Epitaph (2007)

Enórme película de terror asiático que sorprenderá a propios y a extraños por igual ante su concepto. La película cuenta con varias historias que se van interconectando de manera magistral, consiguiendo atar los cabos sueltos a lo largo de toda la película y despuntando del resto de producciones típicas del género para agradable sorpresa del espectador.
Si bien es cierto que al principio la pèlícula cuenta con los elementos clásicos del cine asiático de terror (aunque muy bien explotados ciertamente) la película acaba tornando en una especie de drama sin llegar a perder esa tensión acumulada en los minutos previos de la cinta. Tanto es así que el espectador acabará viendo el film como algo bonito, sin que deje en ningún momento de ser una película de terror.
Esta curiosa paradoja tan difícil de conseguir hace de esta película una película especial, digna de verse y de recordar para un largo tiempo y posiblemente inigualable en su concepto. Una gran producción tanto para los amantes del cine de terror convencional como para aquellos más exigentes.

Este incomprendido largometraje coreano ha pasado por los dos festivales de cine de San Sebastián de 2007, el Festival Internacional y la Semana de Cine Fantástico y de Terror. En ambas ocasiones no ha recibido el favor de la crítica ni del público, pero, en mi humilde opinión ha sufrido un injusto fracaso al no encajar, por su temática y formas en el estilo de ninguno de los dos eventos.
“Epitaph” nos cuenta tres historias ocurridas en un no muy lejano pasado en un hospital, tres historias de amor y muerte: La relación del trabajador del depósito con una hermosa joven que se había suicidado junto a su pareja, la historia de una niña única superviviente de un accidente de tráfico donde su madre y padrastro pierden la vida y finalmente la de un matrimonio, donde uno de los consortes no tiene sombra…
Lo más novedoso en esta cinta de terror oriental reside en lo preciosista de su puesta en escena, en su impresionante fotografía, en el cuidado por el detalle que destila cada fotograma.
Un arma de doble filo resulta este guión de amor, fantasmas y muerte, está muy trabajado contándonos una historia que gira sobre sí misma, llena de sorpresas y detalles… ello enriquece enormemente la película, pero provoca una sensación de pérdida en el espectador. Personalmente y debido a este punto os aseguro que se disfruta más el film en el segundo visionado que en el primero, se ve reforzado el cómo se engarzan las tres historias, qué detalles de las otras se muestran en cada una…
Bajo mi punto de vista, Epitaph es una de las propuestas orientales más interesantes de la temporada, con una elegancia en sus formas inusual para el género. Recomendable para paladares en busca de novedades.
Enoch