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La barraca (Miniserie de TV) (1979)

La barraca (Miniserie de TV)
540 min.
6,8
821
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Sinopsis
Miniserie de TV (9 episodios) basada en la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez y ambientada en la huerta valenciana. La familia del Tío Barret tiene que abandonar su hogar, la barraca, al no poder pagar las deudas contraídas con su propietario, Don Salvador. El Tío Barret, borracho y lleno de ira, mata a Don Salvador y es encarcelado. A continuación, la barraca es ocupada por la familia de Batiste, que, debido a las circunstancias, se encuentra con un recibimiento hostil por parte de los huertanos. Este rechazo irá creciendo hasta desembocar en la violencia. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Drama Miniserie de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
La barraca
Duración
540 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones Vicente Blasco Ibañez
10
La Barraca del tío Barret
Sensacional mini serie que consta de 9 capítulos, al cual mejor.
Me gustaría contar y expresar todo lo que esta serie significa en la historia de la televisión, aunque es como si viésemos 9 películas con un argumento lineal.
Quisiera contar toda esta OBRA MAESTRA del celuloide, pues es mil veces mejor que muchas películas de gran presupuesto, pero como solo puedo escribir cierto número de palabras intentare hacerlo lo mejor posible, (seguro que me dejo muchas cosas).
La historia, una novela del gran Vicente Blasco Ibáñez de 1898.
Narra las aventuras, o desventuras mejor dicho, de una familia valenciana a finales del siglo XIX.
Todo comienza cuando un huertano de toda la vida cultiva sus tierras para así hacer frente a los muchos gastos que estas le ocasionan hasta recoger la cosecha, su mayor desgracia es hacerse mayor y haber tenido cuatro preciosas hijas sin varón alguno que pudiera ayudar al anciano en su cultivo.
Las deudas se acumulaban hasta el punto que el amo de las tierras demanda al Tío Barret por la cantidad endeudada con fecha tope, de no hacerse efectiva se le quitaría tierras, Barraca y todo su contenido.
Llegó la fecha y cumplió la justicia (injusticia en muchos casos), el Tío Barret en una locura mata a su amo Don Salvador un hombre huraño donde los halla.
La huerta jura que nadie cultivará las tierras ni vivirá en La Barraca que siempre será del Tío Barret.
Para eso la huerta entera y en especial Pimentó se encargaran de hacer la vida imposible a todo aquel que ose entrar a trabajar a esa tierras malditas.
Todo cambia cuando Batiste y su familia decide arrendar las tierras y arreglar La Barraca, la huerta lo recibe con desprecio en un principio y con violencia después.

Contar más sería demasiado y tampoco quiero descubrir mucho de esta asombrosa serie que marcó una época, claro está que como siempre habrá gente que no esté de acuerdo, es muy libre de dar su opinión.

Pero ante todo aconsejo a todo aquel que no haya tenido la oportunidad de verla que lo haga y que disfrute, aquí encontrara drama, amor, violencia, en ocasiones humor (pero poco, solo los monólogos de un profesor ducho en palabras), sobre todo drama lacrimógeno del bueno, acompañado de un composición musical a cargo de Alfonso Santisteban.

PD: Leer el libro también será gratificante, pues la serie está basado fielmente en el mismo, no seáis baguetes y darle a la lectura.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La Huerta.
78/14(29/04/15) Notable adaptación a la pequeña pantalla de la memorable novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez de 1898, Televisión Española en 1979 estrenó esta brillante serie de nueve episodios, un año después otra gran adaptación del escritor valenciano, “Cañas y barro”, repiten gran parte del mismo equipo, con un escenario similar, adaptada fielmente al libro por Manuel Ortí (“Cielo negro” o “Cañas y barro. La serie”) y dirigida por León Klimovsky, con una admirable ambientación y Sobresaliendo un elenco actoral en estado de gracia.

El escenario la Valencia rural de finales del SXIX, la huerta levantina, allí un anciano, el tío Barret (Eduardo Fajardo), con 4 hijas es echado de su barraca por Don Salvador (Adrián Ortega), el dueño de la tierra, por no pagarle las deudas, tras pasar su familia allí generaciones, en su desesperación el tío Barret mata a Don Salvador, Barret es encarcelado hasta su muerte. La huerta como Fuenteovejuna juran que nadie vivirá y llevará la tierra del tío Barret, el líder los hortelanos es Pimentó (Luis Suárez), un ocioso pendenciero casado con Peteta (Lola Herrera). Pasados unos años se instalan nuevos arrendatarios en la barraca, una humilde y trabajadora familia, el patriarca es Batiste (Álvaro de Luna), su mujer Teresa (Marisa de Leza), y sus hijos Roseta (Victoria Abril), Batistet Ramón, Eustaquio y el pequeño Pasqualet. La huerta les recibe con hostilidad, haciéndoles el vacío primero, la situación irá empeorando. También tienen importancia en la historia Tonet (Juan Carlos Naya), un joven enamorado de Roseta, el pastor (Eduardo Calvo), un sabio ciego, Don Joaquín el maestro (Gabriel Llopart), el médico (Miguel Ayones), una de las hijas del tío Barret (Amparo Climent), que se ha metido a meretriz en Valencia.

