Dignidad (Serie de TV) (2019)

La Colonia Dignidad fue una asentamiento de "colonos" alemanes fundado am 1961 cerca de Parral, un pueblo en el centro de Chile, por el ex miembro de las Juventudes Hitlerianas Paul Schäffer. Durante la dictadura de Pinochet sirvió de centro de detención y torturas. Por otro lado la Colonia "adoptaba" a niños varones de la zona, quienes, junto con los propios de sus integrantes eran abusados por Schäffer. Constituía un microcosmos alemán con una rígida adscripción al protestantismo por parte de sus miembros, con Schäffer como líder espiritual indiscutido y omnímodo. Contaba con el único hospital de la zona abierto a la población circundante, lo que creó un curioso apoyo y complicidad de los lugareños con la Colonia.

La serie Dignidad (coproducción germano-chilena y hablada en ambos idiomas) transcurre en dos épocas: en 1977, durante la dictadura de Pinochet y en 1997. En este año un juez encomienda al fiscal Leonardo "Leo" Ramírez (Marcel Rodríguez) instruir la detención de Schäffer por los cargos de abuso de menores. Para ello contará con el soporte de la detective Pamela Rodríguez (Antonia Zegers) para allanar la Colonia.

La trama irá revelando las profundas relaciones del pasado de "Leo" con la Colonia y una intrincada red de complicidades a nivel político, policial y diplomático, aún firmes en 1997.



Los flashbacks de 1977 constituyen la faceta más dura (y lograda) de la serie: vemos a algunos de los personajes cuando eran niños viviendo en la colonia esa mezcla de cuento de hadas con bucólicas canciones y danzas alemanas con relato de terror típico de las organizaciones cerradas y sectarias.

El relato de 1997 da cuenta de las idas y vueltas del asedio del fiscal a la Colonia y a Schäffer, impregnado también de una cuestión personal. La serie pretende reflejar un proceso arduo, crecientemente solitario y con muchos obstáculos. Pero la secuencia, en lugar de acumular tensión crea una sensación de repetición y cierto cansancio en el espectador. Esto ocurre además porque la trama de complicidades no termina de tomar vuelo ni intensidad (como sí ocurría en la muy superior La Jauría). Acaso entre lo más saliente se encuentre la tensión romántica entre algunos de los protagonistas.


Rodríguez luce un tanto frío en su fiscal Ramírez y, como siempre, Zegers se destaca en un papel semejante a su detective en La Jauría.

Resulta curioso que Schäffer (Götz Otto) y el jefe del hospital de la Colonia, Hausmann (Devid Striesow) luzcan exactamente igual en 1977 y en 1997. Tampoco resulta del todo claros aspectos vinculados con el desenlace.

En definitiva, un thriller político sobre el intento de acabar con la impunidad de la Colonia Dignidad y su líder Paul Schäffer, que funciona mejor en sus flashbacks que en su presente, ya que no logra balancear los elementos que despliega y dotar a todos del mismo interés.