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Un amor en Escocia (2021)

Un amor en Escocia
95 min.
6,2
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Sinopsis
Phil se ha exiliado a una pequeña comunidad presbiteriana en la isla de Lewis, en el norte de Escocia. Una noche sufre un derrame cerebral que le hace perder la memoria. De vuelta a la isla, se encuentra con Millie, una mujer de la comunidad que comienza a cuidarle. Mientras él intenta recuperar sus recuerdos, ella afirma que estaban enamorados en secreto antes de su accidente. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
L'ombre d'un mensonge
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Bélgica-Reino Unido;
Premios
2021: Chicago Film Festival: Mejor actriz (Fairley) y mejor actor (Lanners)
8
Intriga, sensibilidad y amor otoñal
Película predominantemente humana, de imagen, bellos paisajes escoceses, poco diálogo y estupenda música. Nada de esto serviría, de no ser por una excelente dirección del ya prestigioso director y actor belga Bouli Lanners, en su primera incursión en inglés.

Guion extraordinario del propio Lanners y un reparto de lujo. Lanners, en su quinto largometraje, navega confiadamente por una historia de hondas emociones, secretos, culpas, arrepentimientos y anhelos.

Lo hace Lanners todo con notable magisterio: es director, autor del libreto y, además, intérprete principal, en una película de extrema sensibilidad. Un drama romántico con suspense incluido y un final sorprendente, que no desvelaré.

Phil (Lanners), un hombre de edad mediana procedente de Bélgica ha emigrado a una pequeña comunidad presbiteriana en el norte de Escocia. Es un hombre solitario que trabaja en una granja. Una noche sufre un infarto cerebral, debe ser ingresado de urgencia y pierde la memoria.

Ya de vuelta a la isla restablecido, pero sin recuerdos, encuentra a Millie (Michaelle Fairley), una mujer de su edad que lo espera. Lo lleva a su casa y posteriormente lo cuida.

En uno de sus encuentros Millie dice a Phil que ellos eran enamorados furtivos y que mantenían una relación secreta como amantes, cosa que, lógico, él no recuerda.

Ella es la hija del dueño de la hacienda y donde trabaja Phil y empleada en una inmobiliaria. Por su soltería y seriedad la llaman la “dama de hielo”.

La película nos habla entonces de sus encuentros furtivos, conversaciones y paseos, en una intimidad engranada en el hermoso paisaje natural que nos va descubriendo poco a poco lo que hay de verdad o de fabulación interesada detrás de esa relación.

Es encomiable ver a la pareja en la cincuentena, alejados de los estereotipos y viviendo en plenitud su particular amor; Lanners y Fairley derrochan química.

En el filme funciona mejor con lo “apuntado” o “sugerido” que en lo dicho o expresado (que es más bien poco). Un relato enigmático que tiene también preciosas estampas en grandes angulares en una playa desierta, esplendorosa y salvaje donde nuestro protagonista se sumerge en un acto de felicidad suma.

Magnífica la fotografía Frank van den Eeden, que acierta a dar con la tonalidad más apropiada para el filme y recoge a la perfección el marco incomparable de los recónditos y lóbregos paisajes de la costa escocesa, paisajes calmos y apagados como parte importante de la historia.

Del reparto destacan, magistrales, los trabajos de Michaelle Fairley y Bouli Lanners, que interpretan a una mujer madura, atractiva, frustrada y habitante perfecta de una isla fría y desabrida; y un hombre sin memoria, sin encantos visibles, con un pasado incierto, en una comunidad aburrida, presbiteriana y beata.

Se ofrece a la vez el retrato conmovedor de una mujer y una historia de amor, sin llegar a ser un ni un drama, ni una comedia romántica, sencillamente una historia de amor verdaderamente hermosa en un entorno cerrado rural.

Una sensitiva y conmovedora historia de amor, con una premisa que, amén de cautivadora, llega de pleno al espectador: sabe mirar en el corazón de los amantes.

Hay algo fascinante, ocurrencia del guion, que no desvelo, que puede ser la más romántica nunca vista en cine. Dos seres humanos desafiando sus soledades otoñales como aves que no acaban de posarse o alzar el vuelo. De sus almas surge el aire fresco de la mañana, allá donde más pura es la caricia amorosa del alba.

En fin, la cinta juega muy bien sus cartas y poco a poco va creando su relato romántico, ocultando la información debidamente, con un punto de intriga que va conquistando poco a poco al espectador.

Finalmente, la placidez se adueña del conjunto, dejando una sensación de obra adulta, humanamente muy interesante, honesta y de las que ya se hacen pocas.

Publicado en revista de cine Encadenados: https://www.encadenados.org/rdc/sin-perdon/6623-un-amor-en-escocia-3
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Es distinta, atractiva y verosímil
Un amor en Escocia tiene, en España, un título de telefilm de sobremesa que puede llamar a engaño. El encabezado original, Nobody has to know, sin embargo, se acerca más al contenido de esta película que nos ofrece una historia de amor crepuscular, no tan habitual en el cine, y con un interesante componente enigmático y oscuro.

El actor belga Bouli Lanners escribe, dirige y protagoniza este relato ambientado en la Escocia actual, añadiendo al críptico romance la compleja relación entre la modernidad de los móviles e internet y las inamovibles costumbres del mundo rural que se mantienen estáticas a un paso de la tradición y de la cerrazón.

Este retrato del pueblo es uno de tantos contrastes con los que sabiamente juega Lanners y que hacen avanzar una narración pausada y esteticista, de pocas palabras, como corresponde a gente del norte. Pugnan también el amor en la edad madura con los nervios y la emoción de la adolescencia y el temor a ser descubiertos; la enigmática presencia de la enfermedad o la muerte cuando el corazón solo siente a alegría de vivir o la siempre dramática confrontación entre el engaño y la verdad, que acabará manifestándose por sí sola.

Bouli Lanners mantiene latente con pulso firme toda esta amalgama de pasiones y emociones, recuerdos y anhelos. Los va manifestando con, una vez más, el contraste visual entre los cálidos y cerrados interiores y los extensos, gélidos e inabarcables paisajes de los páramos escoceses y de un Atlántico cuya humedad penetra hasta lo más hondo del espectador facilitándole la empatía con los dos protagonistas. El desarraigo de Phil y la inhibición (o autoinhibición de Millie) se compenetran con el público al ritmo del viento implacable y de su propia evolución.

Quizá le falta algo de equilibrio, sin embargo, en la descripción de la pareja principal. Si bien a Phil lo vamos conociendo poco a poco, las limitaciones de Millie no acaban de salir de la penumbra, y conforme se va revelando que es ella la que aporta mayor complejidad al romance, la oscuridad que le rodea deja de ser enigmática para ser frustrante. A pesar de ello, y arropados por unos personajes secundarios que completan el paisaje con gran plasticidad y verosimilitud, entre todos culminan una crónica distinta, atrayente y bellamente plasmada.

www.contraste.info
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9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
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