Cowboy de ciudad (1980)

Estoy viendo que dos son las cosas que me quedarán pendientes por hacer en este mundo: La primera es subir a un taxi y decir al taxista al tiempo que apunto con el dedo: Siga a ese coche. La segunda es disfrutar de una noche, al menos, en uno de esos tugurios americanos llenos de gente con sombrero vaquero escuchando Country en directo, bebiendo y bailando; como aquí se ve todo el rato. El sitio es Gilley, famoso centro de fiesta de los 70 hasta que desapareció en el año 90.

Casualmente, he visto el programa de Los cazatesoros, Mike y Frank, a los que sigo cuando puedo, un par de tipos dispuestos a comprar toda clase de chatarra y mierda que se pueda demostrar que tenga antigüedad, pues he visto que compraron el cartel de la entrada (“Gilley´s”) por 1.500 dólares a un tío de esos que guarda guarrerías en una nave en medio del campo; pues nada, lo han comprado porque saben que no faltará algún gilipollas que lo compre luego a mayor precio. El cartel estaba hecho polvo, medio borradas la letras, y se han llevado también el piano por el mismo precio, que estaba hecho una mierda y arreglarlo han calculado que costaría 3.000 dólares. Estaba también el toro mecánico pero han pasado de él. Ellos son los que han dicho que en esa sala de fiestas cabían 6.000 personas.

Bueno pues allí, en Gilley´s, se conocen Bud y Sissy y ella le pregunta que si sabe bailar Country y Bud es John Travolta y justo resulta que sí, que sabe bailar. Sissy es Debra Winger y no sé si será casualidad que lleve el nombre de Sissy en la película, porque justo a Sissy Spacek fue a quien se le ofreció el papel y lo rechazó. Por lo que fuera. Creo que Debra queda ideal y Sissy Spacek no lo hubiera hecho mejor.

El tercero en discordia es el mal encarado de Scott Glenn. Un reparto muy a propósito para el argumento y que cumplen estupendamente.

La película es muy bonita porque los sentimientos entre enamorados quedan perfectamente expresados, a flor de piel, y entras en el tema con interés y tomando partido. Un drama en el exclusivo ambiente de Gilley oyendo de fondo a gente del Country como Anne Murray, Johnny Lee, Linda Ronstadt, el mismo Mickey Gilley, la banda de Charlie Daniels… Como decían antes: “No me gusta el rock, que me den música Country”… Aunque tampoco quedaría nada mal que aparecieran ZZ Top, por ejemplo..., pero que nada mal.

Es éste el último papel en que vemos a Travolta, tal como lo conocimos en los `70, brillar en un protagónico, que pasó algo desapercibido. Al ver éste film, siempre tengo la impresión de que pretendió ser para el Country, lo que "SNF" fue para el disco. La historia, sin ir más lejos, resulta entretenida, y nos permite pasar un buen rato, interesándonos por los personajes. Vale la pena recomendarla.