Silver Tongues (2011)

Simon Arthur dirige y firma el guión de esta opera prima presentada en la 59 edición del Festival de Cine de San Sebastián donde compitió (sin éxito) por el premio a Nuevos Directores y (apunto estuvo de ganar) por el premio de la juventud.

“Silver Tongues” nos cuenta las aventuras de una oscura pareja con un modus vivendi bien peculiar, en su día a día, ambos y en perfecta sincronía se dedican a destruir las vidas de quien se cruza en su camino. Estudian a sus víctimas, estudian el personaje a interpretar ellos mismos y buscan generar el mayor daño posible, sólo así obteniendo la malsana personal satisfacción.

La premisa, bien interesante y entretenida, la interpretación de sus protagonistas, Lee Tergesen (un rostro que al público le será bien conocido por las notables interpretaciones como secundario en diversas producciones a lo largo de su carrera) y Enid Graham, que bordan esta viciada pareja, así como el resto de secundarios, no es suficiente para mantener a flote la película que, en su conjunto, y a mi parecer, termina generando una sensación de “pudo ser grande y no lo fue”.

El film tiene un comienzo, una presentación de personajes e introducción absolutamente brutal y contundente, y ese hecho termina pasando factura. En lugar de llevar un crescendo, la historia, escena a escena, va perdiendo el interés de la audiencia con un esquema repetitivo y cíclico que anula toda sorpresa y poco aporta a lo que ya nos había sido mostrado en los primeros minutos de la película. “Silver Tongues” hubiera sido un cortometraje espectacular, pero el material, para un largo, resulta escaso.
Entretenida a la par que mejorable.

- Enoch -

Fui seguramente de los pocos en el festival de Donosti a los que esta película le provocó un considerable mosqueo y, definitivamente, una gran decepción. Si recuerdan "El perfecto anfitrión", este filme sigue un esquema muy similar, incluso ha ganado el mismo premio del público en Sundance, lo que hace pensar en una deliberada repetición de planteamientos que se saben exitosos: fuera como fueses, "Silver tongues" ´tiene como único objetivo la sorpresa continua del espectador, incrédulo ante tanto giro argumental. Pero mientras en aquella aún podíamos disfrutar de dos personajes interesantes, aquí se sacrifica todo (la coherencia, la entidad cinematográfica) con tal de saciar las expectativas del respetable, que busca un "más difícil todavía". Por el camino, trampas, torpes interludios dramáticos (aunque uno no sabe si forman parte también de la vuelta de tuerca final) y la crueldad de ver a una pareja entretenida gastando bromas pesadas a parejas jóvenes, policías y ancianos de una residencia. La estructura, una especie de sucesión de cortos, delata la poca ambición de lo que no es más que un turbio juego de verdades y mentiras, tan resultón como antipático y finalmente, casi deleznable.