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El ferrocarril subterráneo (Miniserie de TV) (2021)

El ferrocarril subterráneo (Miniserie de TV)
60 min.
6,5
1.310
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Serie de TV (2020). 10 episodios. Cora es una joven esclava de una plantación de algodón en Georgia. Abandonada por su madre, vive sometida a la crueldad de sus amos. Cuando César, un joven de Virginia, le habla del ferrocarril subterráneo, ambos deciden iniciar una arriesgada huida hacia el norte para conseguir la libertad. 'El ferrocarril subterráneo' convierte en realidad una fábula de la época e imagina una red de estaciones clandestinas unidas por raíles, bajo tierra, que cruzan el país. En su huida, Cora y César recorrerán diferentes estados, y en cada parada se encontrarán un mundo completamente diferente, mientras acumulan decepciones en el transcurso de una bajada a los infiernos de la condición humana. Aun así, también habrá destellos de humanidad que les harán mantener la esperanza. Adaptación de la aclamada novela de 2017 "El ferrocarril subterráneo", escrita por Colson Whitehead, por la que recibió el Premio Pulitzer 2017 y el National Book Award. (FILMAFFINITY)

Estreno en Amazon Prime: mayo 2021.
Género
Serie de TV Drama Fantástico Esclavitud Drama sureño Miniserie de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Underground Railroad
Duración
60 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2021: Globos de Oro: Mejor miniserie
2021: Premios BAFTA TV: Mejor serie de TV - Internacional
2021: Emmy: Nominada a mejor miniserie y dirección (miniserie)
2021: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores Programas de TV del año
2021: Critics Choice Awards: Nominada a mejor miniserie, actriz (Mbedu) y actor sec.
8
Crítica de El ferrocarril subterráneo por Cinemagavia
*El horror del Sur profundo

El ferrocarril subterráneo (The underground railroad), para empezar, es una de las series más asombrosas, personales y plásticas que he visto desde hace tiempo. Quizá, como desafío, te descoloque a ratos. Pero la recompensa es alta. En los tiempos del Black Lives Matter esta serie recoge los ecos de la esclavitud allá en los estados sudistas. El inicio sí que es capaz de situarnos bien, sin dificultad. La historia comienza en la plantación de los Randall, unos hermanos que tienen a su servicio una cuantiosa cantidad de esclavos dedicados a la recolección del algodón. Todo allí es arbitrario, injusto y violento. Un gesto mínimo es castigado con una severidad infrahumana.

En este contexto, Caesar (Aaron Pierre), uno de los esclavos, tiene la firme determinación de escapar, y huir del horror de la plantación de los Randall. Su plan pasa por llevarse consigo a Cora (Thuso Mdebu) a quien profesa un sincero afecto. Cora no es muy partidaria de la huida, pero la barbarie acabará venciendo su obcecación. Caesar tiene cierto conocimiento de una organización que se dedica a ayudar a los esclavos fugados. Sin embargo, cuando ambos están inmersos en su huida, el plan se complica. Tras ellos parte la gente de la plantación Randall, incluido Arnold Ridgeway (Joel Edgerton), un cazador de esclavos fugados, que pasa por ser el villano de la serie.

Por otra parte, presa del miedo y accidentalmente, Cora y Caesar matan a un niño blanco en su huida, lo que empeora su situación. Finalmente, llegan a la cabaña de un hombre que participa en el Ferrocarril Subterráneo, la organización que ayuda a los esclavos huidos a llegar a los estados del norte o bien a Canadá. Sin embargo, no es el Ferrocarril del que hemos oído hablar. No es metafórico, hay un tren subterráneo real.

*La vertiente fantástica

El ferrocarril subterráneo (The underground railroad) tiene uno de sus alicientes en que ofrece una variante de la historia real. El ferrocarril subterráneo existió realmente como una organización que ayudaba logísticamente a los esclavos huidos de las plantaciones de los estados sureños. Su auxilio consistía en proporcionar mapas, disfraces, o instrucciones sobre lugares para hospedarse. Una de sus componentes más ilustres fue Harriet Tubman, una esclava huida que colaboró heroicamente con el Ferrocarril. Sin embargo, en la serie la organización cuenta con un ferrocarril subterráneo real. Es decir, hay una red de túneles por los que transitan trenes con paradas en diversas ciudades de Estados Unidos.

