En la línea de ataque (1992)

Floja adaptación cinematográfica de una interesante –sin más- novela de William Wharton que el director y guionista Keith Gordon no termina de sacar partido, y que el tiempo ha confirmado que es un director mucho más flojo de lo que prometía.

Inspirada en el famoso “alto el fuego” en las Navidades de 1914 en plena PGM –aunque en este caso la acción se traslada a la Segunda en la ofensiva de las Árdenas en 1944- que se produjo entre soldados británicos y alemanes, “En la línea de ataque” –título en España- no consigue transmitir lo que persigue que son dosis de emoción, ya que acción tiene la justa.

A pesar de contar con un grupete de actores jóvenes de gran valía, aunque la mayor parte de ellos no han conseguido el éxito que prometían como Kevin Dillon, Gary Sinise y algo más Ethan Hawke, aunque sin tirar cohetes, la cinta no permite gran lucimiento por un guión más que plano y sobre todo por falta de una verosimilitud evidente que demuestra lo poco que saben algunos sobre cuestiones castrenses.

Al margen de que las montañas y bosques de Utah poco tienen que ver con las belgas, no sólo en cuestiones de paisaje vegetal, sino en cuestiones topográficas y climáticas, podemos decir que la película tiene un cierto naturalismo y sensación claustofóbica que puede ser interesante para contemplar sin prisa y que desde luego se agradece que al menos no esté dedicada al público juvenil.

Un correcto drama pacifista que aprueba por los pelos, que en ningún caso, advierto, es una película bélica de acción. Por lo tanto no la vean con sueño porque es posible que no resistan.

Sí, es que normalmente las pelis bélicas suelen ser de acción y de superhéroes, incluso las mejores y más entretenidas, que por supuesto a mí me encantan.

Pero me encanta más aún una película sobre una guerra auténtica. Es decir, de gente con miedo a morir y con tristeza porque han visto morir a uno o varios amigos. No es que yo haya estado en el frente de Las Ardenas, pero una cosa que suele suceder en las guerras, sobre todo si son a gran escala, es que unos señores con corbata y gran respetabilidad ordenan la movilización de cientos de miles de niños menores de 20 años, a los que les dan un rifle. Esos mismos señores, tras un puro y un coñac, ordenan a miles de jóvenes mediocres de entre 20 y 30 años que les den órdenes absurdas a los niños antes mencionados. Luego los niños y los jóvenes de uno y otro bando se ponen de acuerdo más o menos sobre el lugar en que masacrarse y fin. Los de la corbata tan contentos.

Pero los imberbes que están cavando trincheras ahí abajo no están tan contentos. Y películas como esta desconocida, que representan quizá 1 de cada 10 películas con temática de guerra, son las que nos muestran eso de verdad. Y quiero hacer hincapié en separar cintas de este tipo con otras de mensaje y tono ambiguos / relativistas, de gran fama y prestigio al estilo del Soldado Ryan o Hacksaw Ridge.

No, no, no, amigos, no vale decir ‘qué horrible es la guerra’ y luego ponerme al Capitán América salvando al mundo libre de la opresión (ya que tan horrible la guerra no será, si encierra un fin tan loable). Con A MIDNIGHT CLEAR vamos más en la línea mucho menos hipócrita de JOHNNY COGIÓ SU FUSIL, LA CRUZ DE HIERRO, GALLIPOLI y STALINGRADO. Dicho de otra forma, protagonizada por personas y no por héroes.

Los infelices envueltos en la trama de EN LA LÍNEA DE ATAQUE pasan la mayor parte del metraje acojonados vivos, desesperados por salir de una ratonera en que personajes dignos de mención –como el cretino Comandante Griffin– les han ordenado meterse porque... bueno, por qué no. Uno de los chavales lo dice en un momento dado: ‘si el mundo está regido por mierdas como Griffin, después de esto ¿así es como va a ser?’ El enemigo, y sintiéndolo mucho por los belicosos de postín que andan por ahí, no es ese pelotón de desgraciados alemanes (tan asustados y traumatizados como los mismos americanos). Puede que ni siquiera haya enemigo. Y todo esto sea una gran carnicería sin objeto ni propósito...
Y curiosamente me he acordado de la sabiduría popular de la que hace gala “Pedazo de animal” en LA CHAQUETA METÁLICA:

- Al menos han muerto por una buena causa.
- ¿Qué causa es esa?
- La libertad.
- Aclárate las neuronas, pardillo. ¿Crees que luchamos por la libertad? Esto es una matanza.