Holocausto radiactivo (1972)

La verdadera contaminación no es radioactiva sino por hormonas en el agua de mar, que son ingeridas por los peces y luego llegan a los humanos al comer pescado.

En la película, una empresa tira unos bidones con hormona del crecimiento en una zona costera vetada por contener residuos radioactivos que a su vez ha tirado la Marina británica. Los habitantes de la isla comen peces de la zona y es como enferman de acromegalía. La empresa tira los residuos sólo por ahorrarse dinero, pero no hay conspiración alguna. Tampoco los militares de la Marina están implicados en nada más allá de la negligencia de tirar bidones de residuos radioactivos al mar (algo inverosímil incluso en los años 70). Pensé que el almirante formaría parte de una siniestra conspiración contra los habitantes de la isla (por ejemplo, un experimento militar), pero nada de eso. Y los habitantes de la isla, que por su extraño comportamiento parecen también estar implicados en algo malvado, en realidad sólo están ocultando la situación médica de sus familiares por pura vergüenza (pensando que el mal que los aqueja se debe a un castigo divino o a una enfermedad hereditaria), y también para ocultar algún crimen cometido por un familiar en estado de enajenación (en cuyo caso tal persona no sería ni penalmente responsable).

Algunos diálogos, como los del doctor con el almirante, son de lo más simplones, casi parecen de relleno. ¿Y qué decir de la escena en que un perro furioso ataca y muerde al doctor, pero nada más irse el perro vemos al doctor sin un rasguño? ¿Un perro enloquecido te muerde salvajemente la mano durante varios segundos y no sangras?

El final es ridículo, con un montón de enfermos deformes acusando al doctor de querer destruir su pueblo si tienen que irse fuera de la isla a recibir tratamiento. Le amenazan con matarle si pide ayuda médica para ellos y al final no le hacen nada, sino que ellos solitos entran en razón y la Cruz Roja acude a la isla a organizar el traslado de los enfermos.