El funcionamiento de este ferrocarril es misterioso, y cuando lo vemos por primera vez nuestro asombro es gigantesco. Como un milagro materializado ante nuestros ojos. Cora y Caesar utilizan este ferrocarril para moverse por EE.UU sin tener mucho conocimiento de adónde van. Este prodigio, inexplicado y simbólico, da a la serie una sensación de acercamiento al género fantástico, de vulneración voluntaria de la historia. ¿Con qué objeto? Además de que es una idea argumentalmente buena, El ferrocarril subterráneo (The underground railroad) viene a ser un balance de situación de diversos sitios de Estados Unidos en la en la época de la acción.

El argumento se cristaliza a través del conocimiento de Cora de diversas ciudades por las que el tren va parando. El carácter de estos lugares es variable, pero casi siempre desolador. Unos son tan mezquinos como la plantación de los Randall en Georgia, en otros las utopías tiene un lado oscuro o se desvanecen. El caso es que Cora no encontrará un lugar donde estar a salvo fácilmente. Y tampoco hay que olvidar que tras ella va Ridgeway, cuya caza aporta unidad a la historia.

*El desarrollo de la historia

La narrativa de El ferrocarril subterráneo (The underground railroad) no es accesible y requiere una buena dosis de implicación por parte del espectador. El tempo es lento, reposado, cadencioso; aunque opresivo y angustiante. La longitud de los capítulos es variable. La mayoría ronda la hora de duración, pero los hay que se extienden hasta la hora y cuarto. Como auténticos largometrajes. Sin embargo, hay uno que no pasa de veinte minutos. Cada parada del tren (Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee, Indiana…) es una historia distinta, con un sentido diferente, como las teselas de un mosaico que a la larga será el resultado final de la serie.

El ritmo lento no excluye que haya momentos de una gran tensión. Casi todos ellos tienen que ver con la presencia de Ridgeway, el cazador de esclavos. Hay escenas de acción bien llevadas, algunas de ellas de impacto, y se muestran todo los tipos de violencias que sufría la población negra de la época. El sabor de la historia es tremendamente amargo, hay una desazón en Cora, nacida de la imposibilidad de establecerse en paz en un lugar, que invade de fatalismo la serie.

Más que una línea narrativa clara, El ferrocarril subterráneo (The underground railroad), utiliza un conjunto de sensaciones para contarnos la historia. El argumento, más que tener una estructura clásica, es tremendamente sensorial, un conjunto de experiencias filmadas de una forma siniestramente bella.

*La exquisitez plástica

El ferrocarril subterráneo (The underground railroad) tiene una de sus destacadas virtudes en la impresionante factura técnica de la serie. Barry Jenkins hace un ejercicio de virtuosismo realmente notable, posee una ambición visual insólita en la mayoría de las series de televisión. Para empezar la fotografía tiene una calidad realmente pictórica, las composiciones están estudiadísimas, y la cámara se mueve con una suavidad y una destreza apabullantes. Es como si Jenkins mostrara su gusto por Wong Kar Wai o Paul Thomas Anderson, y lo vertiera en la serie.

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Escrito por Mariano González
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26 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El lento tren subterráneo
Me gustan este tipo de series o películas. Las considero imprescindibles para recordarnos a nosotros mismos lo bajo que podemos llegar a caer y lo miserables que podemos ser, si se dan las circunstancias. Me parecen documentos necesarios, más allá de sus cualidades artísticas o lúdicas. Nos muestran nuestro lado más atroz para que estemos alerta y lo rechacemos automáticamente en cuanto lo atisbemos en nuestro entorno. Pero, dicho todo esto, esta serie me ha parecido un suplicio de ver. Supongo que habrá quienes aprecien ese ritmo reposado, cansino, eterno... para masticar concienzudamente lo que estamos viendo. Pero en mi caso lo único que ha conseguido es desesperarme. A lo mejor ese es precisamente el ritmo adecuado para conseguir el aplauso unánime de la crítica y todos los premios, o a lo mejor soy yo que no estoy a la altura, el caso es que a mí me ha costado mucho ver todos los capítulos por lo endemoniadamente lento que trancurre todo. Y ya que lo siento, porque la historia es buena. Y la calidad visual es innegable. Pero cuando lo que te pide el cuerpo la mitad del tiempo es darle al avance rápido, es que algo no cuadra.
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23 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
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