La serie en un tono claramente dramático, mezcla con inteligencia romance, humanismo y pequeñas dosis de humor. Los episodios se mueven con una intensidad dramática sofocante, con picos de tragedia punzante, construyendo un clima claustrofóbico, asfixiante, viciado, en una historia desesperanzadora, donde se reflexiona sobre las miserias de la Condición Humana, el odio, la sed de venganza, los prejuicios, la hipocresía, el desprecio, ello enfrentado a la bondad, el amor, la fuerza vital, la esperanza, la ilusión, la fe, el sueño de un mañana mejor, las ganas de vivir, la dignidad, la nobleza, en un choque de trágicas consecuencias donde lo peor de la naturaleza del ser humano sale a flote, reflejado en una España Negra, atávica, amarrada normas ponzoñosas, y de fondo la dura vida en el campo, un microcosmos aparte de la civilización, con sus propias normas, ejemplo es que nadie quiere denunciar a las autoridades las tropelías que allí ocurren, se masca crudeza de este despiadado entorno. Ello desarrollado con diálogos profundos, mordaces, trémulos, enervantes, con explosiones de rabia y de dolor que te pinzan los sentimientos, todo gracias a una evolución del relato con momentos zozobrantes, que te sacuden, que te angustian, y es que la serie teje una gran empatía con los personajes, sobre con esta familia de perdedores que son los Batiste, te hieren sus desventuras, las trabas que ponen a su ilusión, a sus ansias de emerger dignamente de la pobreza, impresionante su drama como te hace mimetizarte con su tormento, como te hace hastiarte la imcomprensión de la sin razón de sus convecinos, narrado con una emotividad a flor de piel.

La galería de actores realizan una labor espléndida, una delineación de caracteres esmeradamente tallados. Álvaro de Luna está tremendo como el sufridor y noble padre coraje, un buen hombre que defenderá con todo a su familia, sabe transmitir toda una gama de emociones, una actuación visceral, racial, muy sentida. Marisa de Leza compone a una conmovedora madre, desprende dulzura y mucha hondura, con una mirada muy sensible. Luis Suárez no está tan bien como el resto, se le nota un poco forzado, se le ve encorsetado y no demasiado natural, en sus chulerías y bravuconerías se me hace no demasiado creíble. Victoria Abril resulta una muy tierna presencia, desborda cariño y es complicado no enamorarse de su angelical belleza. Lola Herrera en un rol magnífico, inunda la pantalla con su arrojo, poderío y garra. Juan Carlos Naya interpreta con pasión al joven valiente y sensible, posee una tremenda química con Victoria Abril, cuando los dos están juntos sus miradas despliegan amor puro juvenil. Eduardo Fajardo en el único capítulo que sale deja huella por su emocionante descenso a la peor de las miserias, con un patetismo hondo nos cala su sufrimiento, maravilloso. Adrián Ortega en su papel de cacique terrateniente desalmado compone en pocos trazos a una víbora sibilina, de porte ratonil, extraordinario. Eduardo Calvo como el pastor ciego encarna con hidalguía y fuerza a un hombre que a pesar de su ceguera lo ve venir todo de lejos, con un poderío de voz estremecedor, cada vez que habla sentencia, sublime. Gabriel Llopart recrea a una figura del maestro muy tierna, un tipo muy culto, que habla de modo sibarita, en realidad es un pobre hombre que vive con su mujer de modo frugal, con penurias, siendo para ellos un café un lujo, tiene unas charlas deliciosas con Batiste. Miguel Ayones como el doctor da un papel de gran energía, de hondura psicológica, con soliloquios formidables con Batiste. Amparo Climent como la hija del tío Barret que trabaja de prostituta intentando ganar dinero para comprar la barraca, interpreta de modo furibundo e intenso su rol, escaso, pero deja huella.

La puesta en escena resulta bastante realista, con unos parajes rurales en los que se respira campo, sol, calor, dureza ambiental, con un vestuario feista, mugriento, macilento, esto realzado por la fenomenal fotografía de Manuel Merino (“Cañas y barro. La serie”), muy luminosa en exteriores, acentuando el poder abrasador del sol, y abrazando a los personajes en las penumbras nocturnas.... (continua en spoiler)
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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