Licencia para matar (1975)

320/17(26/10/11) Un fallido film de intriga, suspense y aventuras del genial Clint Eastwood, hasta el mejor escribiente echa un borrón. Este es un batiburrillo sin ni pies ni cabeza con un guión tan absurdo como risible, es un vano intento por acercarse al espíritu de los James Bond, como si ‘El Guapo’ quisiera coger un testigo estadounidense para una saga similar, de hecho en España, los genios que ponen títulos decidieron cambiar el adecuado original por uno que se le asemejara a la serie Bondiana. Todo en la cinta es un sinsentido que no hay por donde cogerlo, solo parecen tener el objetivo de enseñarnos bellas imágenes del Monument Valley y de los Alpes y para da igual que se hundan en un argumento que parece escrito por mi sobrina de un dos años, un profesor de arte en la universidad, Jonathan Hemlock (Inane Clint Eastwood), que nos lo presentan como un playboy que tiene loquitas a las alumnas, Hemlock tiene dos aficiones antagónicas, el alpinismo y la colección de cuadros, además tenía un trabajo oculto, sancionar, o lo que es lo mismo asesinar a los enemigos de la Patria, su antiguo jefe es un albino, Dragón, este lo reclama para sancionar a dos tipejos, a uno de ellos lo conoce, y Hemlock lo sanciona, del otro solo sabe que cojea y que es uno de los tres que tiene pensado subir la mítica y peligrosa cima suiza del Eiger, el se va a unir a la escalada, no sin antes entrenarse para la misión, para ello va al Monument Valley donde le espera su amiguete, Ben Bowman (buen George Kennedy), que le va a entrenar con la ayuda de una bella india. Pues bien todo lo contado esta fatalmente hilvanado, resultan partes de su desarrollo muy forzado, la primera sanción no aporta algo a la trama, el entrenamiento es otro pegote del guión, solo salvable por los descomunales paisajes del parque, coronado por la espectacular subida al colosal Totem Pole, de una espectacularidad antológica, aunque hay que darle la licencia de creernos que el panzudo George Kennedy es capaz de encaramarse por paredes verticales, no cabe en cabeza humana, y luego llega la escalada al Eiger, un despropósito pues para que leches debe subir Hemlock? Cuando descubra quien es se lo carga en tierra? Qué sentido tiene subir a una cumbre en la que puede cascar? Lo dicho un despropósito que encima se hace largo, son dos horas para contarnos tan poquito, esperan compensarnos con un final sorpresa que lo que hace es cabrearnos, pues es un enorme agujero en el queso gruyere que es el guión. A Clint le quedaban por delante sus mejores trabajo tras las cámaras, eran sus comienzos, así que si le sirvió este producto en algo para sus posteriores Grandiosas películas ‘Sin perdó’, ‘Mystic River’, ‘Cazador Blanco Corazón Negro’, ‘Million Dollar Baby’, ‘Banderas de nuestros padres’ y más, dase por bien hecha. Recomendable a los seguidores de Clint, entre los que me cuento. Fuerza y honor!!!

Posiblemente el personaje de Jonathan Hemlock (Clint Eastwood) sirviera de inspiración para otros personajes posteriores como Indiana Jones (ambos tienen dos vidas, una la de profesor universitario -con gafas- y la otra de aventurero).

Clint Eastwood se desenvuelve bien tanto delante como detrás de la cámara en este estupendo thriller de acción lleno de diálogos que no tienen desperdicio, así como las excelentes escenas de acción de escalada, en las que el propio Eastwood tuvo que enfrentarse constantemente a la muerte (ya había costado la vida de uno de los especialistas).

Rico fondo musical de John Williams y unos bellos paisajes, así como buenos secundarios, tales como George Kennedy (que ya había trabajado con Clint 1 año antes en Thunderbolt & Lightfood) , una sensual Brenda Venus y un odioso Gregory Walcott encarnando a Pope (un mensajero bobalicón del C2 -la empresa de espionaje en la que trabaja Eastwood-), el cuál sirve de saco de boxeo para Eastwood.

El filme puede herir la sensibilidad de los homosexuales, ya que Eastwood suelta alguna que otra frase homófoba... no obstante los diálogos no son para queja (siempre que uno no sea marica).

En resúmen:

Una buena película, con un final inesperado y con una excelente actuación de Eastwood encarnando al que podría considerarse un James Bond a la americana, sólo que en lugar de usar la Walther PPK y beber el té de las 5, suelta unos buenos puñetazos y bebe cerveza.

Para fervientes admiradores de Eastwood.