- Sinopsis
- Drama rural de luchas familiares por la posesión de la tierra que escenifica la pasión y la codicia, las supersticiones y las leyendas, en una narración expresionista. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Vida rural Cine mudo
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1922 / Alemania
- Título original:
- Der Brennende Acker (Burning Soil)
- Duración
- 110 min.
- Guion
- Fotografía
- Compañías
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El hombre que quería ser superior a los demás
26 de septiembre de 2010
El viejo Rog tiene dos hijos: Peter y Johannes. El primero se ha adaptado a la tierra, bendice el pan que ésta les brinda, y actúa con tal sabiduría y sentido de la convivencia, que su calidad de vida es apreciada por todos en la comarca. Johannes, el más joven, ve las cosas de otra manera: se siente un hombre de mundo y subestima la vida campestre como si fuera una maldición. A cambio de esto, el poder y el dinero son sus únicas metas.
Entre las hilanderas se cuentan historias acerca de un lugar conocido como El Campo del Diablo (Teufelsacker), y pronto sabremos que, ésta, es precisamente la tierra que heredará Helga, la esposa del conde Rudenberg, sólo que ella no sabe que allí hay un gran tesoro por descubrir.
Josef von Rudenberg, como el anciano Rog, parecen precisar que sus días están contados, y el último desea que su hijo Johannes se organice con la doncella María, y el primero deja firmado su testamento donde beneficia a su hija Gerda con todas sus propiedades y cree que sólo una tierra árida le lega a su infiel esposa. Talvez, en su inconsciente, ambos ancianos presienten que es mejor irse que enterarse de los hechos lamentables que amagan con suceder.
Con ese virtuosismo para la puesta en escena que ya había adquirido Friedrich Wilhelm Murnau con “Nosferatu”, nos trae ahora un emotivo drama en seis actos, cuyo preciosismo visual es admirable y donde fluyen los toques expresionistas -sobre todo en el primer acto- y una efectiva iluminación donde se siente la mano de Karl Freund y de Fritz Arno Wagner sus más habituales camarógrafos.
Rodada con película monocromática, como varios de sus filmes, los tonos lucen perfectamente entreverados con el clima de calidez y frialdad que emanan los hermanos Rog y las mujeres con las que comparten. Reconocimiento a Eugen Klöpfer (Peter Rog), a Vladimir Gaidarow (Johannes Rog) y a Stella Arbenina (Helga) por haber logrado unos roles sensibles con eficacia interpretativa.
Abundan en la película los encuadres pictóricos, los textos llenos de altura y lucidez y Murnau nos envuelve en un juego de “quien yo amo no me ama y quien me ama no le amo” que incrementa el pesimismo moral de unos seres que luchan por una felicidad que les está siendo bastante esquiva.
De no ser por ese desenlace demasiado bíblico, y a prisa, con que culmina la historia, creo que estaríamos ante otra contundente obra de ese admirable maestro conocido como F. W. Murnau.
Entre las hilanderas se cuentan historias acerca de un lugar conocido como El Campo del Diablo (Teufelsacker), y pronto sabremos que, ésta, es precisamente la tierra que heredará Helga, la esposa del conde Rudenberg, sólo que ella no sabe que allí hay un gran tesoro por descubrir.
Josef von Rudenberg, como el anciano Rog, parecen precisar que sus días están contados, y el último desea que su hijo Johannes se organice con la doncella María, y el primero deja firmado su testamento donde beneficia a su hija Gerda con todas sus propiedades y cree que sólo una tierra árida le lega a su infiel esposa. Talvez, en su inconsciente, ambos ancianos presienten que es mejor irse que enterarse de los hechos lamentables que amagan con suceder.
Con ese virtuosismo para la puesta en escena que ya había adquirido Friedrich Wilhelm Murnau con “Nosferatu”, nos trae ahora un emotivo drama en seis actos, cuyo preciosismo visual es admirable y donde fluyen los toques expresionistas -sobre todo en el primer acto- y una efectiva iluminación donde se siente la mano de Karl Freund y de Fritz Arno Wagner sus más habituales camarógrafos.
Rodada con película monocromática, como varios de sus filmes, los tonos lucen perfectamente entreverados con el clima de calidez y frialdad que emanan los hermanos Rog y las mujeres con las que comparten. Reconocimiento a Eugen Klöpfer (Peter Rog), a Vladimir Gaidarow (Johannes Rog) y a Stella Arbenina (Helga) por haber logrado unos roles sensibles con eficacia interpretativa.
Abundan en la película los encuadres pictóricos, los textos llenos de altura y lucidez y Murnau nos envuelve en un juego de “quien yo amo no me ama y quien me ama no le amo” que incrementa el pesimismo moral de unos seres que luchan por una felicidad que les está siendo bastante esquiva.
De no ser por ese desenlace demasiado bíblico, y a prisa, con que culmina la historia, creo que estaríamos ante otra contundente obra de ese admirable maestro conocido como F. W. Murnau.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Análisis de la codicia.
24 de marzo de 2007
Murnau se acerca de nuevo al drama en una película que muestra ejemplarmente la codicia y las ansias de poder. Todo ello a raíz de un terreno, rico en petroleo, que despierta la avaricia en los habitantes de un pequeño pueblo, ávidos de hacerse con la propiedad de la parcela, en busca de una vida más llevadera.
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4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
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