El lado salvaje (1995)

Comienza con la decisión por parte de Anne Heche de dejar de ser prostituta para alcanzar objetivos para su empresa y serlo exclusivamente para su lucración personal. Por las mañanas sigue trabajando en esa empresa y por las noches es puta de lujo. Una de esas noches la mandan atender a un cliente que resulta ser un blanqueador de dinero muy buscado. Anne Heche le hace disfrutar y el mafioso, que queda prendado de ella, manda a su chofer a que la acompañe a su casa y se la beneficie también a cambio de 500 dólares extra. Así se asegurará que no es poli, pues según palabras literales, "las polis infiltradas solo quieren la polla del pez gordo y de nadie más". Heche se niega a follar con el chófer y este la fuerza. Acto seguido le confiesa que el infiltrado en realidad es él. Cuando se va, Heche llama al superior del infiltrado diciendo que su hombre la había violado y el otro le habla de una cosa completamente diferente. A la mañana siguiente, se presenta en la oficina de Heche una china que quiere abrir una cuenta con mucho dinero, después ambas se van juntas a comer y terminan follando en la casa de Heche, una escena recreada durante más de cinco minutos. Resulta ser la ex-mujer del mafioso Walken. En una escena posterior, el infiltrado chófer de Walken visita la casa de Heche para ponerla al tanto del cerco que le están preparando a Walken y justo vuelve su marido. Porque Anna Heche tiene marido, marido que está al tanto de lo que suele hacer su mujer y de su gusto por las mujeres.

A falta de media hora para el final, la china arremete, toda encolerizada, en acusaciones hacia Walken de haberse follado a ella y a Heche de manera simultánea, mostrando con ello una falta de entereza acuciante. Walken, visiblemente crispado, intenta poner calma, pero no puede evitar que la china se encierre en el baño y se atiborre de pastillas.

También hay otra escena en la que Walken pilla a su chófer tratando de abusar de Heche, aunque en realidad es una tapadera (el chófer sabe que Walken esta escondido ahí mismo en ese momento y por eso actúa así), y en una delirante y sobreactuada escena, llena de aspavientos de todo tipo por un Walken, que para mayor teatralidad no se desprende del puro de la boca, obliga a su chófer a ponerle un condón en el pene y tras minutos de crispación, cuando ya se disponía a sodomizar a su hombre, entra la ex china de Walken (y ahora amante de Heche) y salva al pobre hombre de su aciago destino, un hombre que había sido azotado en las nalgas con las manos de Walken, el arma de Walken, y sus propios calzoncillos, arrancados por el propio Walken para usarlos a modo de cinturón.

Entiendo que pueda haber gente a la que lo descrito le guste, pero yo quería ver otra cosa. Si bien la belleza de Anna Heche, que aceptaría este tipo de papeles porque aún no era una estrella, se aprecia en su máximo esplendor y al gran Christopher Walken nunca anda falto de carisma, ambos están muy por encima de esta película para la televisión por cable, de naturaleza indescriptible, de mala calidad audiovisual, con un pésimo argumento y que se sitúa a un paso de la pornografía estándar, lésbica y masculina, filmada con nulo sentido del erotismo.