Brumal (1988)

Tiene buenas ideas y muchas raíces, de casta le viene a la galga, literarias (como) Cubas, mermelada proustiana, pero la realización es por momentos torpe y a ratos muy tediosa, se estanca, se anonada o acoraza, se duerme mirándose al espejo complacida de su nada que nadea formalmente con ínfulas, algo errática y repetitiva, se pueden rastrear, sin embargo, montones de películas o libros teorías y temas y tanteos, casi a bote pronto y por ejemplo, Comala ante la muerte de la madre la vuelta a los orígenes, Fresas salvajes donde se confunden pasado y presente, recuerdos y obsesiones, observador y observado, Fanny y Alexander, pueblo medieval o castillo encantado versus ciudad relajada más civilizada, Arrebato o viaje al fin del día y del segundero, donde el aire da la vuelta, la desaparición de cuerpo presente como investigación o búsqueda, transformación, accesis, metamorfosis, fantasmal, narcótica, El sur de Erice en el tono nostálgico frío triste reflexivo, en el padre ausente finalmente siempre, en la voz en off y ciertas recurrencias estilísticas, la música y la delicada morosidad y el afán de calmada casi mística belleza ascética, El espíritu de la colmena y la España de tierra adentro, El disputado voto del señor Cayo, en fin, que trata de jugar con los tiempos, la memoria, los afectos, los abrazos rotos, amores/odios, culpa a su madre de haberle robado la infancia, segado las raíces de cuajo, de haberla descangallado, desnaturalizado, desustanciado, la vida perdido, sola, ahora no es de ninguna parte, extranjera siempre, por eso vuelve, ¿figuradamente?, es Los pazos de Ulloa y La huida y El regreso, La mitad del cielo, es una espiral o vórtice, traga la marea, tragaldabas, espacio temporal memorioso cenagoso, Amarcord, el mar, la mar, extraño, exilio, melancolía, perdida pérdida, la mediocridad de la modernidad enfrentada al paraíso infierno hurtado terrenal rural, la educación sentimental, las edades del hombre y de anairda, Whisky, Los jinetes del alba.
Mucho más interesante que buena. Tampoco ayuda nada el doblaje de las protagonistas, eso parece, actrices que aleja y al espectador más si cabe distancia.
La lluvia amarilla. La España vaciada. Este pueblo podría estar perfectamente hundido bajo aguas tranquilas, como tantos otros, Las huellas borradas. Celama. La aldea maldita.
El principio es lo mejor. Las fiestas y las universidades dan mucha pena, lo peor, se pierden.
Nunca volverás a Región. O sí.
Hasta El desencanto, ese piano. Esa derrota.
La sinfonía de la vida. La llamada de los fiambres. Una película de zombis, La noche de los muertos vivientes, obviamente, también es una película de terror, de espectros y aparecidos, de casas poseídas, la santa compaña, El bosque animado. Y un cuento de brujas con una madre pavorosa y una niña demoníaca y un cura diabólico, la tentación de la carne, Simón del desierto, vente, vale.
Los otros.
Casas de mar, precioso nombre.