Mala sangre (1982)

Una pareja de granjeros en una inhóspita región lluviosa mantienen nula relación con sus vecinos.
La mujer es una histérica de manicomio y él un paranoico chalado, para colmo tienen dos hijos pequeños.
Todo gira entorno a su maldita granja, cuándo estalla la 2GM, requisan los fusiles y esto los hace volverse más tarados todavía.
Piensan que los vecinos les envenenan las vacan y detrás de una paranoia viene otra.
A pesar de los inmensos parajes, el director no sabe en ningún momento sacar fruto de ellos, filmando una fotografía gris, mustia y sucia.
Todo en ella es previsible y de escaso interés.
Se supone está basada en hechos reales aunque esto no produce ningún interés añadido.
Truño que merece ser sepultado entre los barrizales de Nueva Zelanda.