Un jour mon père viendra (2012)

Aunque siempre lo intentemos con el cine francés, lo cierto es que la mayoría de las veces podemos terminar desencantados. No es extraño que apelen a las situaciones más absurdas. Es cuestión de poner detrás de la cámara un director francés y la creatividad sale a flote casi que como un león hambriento de los del Coliseo romano. De esta espontaneidad pueden surgir cosas interesantes y a veces hasta muy divertidas.
Esta película es un ejemplo de lo que acabo de decir. El director se sale con la suya con la formulación de una comedia y la escogencia de una par de buenos actores que van a hacer de padres extrañamente en disputa. Sin embargo. La película no logra cuajar del todo pues hay un abuso de los ingredientes que la componen y, como un delicado castillo de naipes, al final todo se va al traste. se le abona la risa, se le abona la personalidad de cada actor, pero la historia y sus desengaños ensombrecen todo el conjunto.