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El tesoro (2015)

El tesoro
85 min.
6,2
789
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Disponible en:
Suscripción
Trailer (RUMANO con subtítulos en INGLÉS)
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Sinopsis
Costi es un joven padre de familia que vive en Bucarest. Le gusta leer las aventuras de Robin Hood a su hijo de 6 años por la noche, para que se duerma. Un día, su vecino le comenta que está seguro de que hay un tesoro enterrado en el jardín de sus abuelos. Si Costi le ayuda alquilando un detector de metales y acompañándole, compartirá el tesoro con él. Inicialmente escéptico, y a pesar de todos los obstáculos, Costi se deja llevar por la aventura… (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama Crisis económica 2008 Comedia dramática
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Rumanía Rumanía
Título original:
Comoara (The Treasure)
Duración
85 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Premios
2015: Festival de Cannes: Mejor reparto ("Un Certain Regard")
6
Cazando sueños
Fábula sobre la ilusión, sobre la necesidad de soñar y creer en un mundo mejor lleno de riquezas y alhajas. De la tierra al cielo, de lo umbrío al cenit diurno. El tránsito no es fácil pero bastan apenas unos días para recorrer la distancia que separa la monotonía de la quimera, para cerrar la brecha existente entre el sinsabor diario y el festín festivo. Parábola sobre los buenos sentimientos y la inocencia, como si bastara un espíritu puro y candoroso para obrar el milagro de la utopía. El paraíso está en nosotros mismos y en nuestra capacidad para transformar la vida y entusiasmarnos con lo imposible.

Quizás hayamos perdido el candor para poder creer en historias positivas o edificantes, sobre todo si provienen de una cinematografía que nos mantiene aferrados a la acritud, el abatimiento y la desmoralización. Sin embargo, en esencia la realidad rumana es reflejada con similares características como en otras obras coetáneas: mendacidad, corruptelas, falta de dinero y ausencia de futuro. Pero con estos mismos mimbres, se urde aquí una trama simple e ingenua que retrata el desánimo cotidiano pero apunta, sin embargo, hacia la credulidad en los milagros inverosímiles. No en vano el relato comienza con la lectura de un pasaje de Robin Hood, como si la vida se redujera a una lucha entre buenos y malos – y sólo cupiera, siempre, el éxito maniqueo de uno de los dos contendientes.

Comedia del absurdo, sepulcro de la sensatez, elogio de la infancia y crítica a la fatal madurez, apología de la esperanza y censura del desánimo. El aroma surrealista que exhalan la mayoría de las escenas supone un remanso de paz y subrayan el reproche hacia la narración cartesiana donde lo admisible se ha de imponer sobre la fantasía o el portento. Nada está escrito hasta que lo escribimos y aun entonces cabe la enmienda de la goma de borrar. La sencillez no está reñida con la profundidad y de las narraciones apócrifas surgen dádivas imprevistas que nos alborozan el corazón y nos permiten permanecer en una infancia desmesurada que lo dulcifica todo.

Cualquier cosa puede ser un tesoro… y, sin embargo, para un niño la fortuna es dorada y brillante, llena de resplandores y refulgencias, aunque se encuentre guardada en una caja roma y ajada que parece más una afrenta que una algarabía. Ni tan siquiera la picaresca lacerante que lo mancilla todo consigue anular el entusiasmo de una cacería mínima, sustituyendo lo intrépido por lo tedioso: la riqueza yace enterrada en nuestro edén íntimo.

Imperfecta pero deliciosa.
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Robin Hood en Rumania
En El Tesoro, a un joven padre de familia, Costi (Toma Cuzin) un día su vecino Adrian (Adrian Purcarescu) le confiesa la más que probable posibilidad de la existencia de tesoros escondidos en los terrenos de la casa de sus abuelos pero no puede permitirse los aproximadamante 800 euros que supone contratar un detector de metales. Por tal motivo, le pide ayuda económica como socio capitalista para costear los gastos generados por el alquiler del detector a cambio de compartir a medias los posibles beneficios obtenidos por el reparto del tesoro. El escepticismo inicial de Costi poco a poco se va transformando, y no podrá resistir la tentación por encontrar el oro, hasta el punto que organiza su trabajo con el fin de tener tiempo libre para contratar los servicios de un profesional, Cornel (Corneliu Cozmei), lo que originará una serie de equívocos y divertidas situaciones en la oficina con su jefe.

Lo atractivo y mágico de El Tesoro reside en su simplicidad y en carecer de pretensiones artísticas y estilísticas con lo que tan solo parece un intento de Corneliu Porumboiu por salvar el frustrado proyecto inicial basado en un documental sobre la historia familiar de su amigo Adrian Purcarescu, según la cual su abuelo habría enterrado un importante tesoro en el jardín de su casa antes de que los comunistas se hicieran con el poder. La búsqueda fue un fracaso debido a que el tesoro no pudo encontrarse, y el motivo que propició la cancelación del documental. Sin embargo, el proyecto siguió adelante para transformarse en una película de ficción, donde el propio Adrian Purcarescu y Corneliu Cozmei se interpretan a si mismo, uno como el vecino que pide ayuda a Costi para realizar el viaje en busca del tesoro y el otro como el técnico contratado portador del detector de metales.

La aventura llevada a cabo por Costi y Cornel raya lo absurdo y surrealista pero vista con ternura y complacencia por los espectadores debido a la ingenuidad de nuestros dos héroes a la hora de afrontar y tomar decisiones en su ansiada búsqueda, provocando situaciones de lo más disparatadas y cómicas sobre todo cuando se encuentran en el interior de la casa y en el jardín observando las reacciones de los detectores de metales, uno que emite ruidos y otro que elabora gráficos. Esta aventura está muy alejada de las proezas de Robin Hood descritas en el libro que Costi lee a su hijo todas las noches en la cama antes de ir a dormir donde aparecen malvados villanos, cortesanas y princesas en peligro y combates de espadas. El verdadero interés de Costi sobre esta hazaña destinada a la búsqueda del tesoro escondido está encaminada a remover su anodina vida para transformarse en un héroe hecho realidad ante los ojos de su hijo, como en las historias de los cuentos.

Corneliu Porumboiu al igual que en sus excelentes películas anteriores, 12:08 al este de Bucarest (2006) y Policía, Adjetivo (2009), en El Tesoro despliega el uso del tiempo real a esmerados y laboriosos fines donde lo absurdo y cotidiano se dan la mano. Utiliza un enfoque discreto para convertir los minuciosos detalles de la existencia cotidiana, la burocracia, la rutina diaria, el pago de facturas…., en una comedia absurda. El Tesoro está lleno de sutiles observaciones relacionadas con la identidad nacional, no solo en la forma en que los rumanos miran al pasado donde la época comunista se ve como algo oscuro para olvidar, sino también en el presente en la forma en la que ven la educación de los hijos y el respeto en la ley.

Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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