The Lemon Drop Kid (1951)

Otra increíble sorpresa que me acabo de llevar.
Bob Hope en un cuento. Una fábula navideña de Damon Runyon, un autor magníficamente adaptado a la pantalla por Capra, " Dama por un día", " Un gángster para un milagro", y que ya ha conocido otras muchas adaptaciones, entre ellas " Little Miss Marker" con la pequeña Shirley Temple, se pone esta vez al servicio de un cómico que, aparentemente, muy poco debería tener en común con el espíritu del estilo de su autor.
Sin embargo, el milagro se consigue, vaya que sí. Una preciosa comedia navideña totalmente imbuida del carácter de cuento de hadas de los marginales, marca de la casa Runyon, entremezclada con la personalidad única de Hope, que se unen en perfecto equilibrio para no descompensar las, se diría, contradictorias cualidades de ninguno de los dos.
Bob Hope es aquí un estafador de carreras de caballos, ampliamente conocido como " el chico de las pastillas de limón" por su afición a chupar estos caramelos. En una desafortunada jugada y sin saberlo, timará a un grande del hampa, Fred Clark, quien le concederá los ocho días que preceden a la Navidad para conseguir devolverle los 10.000 dólares que le ha estafado y que podría pagar con su vida.
Ante esa tesitura, a Hope no se le ocurre otra cosa que involucrarse en una estafa mucho mayor y más ingeniosa, que implicará la colaboración de todos los maleantes amigos suyos de la ciudad de Nueva York ignorantes de su trampa que, mira tú por dónde, creerán estar ayudando en la constitución de un asilo para ancianas.
En el argumento es donde se ve a Runyon y, cómo no, se recuerda a Capra. La anciana a la que todos los delincuentes de la ciudad quieren ayudar y que aquí interpreta una de nuestras abuelas de Hollywood, Jane Darwell, es el mismo personaje, prácticamente, que la Annie Manzanas de " Un gángster para un milagro" y que Bette Davis interpretó con magnífica soltura.
También, por lo que me voy dando cuenta, el tema de la marginalidad, la pobreza y el corazón de estos seres " sin corazón" se va repitiendo en los cuentos de este autor. " Little Miss Marker" tenía también muchos puntos en común con la que nos ocupa.
Algunas escenas realmente conmovedoras ( ese casino reconvertido en el que se preparan para pasar la noche...) y, sobre todo, ese par de canciones que meten,( " Silver Bells" ya es un clásico), nos van a terminar de tocar la fibra y nos van a convencer de que estamos ante una verdadera película navideña.
Pero luego están Bob Hope y los directores que, decididamente, le dan un sesgo más cómico al film para aprovechar las cualidades del protagonista. De Lanfield no puedo hablar porque no lo tengo muy fichado pero de Tashlin, no podemos olvidar las magníficas comedias que firmó ( ya podemos deducir los buenos gags que vamos a encontrar). Y he de decir que la película lo equilibra francamente bien. Hope está magnífico en su papel, nada, nada, exagerado, pero aprovecha estupendamente las numerosas escenas de lucimiento que le otorgan y que, definitivamente, encarrilan este film al raíl de la comedia, con algunos momentos descacharrantes.
Marilyn Maxwell está perfecta y preciosa como pareja de Hope, haciendo del enlace que deberá recorrer éste en el camino que va desde su deshonestidad inicial hasta su redención.
El excelente reparto escogido para dar vida a estos facinerosos es otro acierto naturalmente. A todos los vamos a reconocer y nos van a encantar tratando de recaudar fondos para sus ancianitas. Es un contraste que difícilmente podemos olvidar.
Muy buena película, muy buena comedia, muy buena fábula. Ideal para la navidad, claro que sí.