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Los exámenes (2016)

Los exámenes
128 min.
6,5
3.156
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Sinopsis
Romeo es un médico de casi 50 años que dejó atrás las ilusiones relacionadas con su matrimonio, ahora acabado, y su Rumanía, destrozada por los acontecimientos. Para él todo lo que importa ahora es su hija, de 18 años. Tras los exámenes finales, la joven irá a estudiar a una prestigiosa escuela en Inglaterra. En la víspera del examen, la hija es atacada en la calle. A partir de entonces, hará todo lo posible para garantizar que ello no perturbe el destino que ha elegido para su hija. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Colegios & Universidad Medicina Drama psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Rumanía Rumanía
Título original:
Bacalaureat (Graduation)
Duración
128 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Rumanía-Francia-Bélgica;
Premios
2016: Premios César: Nominada a Mejor película extranjera
2016: Festival de Cannes: Mejor director (ex aequo)
2016: Premios del Cine Europeo: Nominada a Mejor director y Guión
8
Los intereses creados
Retrato inmisericorde y desolador de la realidad lacerante de un país abducido por la corrupción cotidiana, donde lo único que cuenta son los favores personales que puedes hacer o te pueden hacer y las conexiones profesionales de todo tipo que facilitan conseguir lo que se necesita, cuándo se necesita, sin demasiados tapujos ni remordimientos. También es el relato de una familia disfuncional – un matrimonio en vías de ruptura y de su única hija, la niña de sus ojos – que trata de salir adelante y cuyo objetivo inmediato es conseguir que su retoño tenga un futuro mejor, lejos de su país, desvinculada de una sociedad que parecía resurgir llena de vitalidad y ansias de superación tras la penosa tiranía comunista de Nicolae Ceaușescu (1918-1989) pero que se quedó atrapada en un tenaz laberinto de corruptelas, favores, degradación y deshonestidad.

Estamos, ante una película de ficción – y no un documental – pero, por todo el entramado de sobornos, nepotismos y prebendas resulta demasiado verosímil y reconocible como para tomarlo como una mera fabulación desquiciada. El demoledor retablo que se nos presenta es angustioso y claustrofóbico. Nada parece funcionar si no conoces a la persona adecuada que pueda agilizar unos interminables trámites burocráticos que lo invaden todo como un virus maligno, que se reproduce sin cesar y corroe las entrañas de una comunidad enferma que se mueve a golpe de billetes y de sobres, de intrigas y de maniobras que subvierten el normal funcionamiento de las instituciones y de las relaciones humanas. Pero quien crea verse retratado pierde de vista la diferencia existente entre una corrupción puntual y la corrupción generalizada. Y de lo agobiante que resulta que nada funcione sin el turbio elixir del dinero.

Cristian Mungiu hace uso del plano secuencia, con largas pláticas entre los personajes, para enfatizar los vínculos existentes, recalcando el factor humano sin con ello obviar la soledad e incomunicación subyacente entre todos ellos. El protagonista se echa el mundo a sus espaldas, se cree el responsable de todos y el motor de sus vidas, con el convencimiento de que la pura voluntad y los buenos propósitos bastan para que las cosas sucedan como necesita que sucedan o como siente que tiene el derecho a que se desarrollen los acontecimientos. Pero conforme transcurre el metraje, va alejándose, poco a poco, todo lo que le importa, su casa, su amor, su hija, su reputación y sus certezas. Al final se queda suspendido en el vacío y sin nada a lo que poderse aferrar.

Excelente y exasperante. Turbia y desencantada. Un prodigio de sobriedad y buen cine. Un puñetazo a la inocencia.
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58 de 66 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Examen de conciencia
¿Hasta qué punto un adolescente debe decidir su propio futuro? ¿Cómo deben aconsejarle sus padres sobre las decisiones que tiene que tomar? Durante la etapa colegial todos tuvimos amigos que ya tenían plenamente decidida la carrera que iban a estudiar, pero no todos lo habían planificado de una manera estrictamente individual. Cuando los progenitores se preocupan por el futuro de su hijo, le proporcionan ciertas sugerencias que este ya se encarga de aceptar o rechazar. Pero algunas veces esos consejos son más bien directrices de actuación. En siglos pasados era frecuente que ciertos oficios se transmitiesen por el árbol genealógico. Más recientemente, reinaba la idea de que para ser un “hombre de provecho” era necesario desechar aquellas titulaciones que no pudieran generar rendimientos voluptuosos en las arcas familiares. Hoy, algunas de estas actitudes perviven.

Un ejemplo de todo ello lo tenemos con Romeo y su hija Eliza. Él, pese a ser un próspero y reputado médico, es consciente de que su vida no ha sido todo lo alegre que podía pretender. Por ello, trata de que Eliza no siga su mismo error. Como es buena estudiante y tiene calificaciones altísimas, tendrá la oportunidad de ir a Inglaterra a trabajar como psicóloga. Con lo que no cuenta ninguno es con un violento incidente que acaece justo en la semana de exámenes…

Precisamente Los exámenes (Bacalaureat) es el título de la última película del rumano Cristian Mungiu, al que conocen en todos sitios por esa gran película (y posterior Palma de Oro) llamada 4 meses, 3 semanas, 2 días. Lo que le otorgaba a esta cinta un punto de distinción era la sensacional atmósfera de tensión que el cineasta se encargó de plasmar. Virtud que también podemos apreciar en Los exámenes desde su primera secuencia, cuando una piedra destroza el cristal del salón familiar, pero que después de la grave agresión que tiene como víctima a Eliza, se irá notando cada vez más.

Ningún personaje de la película posee una vida libre de un pasado o presente turbios. Eliza parece la más normal pero, tras ser atacada, su personalidad quedará trastocada. Romeo engaña a su mujer y posee evidentes tintes ególatras. La mujer padece una extraña debilidad que crece aun más con los problemas matrimoniales. El novio y profesor de moto de Eliza esconde demasiadas cosas. El comisario, además de sus problemas de pareja, no parece todo lo limpio que debería ser. Nadie parece libre de sospecha en Los exámenes, casi todos los individuos que vemos desfilar por la pantalla contribuyen a fortalecer esa sensación en el espectador de no saber muy bien qué puede suceder en la siguiente escena.

La compenetración entre la formidable puesta en escena y el meritorio guión es idónea y otorga a Los exámenes el plus necesario para que la cinta no se quede solo en un buen ejercicio de estilo. Como ya hiciera en la mencionada 4 meses, 3 semanas, 2 días, Mungiu realiza una punzante crítica al sentido de la moral de los rumanos. Las corruptelas no son cosa solo de gobierno y empresarios, sino que cualquier persona puede llevarlas a cabo con la excusa de que el fin lo justifica. Esta temática acaba por convertirse en el verdadero centro de la película y marca su evolución hasta llegar a un desenlace que, si bien es aceptable, rebaja un poco el gran nivel de la obra.

En cualquier caso, es difícil quedar insatisfecho con el buen trabajo que Mungiu ha vuelto a realizar. Una película tan agobiante e intrigante como esta es un caramelo para cualquiera que quiera quedar atrapado durante un par de horas. Las resonancias que deja Los exámenes, además, rebotan en el interior de la cabeza incluso después de haber pasado los créditos finales. No es mejor que el film que le otorgó la Palma a su director, pero sí mantiene su misma esencia y confirma a Mungiu como uno de los tipos más interesantes del panorama cinematográfico en Europa Oriental.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
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25 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
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