Los jueces de la biblia (1965)

De la trilogía que el director italiano Marcello Baldi inició en los años sesenta sobre figuras y personajes del Antiguo Testamento, la última de ellas “Los jueces de la Biblia” es a mi juicio la mejor sin lugar a dudas.

Parece por un lado que aprendió de los errores pasados y que ahora intenta darle un sentido mucho más personal y al mismo tiempo novedoso a este tipo de películas de lo que habitualmente es el tono solemne del cine bíblico.

La película se divide en dos partes, totalmente diferenciadas, la primera narra la historia menos conocida de Gedeón y la otra la de Sansón, es decir selecciona dos de los “jueces” más interesantes dentro de los doce que constan los textos.

La primera de ellas está rodada en Almería, y tiene un marcado carácter de comedia e incluso de western italo-español de la época. La posterior al contrario está rodada íntegramente en Cinecittá y es más seria, aunque en conjunto podría resultar inferior a pesar de sus muchos méritos.

La parte de Gedeón cuenta la historia de un pastor seleccionado por Dios para luchar contra los madianitas, y este como suele ocurrir en los textos del A.T. se niega si no tiene una prueba clara al respecto. Fernando Rey es el ángel que se encargará de convencerle. Estimulante es comprobar como la muerte y la guerra están constantemente presentes en esta historia que el Dios del Libro no era tan pacifista como se le quiso pintar después.

Por su parte la consabida historia de Sansón, es bastante fiel a los textos, mucho más que otras producciones de Hollywood, y sobre todo ofrece una perspectiva de un hombre que se mueve con prostitutas y que le gusta la marcha, además de una vertiente afectiva en la relación con Dalila nada desdeñable. A pesar de que los medios no son los mejores, de eso no cabe duda, las escenas finales del templo tienen un interés añadido al representar la figura del dios Baal de forma y manera nunca vista hasta entonces. Es verdad que el actor protagonista de esta historia, está bastante lejos de hacerlo muy bien.

Un acercamiento correcto al Libro de los Jueces, uno de los más apasionantes del A.T., que esperemos que sirva para que alguien le incite a su lectura.

Por cierto que título más bonito en italiano, I Grandi condottieri, todo un lujo de musicalidad.

Nota: 6,5

Muy bonita película, que vista con los ojos de un niño (mi caso, en el entrañable cine Burceña (Barakaldo, Bizkaia)) resultó un espectáculo visual de primera.
Agil narración, espectacularidad en los finales momentos (Sansón atado en las columnas del templo lleno de malísimos filisteos y su poder de fuerza gracias a Yavé..).
Entre que ya era un cinéfilo empedernido y que era y sigo siendo creyente, estuve en mi salsa mientras se proyectaban sus imágenes.
¿Es buena la película? Ni lo sé ni me importa.

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