Puerta al verano (2021)

*Pugnando contra el destino

Puerta al verano (The door into summer) comienza con frase de Stephen Hawking, que se une al hecho de que la película se base en una novela de uno de los tótems de la ciencia ficción del siglo XX. Todo parece predispuesto para un sesudo y cerebral viaje a ritmo de intrincados conceptos científicos. En realidad, esta sensación acaba siendo bastante imprecisa. El armazón estilístico de Puerta al verano es un drama romántico, flirteando con una especie de estilo young adult y una generosa dosis de melosidad.

El destino del protagonista Soichiro Takakura (Kento Yamazaki) ha sido triste desde su nacimiento. Tiene la sensación de que siempre acaba perdiendo a las personas que le importan. Primero vino la muerte de sus padres, después la de su familia que lo acogió, exceptuando a Riko Marsushita (Kaya Kiyohara) y al gato Pete (ojo, porque el minino tiene su importancia). Años después, en lo que se supone que es 1995, Soichiro es un experto en robótica que está a punta de finalizar un descubrimiento de notable importancia. Justo en ese momento culminante, es traicionado por su novia y por su socio, dejándolo fuera de un negocio que se promete lucrativo y que, además, es el colofón a toda una vida de investigación.

Soichiro, que siempre ha tenido una gran sensación de fatalismo, ve aumentado su dolor cuando su amiga Riko le confiesa que siempre ha estado enamorada de él. La rechaza pretextando los 10 años de edad que los separan (27 y 17 años). Sin embargo, las confabulaciones de sus exsocios continúan, y tras una serie de maquinaciones Soichiro acaba criogenizado durante 30 años. Al despertar, el futuro acaba mostrándole algunas cuestiones que tendrá que resolver, aunque ocurriesen hace tres décadas.

*El cerebro y el corazón

Puerta al verano conjuga varios géneros de una forma no satisfactoria. En lugar de un todo coherente, el resultado final es una mezcla heterogénea donde los ingredientes son compartimentos estancos sin nexo adecuado. En este sentido, el tramo central del metraje resulta ser el más interesante, ameno y hasta divertido. Este tramo coincide con el planteamiento de las incógnitas, la proposición del misterio, e incluso con un tono leve que nos compensa del melodrama inicial. Es la parte cerebral, la que se identifica con la ciencia ficción moteada con destellos de thriller.

Tanto el inicio como el final de la película abrazan el sentimentalismo de una forma entre adolescente y solemne. Combinación peligrosa si no tienes cuidado de ir con tiento para eludir las incursiones lacrimógenas más cargantes. De algún modo, Puerta al verano traspasa está línea en alguna ocasión, incidiendo en ciertos tics y resultando algo edulcorada. La buena noticia es que los personajes no acaban siendo repelentes, y con un poco de esfuerzo se pueden vadear estas procelosas y melodramáticas aguas.

Los que vayan buscando elementos de ciencia ficción encontrarán dos temas clave, no demasiado novedosos, pero característicos del género. La criogenización y los viajes en el tiempo. Estos últimos, particularmente, han sido protagonistas de un sinfín de películas. Es interesante que la novela original sea obra de Robert A. Heinlein, una autoridad en la ciencia ficción. Dos de los relatos más clásicos sobre paradojas temporales son obra suya: Por sus propios medios y Todos ustedes, zombies (que ha dado lugar a la intrincada película Predestination). La novela homónima en que se basa la película también tiene una ración de este tema. No obstante, la adaptación da la sensación de ir a tiro demasiado hecho, reduciendo su capacidad de asombrar.

*Elenco y factura de 'Puerta al verano'

Dentro del reparto de Puerta al verano no hay nada particularmente reseñable. Takahiro Miki y Kaya Kiyohara conforman una doliente pareja de adolescentes cuyo objetivo principal es hacernos llorar a moco tendido y vender intensidad culeberonesca en lo que debiera ser sencillamente romanticismo. Lo más destacable es el principal secundario, el androide interpretado por Naohito Fujiki, que surte a la trama de agradecidos momentos de distensión. Además contrarresta eficazmente la gravedad emocional de buena parte de la trama.

Los pérfidos antagonistas, o sea la novia y el socio de Soichiro, parece que llevan un cartel encima que pone malvado, y al momento distinguimos que nada bueno va a salir de ellos. No es desde luego Puerta al verano una película que se pueda medir por la dimensión de los malos. No podemos dejar de mencionar al gato Pete, la mascota de Soichiro. Un inspirador felino, bastante achuchable, que tiene su miga en la trama, aunque sea de manera indirecta.

El aspecto de la película es modesto pero aseado, con una fotografía funcional, oportuna y sin alardes. El ritmo es interesante en la hora central de metraje, consiguiendo una decente muestra de ciencia ficción mezclado con intriga. Es prometedor el juego de antecedentes y consecuentes entre futuro y pasado, la interacción entre ambos y sus consecuencias. No obstante, todo va cayendo por su propio peso de una manera más o menos coherente, no por ello verosímil, pero exenta de una dosis de misterio que le habría venido mejor.

*Conclusiones

Puerta al verano (The door into summer) es, en primera instancia, un drama romántico, y de forma subsidiaria una película de ciencia ficción. Un tanto a su favor es que casi nunca resulta aburrida, pero sufre de una carga de sentimentalismo de la que solo se zafa en los momentos más interesantes.

De todos modos, como pasatiempos modesto cumple su función, no es una producción descuidada, y es razonablemente entretenida. Interesará más a los que vayan prevenidos contra la inverosimilitud, algo razonable dado el género, y las lágrimas demasiado dulcificadas de los romances sin pulir.


Escrito por Mariano González