La huella del crimen 3: El asesino dentro del círculo (TV) (2010)

Tenía pensado dejarme llevar por la benevolencia, enfocando mi parecer a un relato de un hecho real que simplemente nos quiere mostrar un hecho real, un capítulo de la historia negra y criminal de nuestro país. Pero lo visto me supera. No me resulta fácil, ni siquiera posible, terminar puntuando con algo más que un 2. Las interpretaciones son horribles. Lo del Roger Coma es de traca: plano, inverosímil, ramplón. Los secundarios actúan como obligados, como si se tratara de pagar una deuda con los productores. Vicky Peña cargante, Joaquín Climent con cara de aburrido. Quizás salvaría a Carlos Hipólito, el único que le pone algo de entusiasmo, y por él puede que mi nota final no sea un 1.

La historia está contada de manera atropellada, y eso que podría dar juego. Poco más se me ocurre por añadir. Simplemente seguir con "La huella del crimen" y pensar que éste fue el borrón a una serie aceptable.

Reconstrucción de la oscura y macabra historia real de Joaquín Ferrándiz, un tipo aparentemente normal –soltero, buen trabajador, bien parecido, sociable–, residente en Castellón, que resultó ser un terrible asesino sin ningún tipo de escrúpulos, que se aprovechaba de su presencia para asesinar a mujeres de toda índole sin que le temblara el pulso y sin demasiadas alharacas.

El barcelonés Roger Coma se luce interpretando al inquietante y peligroso protagonista. Le acompaña en el reparto el siempre solvente Carlos Hipólito, como el personaje de Garrido, el experto en Psicología Criminal y Psicopatía que investiga los crímenes y que acerca a la policía al camino correcto para reconducir la investigación.

Este capítulo se inscribe en la 3ª temporada de esta serie de largometrajes televisivos titulada "La huella del crimen", creada por Pedro Costa en 1985 y continuada en 1991, aunque algunos capítulos fueron comercializados aparte, como es el caso de Amantes, de Vicente Aranda.

En la serie se recrean casos policiales reales que han conmovido a la sociedad española. No comparto para nada, las bajísimas notas que estoy leyendo, aunque no me queda más remedio que aceptarlas. Un 6.