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Midori (1992)

Midori
56 min.
6,4
894
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Sinopsis
Basado en un clásico de la literatura japonesa, "La chica de las camelias" cuenta la historia de una niña desamparada que, a partir de su trabajo en una feria de monstruos, entabla una relación como asistente y amante de un misterioso mago enano. A causa de esta relación, Midori acaba confundiendo progresivamente las fronteras entre la realidad y el sueño o la pesadilla. No obstante, bajo esta apariencia surreal, subyace la trama argumental ejemplar de Maruo, muy ligada a su propia experiencia vital. Tras el abandono o asesinato de los progenitores, la protagonista ingresa a través de un maestro iniciático en una nueva familia sin lazos de sangre o, bueno, con otros lazos de sangre. (FILMAFFINITY)
Género
Animación Drama Terror Manga Surrealismo Animación para adultos Mediometraje
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Shôjo tsubaki (Midori)
Duración
56 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Links
6
Japanese freaks
Mediometraje animado de bajísimo presupuesto que adapta un cómic de Suehiro Maruo; mangaka japonés cuya granguiñolesca obra se compone básicamente de historias cortas de terror escatológico.
El barroco estilo de Maruo recrea ambientes oscuros, nauseabundos y enfermizos, para narrar macabros cuentos protagonizados por seres amorales y perversos. Generalmente sus historias son de temática fantástica con tintes surrealistas, y tratan temas tan repugnantes como la violación, el incesto o el asesinato.

"Midori, la niña de las camelias" es una de sus obras más conocidas, y la única que se ha llevado al campo de la animación. Maruo se basó en un viejo cuento del folclore japonés, para construir una truculenta, bizarra y alucinógena pesadilla claramente inspirada también en el mítico film de terror “Freaks”.
Está claro que Maruo quiso rendir homenaje a “La Parada de los Monstruos”. Son bastantes los paralelismos que podemos encontrar con la obra maestra de Tod Browning. Pero hay una diferencia fundamental entre los freaks de Browning y los de de Maruo. Los de éste no son sólo horribles en apariencia. Los freaks de Maruo están podridos por dentro. Son seres viles y perversos que no dudarán en someter a la protagonista a todo tipo de humillaciones y vejaciones desde el primer momento.

Esta adaptación al anime es realmente fiel al cómic original. Hiroshi Harada traslada viñeta a viñeta en el sentido más literal, limitándose prácticamente a calcar las páginas del manga, dotándolas únicamente de color, sonido y una animación realmente pobre. De hecho muchas secuencias ni siquiera tienen animación, y simplemente muestran imágenes estáticas o semi-estáticas montadas tal cual aparecen en el manga.

Es una pena que Harada no contase con más presupuesto, pero hay que pensar que con las pocas salidas comerciales que ha tenido siempre la obra de Maruo, no se podía invertir mucho dinero en adaptar uno de sus mangas. Y aunque el film sea realmente limitado en medios y narrativamente muy mejorable, al menos consigue contar una historia interesante y poco convencional, trasladando fielmente el aberrante y personal estilo gráfico del controvertido mangaka, pudiéndose destacar también el estupendo doblaje japonés y la muy correcta y adecuada banda sonora que acompaña a las macabras imágenes.
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49 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La niña de las camelias
Adaptación del cómic de Suehiro Maruo por Hiroshi Harada. El material impreso es una obra de malsana belleza aunque el filme se trata más de imágenes estáticas en movimiento. Proyecto complicado tanto por el contenido como por la forma. En la forma combina el genga y el douga y se necesitaron cinco años para completarla. Difícil de encuadrarla, por tanto, en un género por su contenido ya que por sus características anteriores parece un kamishibai totalmente dirigido a un público adulto por el atrevimiento del tema y las imágenes.
“Midori” fue prohibida al público en Japón aunque pudo ser visionada en el extranjero. Lo mismo pasó con el manga. La única manera de exhibir su obra era mediante la más absoluta clandestinidad y acaban convirtiéndose en exhibiciones a lo “The Rocky Horror Picture Show” con el público lanzando pétalos de camelias en momentos determinados.

Si alguien se ha leído algún cómic de Suehiro Maruo entenderá que se enfrenta a un retrato de la maldad, lujuria con perversiones surrealistas e imposibles. El retrato de ese circo ambulante freak y la triste historia de Midori que parece recordar a “Freaks” de Browning y enlaza también con el recibimiento que tuvo en su momento: de completa repulsión que acabó mutilando la obra hasta convertirse en uno de los personajes de la película. Suehiro Maruo prefirió la clandestinidad aunque tuvo que pagarlo caro en Japón.

Para los espectadores que vean el anime o lean el manga no les parecerá para nada tan brutal como para prohibirlo.
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20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
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