El rey del mambo (1989)

Da pena ver tan ilustres nombres de nuestra filmografía haciendo el borrego y el cafre y la bruja y la putilla en esta infame comedieta con trasunto racial y tufillo feminista (o en el fondo, bastante machista) en los estertores del género de la "comedia madrileña", o la "comedia catalana", y al final del primer periodo almodovariano.
De verdad, ver a López Vázquez de marujo y con una batidora, o disfrazado de negro haciendo el mono...es que se me cae el alma a los pies...
A mi juicio la única que se salva de la quema (yo aún la chamuscaría un poquito) es Doña Charo López, que lidia como puede con su papel...
En fin, un engendro (con moreno) sin gracia alguna y totalmente olvidable y trasnochado hoy en día.
No perdáis el tiempo.

Que vendan esta película como una comedia erótica es un engaño, porque de erótica tiene poco y de comedia menos. El argumento es lo más simple y casposo que parió madre. Un Jamaicano viene a España y como es bien sabido que los "mulatos" vienen bien equipados de serie, todas las señoras cuarentonas lo quieren hacer con él porque sus maridos no las satisfacen, ya está, eso es todo.

Intentan meter entre medias una trama de una central nuclear para darle más seriedad al asunto, pero no pinta nada en la película, igual que las escenas de ópera. Kelvin Garvanne, el "Negro" (no es despectivo, es que no paran de repetirlo durante toda la película) solamente se desnuda 2 veces y ya con eso te justifican que estás viendo cine erótico. Las pocas veces que pronuncia una frase, está doblado (porque se ve en los labios que habla en inglés) y queda rarísimo.

Todos están en un nivel actoral bajísimo. Incomprensible que un actor como José Luis López Vázquez, brillante en películas como El pisito o La colmena, aquí aparezca pintado de negro y gritando "black power" cuando saca el premio gordo en una máquina tragaperras. Y lo de verle bailar como un mono mientras dice que le están esperando muchas "guarronas" es ya el colmo.

El guion es de Maruja Torres, sí, la misma que tú y yo estamos pensando, la reportera de guerra y ganadora del premio planeta. No sé que se fumó aquí para hacer un guion tan machista y tan racista.

La película no vale nada, porque ni te hace reír, ni te excita ni ná de ná y ni siendo tan cutre, consigue que al menos te rías de lo mala que es. Totalmente evitable, a menos que quieras caer a los bajos fondos del cine español para ver qué te encuentras