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Imbarco a mezzanotte (1952)

Imbarco a mezzanotte
90 min.
6,4
44
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Un hombre sin nombre, sin hogar y marginado, que va en busca de una nueva vida, y un niño de familia pobre, que se ve obligado a robar cuando pierde el dinero de la leche, unen sus destinos cuando están buscando un lugar donde esconderse. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine negro Crimen Robos & Atracos Infancia Pobreza
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Imbarco a mezzanotte
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
Viaje hacia la eternidad
No cesa de sorprenderme la cantidad de obras cinematográficas que, muy frecuentemente, encuentro relegadas al olvido, siendo pocos, muy pocos los cinéfilos que las han tenido en cuenta no obstante que son verdaderos tesoros de arte y humanidad; cine que alecciona, que nos muestra una hermosa manera de ver lo cotidiano, que nos alienta a percibir otra realidad. Películas en las que el hombre común y el descarriado son vistos en esa divinidad que, pretendidamente se desconoce, por defender ideales (o tradiciones) apocados y penosamente sesgados.

Mucho tiene que ver en esto la clase política dominante que, no queriendo ver cuestionadas sus ímprobas instituciones o las ya rancias tradiciones sociales, ejerce una censura -directa o soterrada- que obliga a que, muchas grandes obras de arte, terminen sin puerta de entrada o empolvadas en las bodegas de las distribuidoras porque “a nadie interesan”.

Cuando el referente de los espectadores es sólo lo que ponen en las salas, están groggy, porque, apenas con excepciones, el cine que se exhibe en estos espacios suele ser el más castrador y el más intrascendente. No estimula el pensamiento, no forma seres críticos y despiertos… ¡por eso se le abren todas las puertas! La insensatez sigue manteniendo en este mundo las más altas probabilidades de triunfar… y sino pregúntenle a Mr. Trump.

“LA RONDA DEL SOSPECHOSO”, fue la primera película que, el director Joseph Losey, hizo en Europa. Rodada en Italia, con protagonistas americanos y actores de conjunto de origen italiano, el guion, escrito de nuevo por Ben Barzman, según una historia de Nöel Calef, tiene como protagonista a una suerte de hombre en crisis que, por la fuerza de las circunstancias, lleva ahora una vida de vagabundo, aunque, en este preciso momento, tiene el clarísimo propósito de viajar -aunque sea como polizonte- en el próximo barco que zarpará a la medianoche. Pero ha sido descubierto y es enterado de que viajar le costará 50 mil liras. ¡Ojo con esta cifra!

Lo que sigue, nos mostrará la relación que va a darse entre, un hombre perseguido por la policía (excelente Paul Muni) y un niño de ocho años (Vittorio Manunta), que también se cree perseguido por “robar” un litro de leche. Y lo que ocurre entre ellos… con su entorno… y con las instituciones del estado, va a hacernos aflorar sensibles emociones que, quizás nos sensibilicen como merecemos. Otros personajes, como Angela (Joan Lorring) la joven empleada de una tienda o Peroni (Alex Silvani), el hombre del caballo, harán también parte significativa de la gente que sufre los rigores de la miseria.

Es una Italia en ruinas tras la guerra; robar es, para muchos, la única forma de sobrevivir… pero las leyes juzgan hechos y no razones, mientras que los inescrupulosos buscan aprovecharse de los más débiles. Y en un estilo, decididamente influido por el trascendental neorrealismo, Losey nos entrega una historia simple, pero cargada de acrisolado espíritu. Podremos ver la suerte de condenas que emite el hombre, pero en nuestro fuero interior no sé si podamos hallar verdaderas razones para juzgar.

Quizás, también Losey esté convencido de que, la única justicia que el hombre puede esperar, sólo va a encontrarla cuando realice el inevitable viaje a la eternidad… y para hacer este viaje, no se necesita 50 mil liras.

Un diálogo para enmarcar:
Pregunta el policía al anciano Peroni:
- ¡¿Por qué no dijiste lo del arma?! ¡¿No crees que podrías haber evitado un crimen?!
Peroni responde preguntando a su vez:
- ¡¿Por qué no le diste un pedazo de queso?! ¡¿No crees que podrías haber evitado un crimen?!
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El hombre de la pistola y el niño con la botella de leche
Un hombre desciende de un barco en el que ha viajado como polizón y trata desesperadamente de conseguir dinero, huyendo de algo, para volver a embarcar esa misma noche. Así se inicia esta curiosa producción italiana dirigida por el director norteamericano Joseph Losey, recién huido del Comité de Actividades Antiamericanas del senador McCarthy, antes de asentarse definitvamente en el Reino Unido. El escenario de la película parece directamente sacado de “Ladrón de bicicletas” o de cualquier otra película del neorrealismo italiano, aunque sin la mirada compasiva de Vittorio de Sica o Roberto Rossellini. Hombres que huyen, mujeres despreciadas, miseria de postguerra, niños de la calle, juegos entre ruinas, visión tenebrosa -“no hay verdes praderas ni grandes pastos”- un poco ideológica donde los pobres no tienen dignidad y solo sienten desesperación, miseria, crueldad. Es una crónica negra, triste y trágica de la condición humana en la que sorprende un poco la presencia del gran actor Paul Muni, algo fuera de lugar y ligeramente sobreactuado en su rigidez, uno de los elementos de interés de esta producción un poco espesa, sin la brillante y original sencillez de las iniciales producciones americanas de Losey ni el excéntrico y original atractivo de su producción de los años 60. Destacada actuación de Vittorio Manunta como el niño Giacomo.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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