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Soldado (1996)

Soldado
88 min.
3,8
324
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Sinopsis
Waxman y Clegg son dos asesinos a sueldo que esperan la llegada de su víctima en un rascacielos desértico. Pero Waxman ha empezado a tener serias dudas sobre lo que hace y, mientras espera, recuerda trabajos pasados y sus escrúpulos van en aumento. (FILMAFFINITY)
Género
Acción Thriller
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
Silent Trigger
Duración
88 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Canadá-Reino Unido;
Links
4
La moral del soldado
Superada la desfasada, cutre y un poco vergonzosa escena inicial, la película puede dar para pasar el rato. A la historia no se le puede buscar un sentido absoluto porque las incoherencias se suceden, hay personajes que no sabes por qué están ahí, la propia situación dentro del edificio es bastante absurda, y su desenlace más de lo mismo.

Por contra, la atmósfera que se crea dentro del edificio tiene su encanto, oscura y claustrofóbica por momentos, con un toque de los 90 y otro de los 80, junto a una pizca de cutrez hace una mezcla interesante. Es lo más logrado de la cinta.

Las escenas de acción ni deslucen ni brillan, la bso en ocasiones no pega con las escenas y las interpretaciones son malas, como suelen serlo en este tipo de filmes.

Acción cutre con Dolph Lundgren de tipo duro. En su conjunto vale para ver una tarde casual en la televisión sin esperar gran cosa. Poco más.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Jungla de cemento
En el interior del esqueleto de un rascacielos se libra una pequeña guerra, no hay ni buenos ni malos, no hay nombres, simplemente se trata de desalmados que se matan.
Así que vamos a entrar a esta fiesta descarnada y sangrienta, y sin invitación...

Hubo directores que salieron del mundillo del videoclip, probaron en Hollywood y la intentona les salió bien a algunos, tanto que hasta gozaron de su momento de gloria; vale la pena recordar a Dominic Sena, Antoine Fuqua, el infame Michael Bay o el gran David Fincher. Desde luego Russell Mulcahy nunca perteneció a este grupo pues al hombre le iba persiguiendo la mala suerte allá donde iba en forma de bajas recaudaciones y críticas pésimas hacia sus trabajos y su persona; a mitad de los '90 ya se había instalado en el negocio del cine, y sin ningún éxito, para corroborarlo el descontento que generó "The Shadow".
Como otras películas con superhéroes o héroes alternativos realizadas en los '90 que en ese momento no resultaron bien, la versión en carne y hueso del legendario personaje de Walter Gibson es para muchos una obra de culto hoy día; para el australiano significó otra soga al cuello, y eso que la recaudación no fue tan mal como la pintaron. Se desmarca de los grandes estudios y acoge en su seno casi de rebote un borrador que se llevaba gestando desde la mitad de la década anterior y se suponía iba a estar interpretado por Rutger Hauer; pero aquél prefiere a alguien más joven...

Y no sé ni cómo, ni por qué, ni creo que importe, Dolph Lundgren acaba metido en el ajo; es decir, el director de cine de acción más desafortunado del momento junto a uno de los actores de cine de acción menos carismáticos de todos los tiempos, una combinación mortal. "Silent Trigger" tiene un comienzo curioso, en mitad de un escenario bélico sin especificar y algo confuso pero alrededor de Europa del Este (el lugar más rentable para filmar), donde lo que podríamos llamar dos asesinos a sueldo/militares fallan en eliminar su último objetivo.
Nada nuevo el que al lacónico personaje de Lundgren de repente se le despierte la conciencia y por ello se convierta en presa de su misma misteriosa organización; de estar el film realizado en los '70 tal vez contásemos con una pareja tan atractiva como Charles Bronson y Jeanne Moreau. Aquí hemos de conformarnos con la explosiva Gina Bellman haciendo de "ayudante" del forzudo sueco; pero este prólogo cargado de movimiento, cámaras mareantes, sangre a raudales y efectos especiales de tercera, todo muy en la línea del estilo de Mulcahy, se desplaza a otro tipo de escenario, totalmente distinto...

Es el escenario único. Imaginen el Nakatomi Plaza casi sin empezar, en medio de un entorno que podríamos denominar entre post-apocalíptico y retro-futurista, de noche y lluvia perpetua. Este ambiente es diametralmente opuesto al que nos han presentado: de grandes páramos, calor sofocante, polvo y moscas a estilizadas atmósferas cercanas a los "neo-noir" de los '80 y, más aún, a los cómics del estilo Dark Horse. De hecho "Silent Trigger" posee una estética, unos colores y unos personajes que se emparentan mucho con la imaginería de las novelas gráficas.
Sobre todo esos personajes de trazo grueso tan ininteligibles y enigmáticos como el propio edificio donde se desarrolla una sencilla historia: la prueba de fuego para el protagonista frente a su organización, que ha decidido volver a enrolarle, con la colaboración, cómo no, de su antigua compañera. Esto dará pie a que ambos (afectados de una enorme carencia de personalidad y una peligrosa desconexión con la trama y con ellos mismos) se vean inmersos en tribulaciones acerca de la ética y la moral de su trabajo, la culpa, la redención y la expiación; para conocer mejor su relación el tiempo se quiebra en "flashbacks" que a veces molestan y otras no, con ambos atravesando aquel terreno de guerra despiadado y brutal...

Sí, rompen con la atmósfera y uno se termina preguntando si tanta reiteración es necesaria. Todo esto no está tratado con la gravedad y drama que debiera pues el presente tiene su propio argumento debido a la intromisión de dos guardias de seguridad; el director, y de una manera obsesiva, va a centrarse en el empeño del que encarna Chris Heyerdahl por violar a la chica, dando pie a instantes repulsivos, incómodos e incongruentes (con cierto sentido, pues es un drogadicto psicótico). Se modela así una atmósfera asfixiante que ahoga al espectador, de hedores desagradables y mugre, de sudor pegajoso y carne sanguinolenta.
"Silent Trigger" se desmarca de la "habitual" cinta de acción y el director juega con sus esferas enfermizas, claustrofóbicas y de puro nihilismo, estilo minimalista (sólo hay cuatro protagonistas), misterio y cruda violencia al servicio de una premisa que parece reunir las de "Le Samouraï", "Fríamente...sin Motivos Personales", "The Killer" y "The Punisher", pero resuelta de forma tan torpe y distante que se pierde precisamente y sin remedio en todos esos elementos estéticos y superficiales, sin dar una dimensión creíble a su excéntrico cuadro de personajes, más caricaturescos, más propios de un cómic.

No ayuda un tramo final frenético algo fuera de lugar a ritmo de videoclip y a lo gran película de acción ni los efectos especiales que maneja Mulcahy, de una vergonzosa clase "B" (o incluso menor) que asusta (las secuencias con fuego animado añadido pueden provocar algún espasmo...).
Descubierta en mi preadolescencia en un pack de DVD junto a "El Enviado", otra perla de Lundgren, siempre la consideré muy rara frente a las clásicas peripecias de Seagal, Van Damme o Willis...y sigue siendo así, un título extraño, atípico, que quizás en novela gráfica hubiese ganado más, o realizada por otro director y elenco; incluso en la ecléctica filmografía del sueco resulta difícil de clasificar.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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