Dites-lui que je l'aime (Hasta el último infierno) (1977)

David Martinaud (Gérard Depardieu), un tipo introvertido y huraño que trabaja de contable, hace creer a compañeros y vecinos de escalera, que sus ausencias de fin de semana están motivadas por dedicar este a el cuidado de sus ancianos padres, cuando en realidad los pasa en una casa de campo que está acondicionando para compartirla en el futuro con su amada amiga de la infancia, Lise (Dominique Laffin), lo cual suena pelín inquietante cuando sabemos que Lise está casada, que David la acosa continuamente con cartas, y que cuando una noche lluviosa se pasa a horas intempestivas por casa del matrimonio, ante las recriminaciones del marido y petición de que los deje en paz, responde airado algo así como que él la conoció antes, y que no cejara en su empeño de que será suya.

A las lógicos inconvenientes con el marido de ese obsesivo comportamiento, les sumamos la molestia que le supone los que ve como un acoso de Juliette (Miou-Miou), una atractiva vecina que a pesar de los continuos desaires sufridos (incluida alguna agresión física que otra) y aun después de saber todo sobre su obsesión (tras someterlo a un férreo espionaje en correo y casa de marras) se siente fuertemente atraída por él, y el continuo rechazo de Lise aun cuando luctuosas circunstancias parecían allanarle el camino, y tenemos uno de esos inconfundibles universos Highsmith (adaptación de la novela escrita por esta, editada en España con el titulo de "Ese dulce mal"), en el que sin tomar partido por ninguno de los personajes, se nos muestra una galería de personas que dentro de sus obsesiones y oscuros comportamientos larvados por lastres psicológicos, lucen con una cotidianidad inquietante por lo que tiene de previsible que acaben en un turbio y funesto final.

Aun siendo una de los más flojas adaptaciones de una novela escrita por Patricia Highsmith, resulta interesante por lo que tiene de esta en su desarrollo de la trama, por contar con un Gerard Depardeau realizando un buen trabajo en tan inquietante y trastornado personaje, un digno Christian Clavier interpretando al rijoso compañero de trabajo, y la deliciosa y sensual Miou-Miou en un excelente papel cuya carga dramática es uno de los pilares de la función.