El año de la plaga (2018)

Conclusiones
Cuando te enfrentas a un remake o rebut como está de moda llamarlos ahora, todo es más arriesgado que cuando es una historia original, aun así el libro en que se basa, también una... llamémoslo replica, funciona a las mil maravillas estando esa replica aderezada de elementos, personajes y guiños que son los que hacen que funcione y le dan alma al asunto, ¿qué ocurre cuando te cargas esos elementos para la película? pues que el castillo se destruye ante el espectador, esos personajes tan excéntricos que eran el alma de la novela y eran los que junto a la personalidad de Víctor Negro hacían que la réplica funcionase a pesar de serlo, aquí se han diluido o desaparecido, y la réplica se muere.
Lo que nos Enseña
La cinta no termina de funcionar, ni está mal dirigida ni está mal interpretada, los actores y en especial el protagonista si están a la altura de lo que cabria esperar, pero es curioso que una cinta que habla de personas que son clonadas y las copias carecen de sentimientos y emociones, este falta de eso es precisamente lo que le falta a esta película, es una cinta que le falta eso, carece totalmente de emociones no termina de enganchar, porque esa pandemia es poco creíble, está totalmente vacía, no funciona porque los elementos que hacían que la novela funcionase son los únicos que no han sido clonados.

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Como se bromea en una escena de la cinta, esta producción parece un “remake made in Spain” de La invasión de los ultracuerpos aunque, esta vez, con eucaliptos. Así, nos encontramos navegando, durante una hora y media, en un barco que no llega a puerto.

La película fluctúa entre la comedia, el thriller y el terror sin decidirse completamente por ningún género. Esta falta de riesgo, al no apostar por una sola categoría, provoca que no se alcancen resultados en ninguna de ellas. De esta manera, la historia está llena de bromas que casi ni suscitan la sonrisa, de sonidos tenebrosos o planos de miedo que no provocan sobresaltos y de una acción que no acaba de arrancar.

En la misma línea, el reparto parece no confiar en el proyecto y la interpretación no es del todo convincente. Ivan Massegué aporta una actuación interesante, así como también Fermí Reixach, quien cuenta con algunas apariciones entrañables. Poco más puede destacarse en este largometraje a excepción de una fotografía bonita en algunos momentos y pequeños homenajes al cine y a la literatura.

Una invasión de eucaliptos en vez de vainas, en Barcelona y con muchos chistes apocalípticos convierten a El año de la plaga en un entretenimiento ligero que, quizá, incita un atisbo de carcajada y ofrece algunos momentos emotivos.

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