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Carruaje a Viena (1966)

Carruaje a Viena
75 min.
7,6
322
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Escena (VO)
Sinopsis
Moravia, 1945. Al final de la Segunda Guerra Mundial el marido de Krista es asesinado por los soldados alemanes debido al robo de un saco de cemento. Por esta razón, ella odia la guerra y los soldados. Un día, dos desertores confiscan el carro y los caballos de Krista y la obligan a conducirlos a la frontera. Meditando venganza, la mujer los lleva deliberadamente por el camino equivocado. Pero el horror de la guerra irrumpe una vez más en su vida. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Bélico II Guerra Mundial Nueva Ola Checoslovaca
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Checoslovaquia Checoslovaquia
Título original:
Kocár do Vídne
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
Reflexión sobre la condición humana
Karel Kachyna no se cuenta entre los directores más conocidos de la llamada Nova Vlná o Nueva Ola checoslovaca. Quizá la razón de ello sea doble; en primer lugar, cronológica, pues aunque Kachyna coincidiera en el tiempo con el momento de máximo esplendor de la Nova Vlná (la segunda mitad de los años sesenta), había comenzado su actividad con anterioridad, en la década de los cincuenta, y de ahí que en ocasiones se le considere más como «precursor» que como miembro propiamente dicho del movimiento, si bien este nunca tuvo unos límites y una identidad muy precisa; por otra parte, su cine presenta, en general y, desde luego, en esta película, unas características especiales que lo mantienen a una cierta distancia de la Nueva Ola: mucho más clásico en sus estructuras narrativas (coincidiendo en cierta medida con Frantisek Vlácil), es mucho menos rupturista que el de los otros cineastas checoslovacos de la época.

«Kocar do Vidne» («Carriage to Vienna») es una película perfectamente lineal en su desarrollo, que respeta rigurosamente la triple unidad de acción, de tiempo, y de lugar: en efecto la acción única se desarrolla en el transcurso de unas pocas horas y en un solo escenario, el bosque, del que en ningún momento llegamos a salir; al contrario que otras películas de la Nova Vlná , la historia no plantea rupturas cronológicas, es en todo momento respetuosa con los esquemas de la causalidad «lógica», renunciando a cualquier forma de surrealismo, fantasía, etc., que caracterizaron a otras películas checas de esos años. De una extremada simplicidad, la trama es transparente y diáfana en todo momento.

Los elementos con que se construye el argumento son mínimos: tres únicos personajes (Krista, Hans y Günther), a los que solo se añadirá un pequeño grupo de partisanos en el epílogo, un carro, dos caballos, unos pocos objetos significativos (fusil, pistola, bayoneta, hacha...) y el bosque, escenario numinoso y omnipresente: un perfecto ejemplo de minimalismo narrativo, si bien estamos muy lejos de esas películas en las que «no pasa nada».

La película comienza mostrando en pantalla un texto que nos informa de la situación de partida: el asesinato del marido de Krista por los alemanes por haber robado un saco de cemento, y la voluntad de vengarse de la joven viuda. La venganza será pues el tema director de la historia, aunque no el único ni probablemente el más importante. Me parece difícil negar que, al margen de toda valoración ética, la venganza es un sentimiento natural en el ser humano. Tal carácter me parece confirmado por el hecho de estar presente en todas partes y en todos los tiempos, incluso, en muchos casos, religiosamente sancionado y regulado. Es significativo que aquí la protagonista vea la mano de Dios en la posibilidad que se le ofrece de vengar la muerte de su marido: consecuentemente, rezará un padrenuestro cuando, en dos ocasiones crea llegado el momento de consumar su plan.

Nos encontramos así ante un trastocamiento de la asignación de papeles que se podría considerar convencional: la protagonista, hacia la que, como víctima, podrían ir dirigidas las simpatías del espectador, es ferozmente violenta, dispuesta a acabar a hachazos con dos personas, una claramente inocente, y la otra gravemente herida. Hans, que, en definitiva, forma parte del ejército aliado de los nazis es el personaje «bueno» de la historia. Günther, el otro soldado, tiene sin duda muchos menos miramientos que su compañero, pero ve la realidad de la situación con mucha más claridad que él. Y, sobre todo, los partisanos, que se supone serían los heroicos combatientes contra el nazismo, son unos criminales, brutales y crueles. Todo lo cual no implica, desde luego, que las simpatías del director se decanten del lado de los nazis.

La película es un alegato antibelicista, pero no se centra tanto en los horrores físicos que produce la guerra cuanto en la destrucción de toda estructura ética e incluso racional en la conciencia de los seres humanos. No se puede negar que, por injusta que haya sido la muerte de su marido, la actitud de Krista es particularmente irracional: los dos soldados en los que quiere tomar venganza no han tenido nada que ver con los hechos (incluso son manifiestamente ignorantes de lo sucedido), ni siquiera comparten nacionalidad con los autores del asesinato (son austríacos, no alemanes) y Hans, en concreto, es obvio que no solo no participa de la ideología nazi, sino que es un muchacho ingenuo y de carácter bondadoso, incapaz de hacer daño a nadie. Toda su culpa estriba en que le ha tocado nacer al otro lado de la frontera. En el fondo Krista lo sabe, pero se niega a reconocerlo: en un intento de convencerse a sí misma de la legitimidad de su propósito, se dirigirá varias veces a Hans como «pequeño alemán», aun sabiendo perfectamente que no es esa su nacionalidad.
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21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
No es una película cualquiera sobre la IIªGM
En un escenario único (un bosque inacabable) y dos personajes que acaparan la mayoría de las escenas (aunque quienes aparecen poco tengan una gran importancia: los partisanos, el soldado moribundo) la película es un recital de buen cine. No sorprende que sea checoslovaca, no sorprende que nazca durante esa gloriosa época que luego fue a llamarse "Nueva ola": es una película enorme de poco más de setenta minutos, intensa, dramática, bien pensada, bien ejecutada, de aspecto mínimo y absolutamente imprescindible para todo aquél que busque cine bien hecho.

Lo más importante es el rencor de ella, que nace por unas circunstancias que con gran acierto la película nos ahorra. La crueldad que queda lejos de lo que vemos podemos imaginarla en el rostro de ella, que busca lógica venganza, pero ya ves, él ni siquiera era alemán. El joven protagonista que interpreta a un soldado alemán que ha decidido desertar, dejar de luchar y volver a casa, es austríaco. La fatalidad hace que se crucen sus vidas y que el espectador llegue a la conclusión que nadie se merece pasar por algo así, ni por lo de uno y por lo del otro, porque la guerra es muy perra y su dolor se multiplica en ese bosque infinito en el que lo que sucede ni se ve ni se oye.

La idea del árbol que cae en un bosque y nadie lo oye ni lo ve viene muy a la medida de "Carriage to Vienna"; nadie tiene conciencia de ello. Lo que les pasa a ellos es igual, ahí queda como una anécdota prácticamente muda de la guerra, que es muy perra, ya lo he dicho, aunque también es atroz y saca lo peor del ser humano.

Es increíble cómo una película tan mínima, hecha con tan pocos elementos, explique tanto de la condición humana. Puestos en el límite del conflicto bélico el ser humano es capaz de todo. Ese joven soldado sólo quiere volver a casa, ella está destrozada y nosotros aquí estamos, obligados a elogiar una película inmensa que permanecerá oculta dada la rareza de su origen.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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