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Fata Morgana (1966)

Fata Morgana
84 min.
5,0
478
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Disponible en:
Suscripción
Secuencia (ESPAÑOL)
Sinopsis
Thriller futurista ambientado en una Barcelona desierta, por donde pululan los asesinos en serie y las víctimas se sienten fatalmente atraídas hacia ellos. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Ciencia ficción Giallo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Fata Morgana (Fata/Morgana)
Duración
84 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
Los caballeros las prefieren rubias
«El agente ‘JIJI’ había sido llamado por su jefe. Esta mujer fue asesinada hace años. En 1965 porque había nacido victima en una sociedad donde también nacen asesinos. Ahora su asesino prepara un nuevo crimen. ¿Por qué? Porque hay una nueva victima. Está en sus manos evitarlo. La misión es arriesgada. Me interesa. Acepto.»

Esas originales previas como prólogo-cómic muestran, al menos, un halo de originalidad. Aunque con ver a Chanquete disfrazado de momia y con gafas de esquí en un campo de futbol la cosa cobra momentos de bizarrada justificada.

Ejercicio de estilo con un argumento argumentado en su leit motiv: un juego de victima / asesino visto desde otro prisma. Rubia y morena. No falta un pez espada asesino y la sensación de que en “Fata Morgana” aparece un instinto de pasión por lo inédito. Que en EEUU sea distribuida por la Troma tiene que ser una nueva pista. Como ver a Vicente Aranda en sus inicios, con adaptación de Gonzalo Suárez, realizando un filme noir de ciencia ficción, con cierta tendencia por aspectos sesudos y aire intelectualoide.
Una modelo que se adentra en solitario en su rol de víctima puede tomar aspectos del giallio con un juego de roles incluido. A tener en cuenta como gran curiosidad de la cinematografía española.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
Usted puede ser un asesino
Sé que es fácil decir que Fata Morgana cuarenta y cinco años después de su estreno es una película desfasada y coyuntural. Añadiría unos calificativos más, que aparecerán en las próximas líneas, pero, aun pasado todo ese tiempo, no cabe más que volver a decirlo: Fata Morgana está anticuada y desfasada. Supondría uno de los experimentos más “cool” de la década de los 60 en España, este típico ejemplo de la Escuela de Barcelona, pero los experimentos y modernidades corren el grave riesgo de quedarse anclados en su época, en la época para la que son realizados.

Dicho esto, diré que el guión está firmado al alimón por Gonzalo Suárez y Vicente Aranda, que la idea es de Gonzalo Suárez, en la época en que a ambos, sobre todo a Suárez, le daban por hacer cosas raras. Suárez y su Ditirambo, Y Aranda con Las crueles o esta Fata Morgana. A coyuntural, desfasada y anticuada (adjetivos que se le han puesto con el transcurrir de los años) se les podría añadir (haciendo abstracción de todos esos años) los de incomprensible, ininteligible, confusa, irritante o fascinante. El único positivo que encuentro entre todos los que he dicho es fascinante, porque hay elementos que lo son, como las transformaciones de Antonio Ferrandis. Pero a cambio están los elementos surreales o directamente inexplicables que aparecen en esta película en teoría futurista y apocalíptcia. Y aséptica, como el rostro de la bellísima Teresa Gimpera, quien por cierto dijo en su día no comprender lo que se estaba contando durante el rodaje de El espíritu de la colmena de Erice. Mala suerte tuvo la chica, porque en esta Fata Morgana se debió de estar preguntándose continuamente de qué demonios estaba hablando o intentando contar Vicente Aranda en Fata Morgana.
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21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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