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Boys of Abu Ghraib (2014)

Boys of Abu Ghraib
102 min.
5,0
33
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6
Nacionalismo...sin excesos
Guerra de Irak. Historia verídica. Peloton del U.S. Army apostado dentro de la cárcel de Abu Ghraib, emblemática ex prisión durante el gobierno de Sadam Hussein y posterior centro de reclusión de prisioneros bajo sospecha terrorista. Condiciones penosas para las tropas y peor aún para los internos. Clima permanente de alta tensión, lluvia de morteros, incomunicación con el exterior. Un soldado del pelotón es asignado a una tarea rutinaria pero delicada. Y a partir de allí, una película ardua, dura, pero sin morbo.
Cinematográficamente solvente (por momentos la banda de sonido de Angelo Badalamenti -que es buena- resulta inadecuadamente utilizada) y en general displacentera, aunque con un final que invita a la discusión.
Dentro de las singularidades del género, recomendable.
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6
Boys of Abu Ghraib
"Bienvenido al lado duro soldado..., sin jodida compasión"
Una mañana todos nos despertamos con las imágenes testimoniales de los hechos espeluznantes y atroces ocurridos en Abu Ghraib, una cárcel de Irak donde se enviaban los presos más peligrosos capturados en la explotada, maldita y avergonzada guerra consabida por todos para ser confinados e interrogados sin supervisión ni control de autoridad alguna y vigilados por soldados americanos de élite que ejercían de guardianes esperpénticos aislados en un desierto de arena sin comunicación ni auxilio por parte de nadie que les convertía en reyes y dioses de todo lo que ocurría allí, carta blanca para todo tipo de acciones ante un lugar escondido y oculto a los ojos del mundo.
"La línea de mando espera que hagas tu trabajo, ¿entendido?"
Historia real basada en tales experiencias escrita, dirigida e interpretada por Luke Moran que en su primer trabajo se atreve con una historia dura, cruel, feroz y veraz que todos hemos oído a través de periódicos e informativos sobre los hechos deleznables e inmorales que tuvieron lugar allí y que salieron a la luz gracias a la pericia o estupidez de sus propios protagonistas.
Evolución psíquica, emocional de una persona cabal, recta, sensible y con moral que poco a poco va perdiendo todo contacto con la realidad, que anula toda su empatía y conexión para con los encerrados y que acaba sufriendo una locura temporal, sobredosis de delirio transitorio que le lleva a ejercer de monstruo psicológico y perturbado, un corriente e inocente chaval de 22 años que ama a su país, que cree a ciegas en él y que quiere contribuir a su defensa hacinado en la nada más lejana rodeado de tortura, caos, explosiones, silencio inquisidor, ruina devastada, honestidad encarcelada y desolación continua en las condiciones más deplorables de vida física que se puedan imaginar.
Porque ésta es la clave de toda la historia, su gran acierto que a muchos puede dejar con sabor rancio y pobre por la escasez de profundidad morbosa, por la pequeña muestra de lo que podría haber sido, por no tener miras y expectativas de gran denuncia y por no ofrecer una visión sedienta y palpable del horror allí acaecido pues se alimenta con sencillez, pulcritud y moderación de una imaginación dejada en nuestras manos, que no se sirve del expreso espasmo, temblor y desagrado, que impresiona ante un relato donde el novel director no se ceba con escenas explícitas y abominables de angosta visión sino que perfora y se adentra en las vivencias en primera persona de un soldado raso que no debe pensar ni decidir, sólo obedecer, de esas largas noches sin descanso en el sotano mugriento donde dormía, de la asfixiante monotonía hipnótica que repetía todos los días, del angustioso pasillo endemoniado donde ejercía de controlador, del patio refugio ficticio de añoranza y ensoñación sobre la existencia dejada en casa, del devorador carcoma mental de tantos días-horas-minutos aislado de la civilización, todo un cuadro hermético que le llevó a la transformación del ser maligno, descabellado y desquiciado que llegó a ser, condiciones apestosas e infrahumanas para un combinado brutal de insinuación que hiela y hiere por lo que se oye, intuye, presiente, analiza, distorsiona, crea, conjura y se sabe pero nadie pregunta, un infierno escogido por desconocimiento que desfigura el alma y transfiere al cuerpo el poder de ser arma letal sobre víctimas reducidas a despojo humano y convertidas en carne que maltratar y usar a antojo y disfrute personal, la gran tragedia que paraliza, acojona y asombra ante la simpleza y acceso de pasar una línea que te lleva del olvido de quién eres al estallido de un diablo que ni siquiera uno mismo sabe que existe, vergüenza tardía ante macabras actuaciones de fiesta permitida por nadie pero autorizadas en impune conformismo tácito no expresado.
No es de gran impacto perceptivo, ni de adrenalina y frenesí con acción ininterrumpida, todo lo contrario, la rutina-pasividad-aburrimiento combinada con pensamientos incontrolables, desesperación mortífera y una ida mental donde se desvanece todo rastro de humanidad y surge el despropósito horripilante de ser un mecenas con esclavos a tu servicio, rienda suelta a la rabia, locura, odio, impotencia y maldad sin freno pues a nadie importa, apunte locuaz, humilde y modesto de la conversión que padece y sufre quien entra en el túnel de los horrores y la mazmorra del sadismo y placer corrosivo, proclama sutil y esmerada de la facilidad de llegar a ser todo un doctor Jekyll y mr. Hyde en un mismo cuerpo.
"...quería salir, quería hacer la diferencia.", deseo cumplido pues nunca más volvió a ser el mismo.

http://lulupalomitasrojas.blogspot.com.es/
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