Escena (ITALIANO)
- Sinopsis
- Comedia sobre un grupo de mafiosos americanos que no tiene mejor ocurrencia que robar en el lugar donde se venera a san Genaro, el patrón de Nápoles. Por supuesto, las cosas no van a salir según sus planes, en parte debido a que sus cómplices italianos son devotos del santo. (FILMAFFINITY)
- Género
- Comedia Crimen Robos & Atracos
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1966 / Italia
- Título original:
- Operazione San Gennaro
- Duración
- 104 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Italia-Francia-Alemania del Oeste (RFA);
- Links
Nápoles
8 de mayo de 2011
Sucede a menudo en el cine de Dino Risi, un cineasta excepcional que no es ningún genio, que el gentío, la vida cotidiana, los gritos que sirven de fondo a sus historias valen más que la historia misma. Es mucho más importante la boda donde se meten los atracadores que el atraco en sí; las abigarradas calles de Nápoles son reales; el festival de la canción que se vive en cada casa me gusta más que lo que pasa en la cripta del santo. En fin, Nino Manfredi tiene cierta gracia. Pero si la película se puede ver hoy es, sobre todo, por la esplendorosa Senta Berger, qué potencia, qué sensualidad, qué espléndidez, qué rotundidad... y qué delicioso personaje, el mejor de la película en su alocada frivolidad. No está mal, se puede ver.
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11 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Santos cacos y sopapos
13 de febrero de 2019
El ilustre ilustrado Montesquieu deja a los españoles hechos un guiñapo en la despiadada septuagésimo octava de sus cartas persas. Tampoco se chupa el dedo en la quincuagésimo primera cuando afirma que "las mujeres moscovitas gustan de ser maltratadas. Para quedar aseguradas de que sus maridos las quieren, han de zurrarlas de lo lindo." Concuerda con la sabiduría popular: ese te quiere bien que te hace llorar.
Las hembras españolas harían bien en meditar el sabio aviso venido de allende los Montes Urales, como parece haberlo recibido y entendido la Concettina de la película, alias la James Bond girl Claudine Auger. En un par de ocasiones se encara con su novio Dudu, y éste le arrea un sopapo que ella acepta sin rechistar ni lloriqueos, como si de lo pactado se tratase. A contrario, la vez que la muy resabida le provoca adrede y él sin inmutarse se queda tan pancho, es cuando expresa una amarga queja y en sustancia le dice: ya no debes quererme, no me has dado mi bofetón.
También tiene guasa la supersticiosa devoción a San Genaro de la banda de desaforados cacos napolitanos. Recuerda a los ladrones de la novela Rinconete y Cortadillo rezando el rosario y ofreciendo limosna para el aceite de la lámpara de una imagen muy devota.
Por lo demás tenemos a una clásica historia de robo a la italiana del estilo de I soliti ignoti, asumiendo una desenfadada inverosimilitud, con un retrato que rebosa cariñosa benevolencia hacia el entrañable mundillo, solare dirían los italianos, que bulle por las calles de Nápoles.
Jubilosos gags a montones, escenas de acción filmadas y montadas con el tempo adecuado, en particular la muy conseguida secuencia que menciono en el spoiler... tales son los ingredientes de esta desenfrenada patraña, que además cuenta con un elenco de primera. Acertadas figuras de segundones rodean a un Totó y a un Nino Manfredi que como de costumbre dan la talla, y a una Senta Berger cuyo garbo y despampanante belleza son pura bendición y desasosiego para los sentidos.
Las hembras españolas harían bien en meditar el sabio aviso venido de allende los Montes Urales, como parece haberlo recibido y entendido la Concettina de la película, alias la James Bond girl Claudine Auger. En un par de ocasiones se encara con su novio Dudu, y éste le arrea un sopapo que ella acepta sin rechistar ni lloriqueos, como si de lo pactado se tratase. A contrario, la vez que la muy resabida le provoca adrede y él sin inmutarse se queda tan pancho, es cuando expresa una amarga queja y en sustancia le dice: ya no debes quererme, no me has dado mi bofetón.
También tiene guasa la supersticiosa devoción a San Genaro de la banda de desaforados cacos napolitanos. Recuerda a los ladrones de la novela Rinconete y Cortadillo rezando el rosario y ofreciendo limosna para el aceite de la lámpara de una imagen muy devota.
Por lo demás tenemos a una clásica historia de robo a la italiana del estilo de I soliti ignoti, asumiendo una desenfadada inverosimilitud, con un retrato que rebosa cariñosa benevolencia hacia el entrañable mundillo, solare dirían los italianos, que bulle por las calles de Nápoles.
Jubilosos gags a montones, escenas de acción filmadas y montadas con el tempo adecuado, en particular la muy conseguida secuencia que menciono en el spoiler... tales son los ingredientes de esta desenfrenada patraña, que además cuenta con un elenco de primera. Acertadas figuras de segundones rodean a un Totó y a un Nino Manfredi que como de costumbre dan la talla, y a una Senta Berger cuyo garbo y despampanante belleza son pura bendición y desasosiego para los sentidos.
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