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Naufragio (2010)

Naufragio
94 min.
4,8
167
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Teaser
Sinopsis
Robinsón naufraga frente a las costas del sur de España. Con dificultad, consigue llegar a la orilla y salvar la vida. Es un ser anónimo y un proscrito, como tantos otros miles de inmigrantes subsaharianos. Robinsón consigue trabajo en los invernaderos de la costa de Almería, pero la situación ahí es muy precaria para los inmigrantes y decide adentrarse en el interior de la península. La mente de Robinsón está repleta de voces, espíritus que le confunden y le gobiernan. Para liberarse de ellas tendrá que cumplir una misión: matar a un hombre. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Inmigración
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Naufragio
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2010: Festival de Sevilla: Mención especial
2
PSICOTRÓPICA, SURREALISTA Y LENTA.
Una basura. Así, sin más. Una paranoia de un inmigrante que "cruza el charco" no por encontrar una nueva vida, sino por hallar al asesino de su padre y darle el mismo trato que recibió su progenitor. La película es lenta (mucho) y sin apenas diálogo (diría que el guión cabe en un solo folio y cuando dicen algo es soez, burdo y banal). Nos encontramos en una visión psicotrópica de este africano que va guiado por los espíritus (aunque según el enfoque dado por el realizador diría que es guiado por la marihuana y el cannabis) cruzando España vagando y tratando con gente (bueno, es un decir porque si la película tiene poco diálogo ya, el protagonista no se si dice 15 ó 20 frases en toda la cinta). Y para rematar algo muy típico del cine patrio: la cara amarga, cruel y desalentadora de nuestro país y la forma como es presentada. No perdaís el tiempo viendo "esto".
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Binomios
Binomios

Difícil película, no por su complejidad, sino por los distintos binomios de los que está compuesta, donde a veces suman y otras restan. Evidentemente su realizador no buscaba sumar espectadores a su obra tras “La influencia”, lo que restará taquilla allá donde se exhiba, sino realizar una visión muy particular, y en este caso creo que excluyente, sobre la inmigración llena de simbolismos entre culturales y esotéricos.

Todo naufragio necesita de un naufrago que nos cuente su historia, si no estaríamos ante el telediario y los desastres del día a día. Nuestro naufrago son 2 en 1, es Robinson Crusoe y es Viernes. Vive la crudeza de la inmigración refugiándose en una especie de vudú que debe llevarle a cumplir una misión, la cual más que ser la misión del personaje, parece ser un ajuste de cuentas del director con la obra de Daniel Defoe. Nada que objetar, cada autor es libre de hacer lo que le venga en gana con su obra, al igual que el espectador de criticarla para bien o para mal. Con esto, no evita mostrarnos casi de un modo documental todo aquello que ya creemos conocer sobre los inmigrantes “ilegales” ( ¿ cómo se puede ser ilegal por el mero hecho de estar en un lugar distinto al de tu procedencia ?, ¡ que mundo ! ). Nos muestra el trabajo sureño de los invernaderos almerienses bajo un calor que incendia la pantalla ( simbólicas transiciones ) para pasar al norte de las fábricas explosivas. Realiza apuntes sobre la economía sumergida bajo el beneplácito de todo el sistema, unos por poder, otros por mirar para otro lado, y otros por necesidad.

Sin embargo, todo este realismo, está marcado por la cultura propia de Robinsón, una cultura envuelta de una magia entre mística y espiritista que le hace entrar en un trance con toques epilépticos. Vamos, una especie de chamán. Y es aquí donde quizá el director muestra su mensaje más discutible. Entiendo que el inmigrante no debe perder su cultura y con ella enriquecernos, y viceversa, pero es que la cultura particular que se nos muestra es tan ancestral y casi de magia negra, que me inclino a rechazarla al estar basada en creencias y simbolismos, convirtiendo a nuestro personaje más en un zombie que en una persona real ( tal vez homenajeando al clásico “Yo anduve con un zombie” de Jacques Tourneur ). Y digo me inclino porque es un plano al que recurre continuamente, no sabiendo muy bien si con ello quiere sugerirnos que el futuro se dirige hacia el naufragio.

Otro binomio con el que nos encontramos es el estilo, a caballo entre el clasicismo y la experimentación, que en ningún momento me desagrada y creo el conjunto es bastante equilibrado consiguiendo momentos de gran belleza y virtuosismo apoyados en un buen trabajo sonoro.

Sigue en spoiler por demasiado larga
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