A tiro limpio (1998)

(Dame tu) Vitamina. Los malos.
El principio es un poco absurdo confuso y el final está mal garrafal, lo otro tiene garra y nervio y pulso y maneja con soltura, garbo y solera, todos los tópicos del género (negro-afro) y Adolfo Fernández es un actor, especialmente para este tipo de casos cosos, totalmente infravalorado infrautilizado y poco conocido, jonda pena, esa voz tan macarra guapa marca de la casa, muy bueno y Toni Cantó es (estaba en el punto justo de cocción, alangostinado, con mayonesa) muy guapo y el checo tenía que ser es muy, para variar, majo, pobre desgraciado, gran pringado, y ella es atractiva y Orella es simpático retorcido y Ana es estupenda y a Diana se la echa mucho de menos, Braindead, en estos cinematográficos eventos y la isla luminosa hermosa aunque aquí no se vea la gran cosa acompaña, pero claro, los meandros argumentales (se nos van de las manos) y la trama en sí misma (esa deriva) se nos cae a pedazos (la casa/carcasa/cáscara/camisa), se la comen las incongruencias hasta tal (llegados a un) punto (de no retorno), sin solución, que desconectas ante tanta enormidad tan mala/frágilmente resuelta, Plata quemada a la vuelta de la esquina islera (de sangre) española (corre por tus venas como una caracola) rumbera, amores homosexuales encontrados (reñidos, abrazos rotos), Jerjes y la batalla de las Termópilas haciendo el pino decúbito supino y, solo a veces, prono con Gerard (nunca Rhett) Butler, casi 300, brothers in arms, agáchate, maldito, canta, di, Pam-plo-na, abre la boca, y los ojos, no eyes wide shut precisamente.
En realidad no es mala, solo pobre, pero no de dinero (que también, pero eso no nos importa, somos quiméricos, no monetarios, nosotros vivimos como queremos o se nos antoja o da la gana, por amor al arte, al séptimo, y al trigésimo quinto exactamente), de alma, como si se desentendiera perezosamente de sí misma, no se importara una higa o no se hiciese cargo de su derrotero más que como cansada agotada fórmula o como si mirase siempre para otro lado, para el más previsible estrepitoso periclitado chusco finalmente pautado, desangelada, desentrañada, como si pasase de su sombra o no se creyese real definitivamente mucho lo que está contando o por allí pasando, floja, falla, (más bien poco) folla, mata, enferma (indiferencia), (anárquica) apatía.