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Llegan los bribones (1960)

Llegan los bribones
101 min.
7,0
150
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Película completa (ITALIANO)
Sinopsis
Gioia, (una rubia Anna Magnani) intenta por todos los medios pasar la noche de fin de año celebrándola adecuadamente. En cambio, se encontrará junto a Umberto Vernazzi (Totò) llamado Infortunio, que se ve obligado a ser el cómplice de Lello, un carterista que ha decidido aprovecharse de la confusión de las celebraciones colectivas para conseguir robarles las pertenencias a los invitados de las fiestas en las que los tres, se van encontrando. Gioia, sin ser consciente de ello, se interpondrá en sus planes. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Risate di gioia
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Alberto Moravia
Links
9
La noche de fin de año acompañado por Monicelli.
En primer término debo agradecer el visionado de esta película a la filmoteca de Galicia. Gracias por incluirla en vuestro programa.
No me explico como esta película no ha tenido una mayor repercusión en España. Estas palabras quedan refrendadas por el número de personas, 50, que han valorado esta película hasta el momento en el que publico esta crítica.
A la gran mayoría que desconoce esta genial película,dividida en dos actos, debo decir que debería ser de obligado visionado para aquellos que quieran pasar un rato agradable. Es aquí dónde las risas dan la mano al buen cine. Un argumento sencillo, sin artificios, nos lleva a una sucesión de escenas en las que la sonrisa forma parte de su esencia, en las que saber que maravilla se esconde tras la próxima curva constituye tu mayor placer ; como quien no para de pedalear deslumbrándose por todo aquello que le depara cada subida y cada bajada. Dibujándonos un final incierto del que sólo intuyes que lo trágico les espera a los tres protagonistas de la historia. No puede ser de otra manera. Pero Monicelli lo consigue y nos desdibuja un final trágico en una mera parada del destino y nos hace seguir adorando a Gioia Fabricotti (Anna Magnani) y a su inseparable amigo. Nos hace imaginar una vida de altibajos, de infortunio o de suerte, de peleas o de reencuentros, de momentos alegres o tristes... pero siempre quedará en el horizonte la imagen perpetua de aquella tierna amistad de dos personajes desamparados en un mundo quizás, demasiado cruel.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Anna Magnani y Totò de Nochevieja en Roma.
209/21(27/07/23) Entrañable comedia italiana, de las cautivan por sus protagonistas perdedores que afrontan la vida con ilusión, a pesar de los golpes les dan, y en esto el director romano Mario Monicelli lo borda a lo largo de su prolífica filmografía como lo demuestra en films como “Rufufú” o “A caballo de un tigre”, aquí esto lo engrandece con las actuaciones prodigiosas de dos de los mitos transalpinos, Anna Magnani (nominada dos veces al oscar como Actriz Principal, por “la Rosa tatuada” y “Viento Salvaje”, ganándola por la primera)y Totò, dos clásicos italianos que habían trabajado durante años de pareja en vodeviles por los teatros del país con forma de bota, y sin embargo esta fue la primera y única vez que coincidieron en cine (la Magnani puso reparos a Totó por que le pudiera quitar protagonismo, aunque luego durante el rodaje tuvieron química, compitiendo por ser más graciosos), les acompaña el actor neoyorkino de origen italiano Ben Gazzara (elegido por la Magnani por haberlo conocido en sus rodajes en USA; le tuvieron que doblar; recién salido de su papel protagónico en "Anatomy of a Murder"). La película adapta dos cuentos del gran Alberto Moravia (“Dos mujeres”, “El desprecio”, o “El conformista”), “Risate di gioia” y “Ladri in Chiesa”, en un guión escrito por Monicelli, junto a los maestros de la comedia Agenore Incrocci (“Rufufú” o “El Bueno, el feo y el Malo”), Furio Scarpelli (“La Gran Guerra” o “Todos a casa”), la guionista fetiche de Vuisconti, y Suso Cecchi D'Amico (“Rocco y sus hermanos” o “El Gatopardo”). Para una comedia de humor negro que transcurre entre el último día del año y el nuevo, con epicentro en la Nochevieja en Roma, dónde al trio protagonista le sucederán todo tipo de desventuras agridulces, primando la picardía, los desencuentros, los malentendidos, en un reflejo de la naturaleza humana, reflejada en unos personajes enternecedores en sus virtudes y defectos, muy humanos, llegando a empatizar sobre todo con los veteranos Magnani y Totò, conmoviendo su relación, llegando a su rush final con un gran sabor de boca cinéfilo en la ternura que desprenden.

