23(27/05/09) Maravillosa última cinta del maestro Luchino Visconti, que nos regala un trabajo con todas sus señas de identidad, donde su perfeccionismo desborda la pantalla, donde su colosal puesta en escena roza lo sublime. Nadie ha retratado en el cine ha conseguido atrapar la esencia de la decadencia como Visconti, todos los que después han venido han tenido que beber del maestro, donde la fotografía de Pasqualino de Santis es portentosa creando el clima adecuado en cada momento para imprimir el dramatismo necesario para cada tramo, donde el vestuario de Piero Tosi es un actor más al servicio de la decadente historia de estos aristócratas, los escenarios creados por Carlo Gervasi sirven para envolver el relato un aire rancio de turbadora sensualidad. La historia gira en torno a un matrimonio de aristócratas italianos, Tullio Hermil (Giancarlo Gianini) y Giuliana (Laura Antonelli), que viven en un mundo de hipocresía liberal, en el que él es un mujeriego y ella tampoco es una monja, también tiene sus escarceos, en uno de ellos se queda embarazada, justo cuando Tullio se enamora de ella, él quiere que aborte pues sabe que no es suyo, pero ella no quiere y en esta enrarecida atmósfera se desarrolla este drama. Es una radiografía bestial de una sociedad que navega por la peor de las decadencias, donde la sensualidad y el sexo se abren camino por la senda del instinto básico. Los protagonistas bordan sus papeles, Giancarlo realiza un glorioso trabajo, no se puede estar mejor, crea un antihéroe cautivador, dominando con maestría y sin histrionismos fáciles el lenguaje corporal, para regalarnos uno de los mejores trabajos que he visto, he visto miles de películas, uno de esos personajes que traspasa la pantalla. Laura no le va a la zaga dando vida una magnífica Giuliana, desprende ternura, conmueve, la deseas, te enamoras de ella, no se puede transmitir más con su deliciosa belleza. Recomendable a los que gusten de buen cine. Fuerza y honor!!!
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34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
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