Detektiv Downs (2013)

No sé si os habréis dado cuenta, pero Netflix se dedica últimamente (ante la falta de estrenos llamativos) a rellenar su catálogo con propuestas de otros países europeos, ya sean series o películas. Sólo hace falta echar un vistazo (como hago yo habitualmente) al apartado de próximamente para confirmar su nueva estrategia, que no es otra que traer todas las producciones extranjeras habidas y por haber, con tal de dar la sensación de que hay variedad. Tampoco es algo que se les pueda reprochar, siempre y cuando haya calidad, pero no deja de ser curioso. Pues bien, todo esto lo comento porque es como he llegado a Detective Downs, comedia noruega de 2013, que ha aterrizado muchos años después en la plataforma.

Desde un primer momento me llamó la atención la peculiar propuesta, ya que nos presenta a un detective con Síndrome de Down, el cual deberá resolver un complicado caso, aunque quizás haya algo más detrás de su contratación por parte de los familiares del desaparecido. El hecho de que estuviésemos ante un thriller de intriga me acabó de convencer. A pesar de todo, no las tenía todas conmigo, por lo que no puedo negar que no esperaba mucho de la cinta, siendo finalmente una comedia simpática a la que le falta humor y garra, la cual no aprovecha del todo su interesante premisa.

La dirección cumple, estando a la altura de las circunstancias, con claros ecos del cine de detectives, como esa narración constante del protagonista (muy acertada y superior a otras producciones más grandilocuentes) o la estupenda banda sonora, siendo sus responsables plenamente conscientes de lo que tienen entre manos, que no es otra cosa que un homenaje al género. Destacar su duración de apenas ochenta minutos, sin que la cinta se haga pesada en ningún momento.

Respecto al guion, no se puede negar la valentía de sus partícipes, ya que no es sencillo tocar un tema semejante, saliendo totalmente airosos y notándose su respeto hacia el mismo, y lo que es más importante, la normalidad que presentan. Cierto es que en el film hay constantes burlas y desprecios al personaje principal, pero no es nada que no se vea en la vida real, además de tener un mensaje necesario en sus compases finales.

No obstante, no se puede negar la sencillez del caso expuesto, en una trama predecible y ya vista, que no aporta nada al género, así como su falta de fuerza y complejidad, como si los guionistas se hubiesen relajado, dejando todo el peso de la historia al hecho de que su detective tenga Síndrome de Down, cuando se hubiese agradecido más esmero en ese apartado, porque la intriga brilla por su ausencia. Por otro lado, la película se vende como una comedia, y si bien es cierto que se aprecia ese tono cómico en todo el metraje, no hay mucho espacio para las risas, siendo una oportunidad perdida de ofrecer una cinta más desenfadada, divertida y con más mala baba, en vez de una propuesta sencilla, simpática e inocente.

En cuanto al reparto, destaca Svein André Hofsø Myhre como gran protagonista, con una interpretación convincente y comedida, aunque también tiene momentos para desmelenarse. El resto de secundarios también destacan, algunos de ellos con unos personajes nada sencillos, siendo un efectivo elenco y, seguramente, lo mejor del film.

En conclusión, estamos ante una comedia que se queda un poco en tierra de nadie, pero que no deja de ser inofensiva y, hasta cierto punto, entretenida, cuyo mayor aliciente es su detective protagonista, porque fuera de eso, poco más hay que rascar. Curiosa y para pasar el rato, que no es poco.

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