La noche de los demonios (1988)

Echaba de menos una película así. Adolescentes idiotas, guión absurdo, alcohol, tetas, insultos hilarantes, música ochentera, casa encantada, zombies, demonios, gore artesanal, scream queens, humor escatológico...

Grandísima Linnea Quigley haciendo de zorrona (para variar) y regalando algun desnudo integral, además de la mejor frase del film:
- ¿Teneis huevos de chocolate?
- Si
- Pues voy a tener que chuparos la polla algún día de estos...

Entre esto y la subtrama del viejo ("Mira que sois tontos los viejos!!"), poco más se puede pedir. Misticismo ochentero casposo.

Es de terror. Pero también es una comedia de terror, aunque no se lo proponga. Como la mayoría de las películas de terror de los ochenta.

Esta en particular cumple al pie de la letra con los requisitos:

-Un montón de actores adolescentes (o pos adolescentes), cuyos nombres, en su mayoría, resultan totalmente ignotos hoy en día (seguro que muchos de ellos ahora trabajan de dependientes en una ferretería).
-Caserón embrujado en el medio de la nada. Abandonado, derruido, con las ventanas tapiadas con tablones... todo en regla.
-Guión absurdo y por lo general muy pobre, con diálogos risibles y situaciones poco menos que ridículas.
-La dosis justa de tetas. (No importa cómo ni por qué, SIEMPRE hay que mostrar al menos un par en películas como esta).
-Efectos especiales de maquillaje bastante bien logrados: máscaras de goma, dentaduras postizas, sangre falsa, etc. Sin olvidar, por supuesto, un par de tetas de goma.
-Música ambiental "ochentosa" a más no poder: órganos, sintetizadores, guitarras eléctricas, que logran crean una atmósfera subyugante y la vez disparatada.

Tiene algunas escenas aburridillas, sobre todo al comienzo, donde da la sensación de que lo verdaderamente interesante (las muertes, claro) tarda demasiado en llegar. Pero desde la mitad al final, la película cumple su cometido y en líneas generales resulta bastante divertida y entretenida.

Eso sí, no esperen encontrarse con una gran creación del cine de horror, porque está lejos de serlo. Y en el fondo, nadie lo pretende. (Al menos yo no).
Ideal para ver en casa la noche de Halloween, con pop, cerveza y amigos.