Búsquenme una novia (1935)

William Seiter dirige esta agradable comedia bien cimentada en un sencillo pero original guión, y sostenida con eficacia y credibilidad por sus actores principales. El ritmo es ágil y, sus primeros cincuenta minutos, fluyen con naturalidad y criterio ante los ojos del espectador. A partir de ahí -en el momento en que Joan es llevada a la comisaría- el nivel de la cinta baja enteros y la historia se torna incomprensible y absurda. Tal vez, una de las causas de dicho bajón, sea, que han quedado sin desarrollar un montón de buenas posibilidades. Su abrupto final poco tiene que ver con un desarrollo que había sido tan fluido como eficaz.
Jean Arthur, Leo Carrillo y el eterno gruñón de Lionel Stander, realizan notables interpretaciones. Ninguna culpa tienen ellos del desajuste final. Simplemente, no hubo guinda para el pastel.

Se ve con agrado esta comedia de la época que, en principio, parece discurrir por los senderos habituales que aquellas cintas ofrecían.
Pero, sin embargo, coincido plenamente con la crítica que me precede. Falla el remate, falla el clímax o, como muy bien expresa él, " No hubo guinda para el pastel".
La película parece que comienza con todos los toques y temas característicos de la llamada screwball comedy.
Años de la Depresión. Multimillonario adocenado e insatisfecho con su vida. Chica de clase trabajadora y humilde. Confusión de identidades. Cambio de situación social y de clase. Romance.
Incluso tenemos a mafiosos más preocupados de sus criados que de sus negocios. Yo juraría que estos gángsters están sacados de la película de Capra " Dama por un día", pero sin su magia por supuesto.
Pero no es una screwball de ningún modo. A pesar de tomar todos esos temas la película no incide en ningún momento en los elementos que la caracterizarían. Al revés. Esta es una comedia romántica suave y placentera. Con poca crítica o conflicto. Sin locura, ni velocidad, ni guerra, ni diálogos rápidos o cortantes.
Y con eso no quiero decir que esa sea la razón por la cual esta peli no alcance más valía no. Como comedia romántica funciona bien. Yo diría que incluso muy bien. Es dulce, es simpática, es tierna. Discurre fluida en un enredo suave, buen desarrollo de la trama, buenas interpretaciones...
Por eso mismo no se entiende en absoluto esa deriva brusca en su final. Ese golpe de timón y ese cambio de rumbo y de registro hacia un género que nada tiene que ver con lo que nos habían mostrado hasta entonces. Cada género y cada subgénero tiene unas reglas preestablecidas y no se pueden saltar a la torera así como así. Y cuando se mezclan, ha de hacerse con mucho tiento y sensibilidad, trasladando al espectador sin que él mismo se percate de ello.
Y eso me parece que le pasa a esta película. Ha querido ser comedia romántica en la mayor parte de su metraje y ahí funciona muy bien pero ha pretendido irse a la screwball, así parece, de golpe y porrazo y no puede ser. En la absurdidad de la screwball también existe una lógica interna que si no nos lo muestran desde el principio falla en su mensaje final.
A pesar de todo la película se ve con placer. Y los mafiosos no son los de Capra pero bueno...