Una actriz que trabaja como extra en Cinecittà, Gioia Tortorella (Magnani), es invitada en Nochevieja a una fiesta a la que va ilusionada (incluso se tiñe el cabello de rubio platino, cuando solo ha sido llamada por no ser 13 en el sarao; su amigo de trabajo de extra, Umberto ‘Infortunio’ Pennazutto (Totò), hecha sus horas extra estafando a seguros, accede en Nochevieja a ayudar a un ladrón (recién salido de la cárcel) de guante blanco (carterista y descuidero), este es Lello (Gazzara), aunque se arrepiente ‘Infortunio’ de ser cómplice.

Es un argumento lineal en que los protagonistas se ven inmersos en un devenir de acontecimientos encadenados, que los arrastran por la Nochevieja en diferentes situaciones. Con Umberto coaccionado por el intimidante Lello, mientras Gioia cree haber encontrado el amor en el joven ladrón, cuando este es solo un interesado manipulador con mucha labia para engatusar a unos y otros, y en sus redes caen de diferentes formas los dos protagonistas. Giogia y Lello mantiene una relación cargada de ambigüedad, no terminamos de saber de los sentimientos reales del hombre, lo que aporta complejidad.

Hay un reguero de escenas que se mueven entre el humor y el patetismo, en un desarrollo ágil, donde sobresalen algunas centelleantes momentos. Con ese inicio con el conductor de metro (el mago cómico galo Mac Ronay) que curra en Nochevieja, saliendo de su pisucho, donde la mujer le dice que celebraran la fiesta a la noche siguiente cuando libre, y cuando sale comienza a sacar toda la comida para una gran cena y le dice a la madre sobre la mentirijilla a su esposo: ‘Ojos que no ven corazón que no siente’. Este personaje solo aparecerá más cuando Gioia es engañada para tomar el vagón equivocado; Ese homenaje al mundo del cine, cuando vemos el rodaje en Ci¡necità de un film peplum religioso donde entra las extras la protagonista grita ‘Milagro!. Esto entroncará hábilmente con el clímax del film en una Iglesia; Como ese número de comedia de music-hall que se marcan Gioia y Umberto tras recibir un premio, que hay que ver en el contexto real de los dos intérpretes que los encarnan, dueto verídico que actuó por toda Italia; Cuando ‘Infortunio’ y Lello quedan atrapados en medio de una calle romana donde los vecinos lanzan todo tipo de objetos por las ventanas, y deben esconderse bajo techo para no ser variados por algún mueble. Esto es una costumbre real, sobre todo del sur de Italia, donde te deshaces de las cosas viejas para iniciar el nuevo año; Esa pareja que conocemos en el sarao EUR (¿?), donde él utiliza de gancho a su hermosa pareja para atrapar a incautos, muy gracioso como para comunicarle la alianza con Lello y Umberto, este se acerca a donde baila con la ‘presa’, lo hace bailando con Umberto, susurrándole que hay mucha guita en juego y hasta podrían sacar una televisión!; Cuando el estadunidense (Fred Clark) con la Magnani decide emular a la voluptuosa Anita Ekberg y Mastroiani bañándose en la Fontana Di Trevi del popular film felliniano “La Dolce Vita” (estrenado este mismo año 1960, ocho meses antes que este); El tramo en el palacio con los aristócratas germanos en la fiesta, con Umberto comiendo copiosamente mientras cuestiona a los anfitriones sobre su ‘participación’ en la Segunda Guerra Mundial; Tenemos la vigorosa declaración de Lello sobre su ‘profesión’ de ladrón, una declaración de intenciones, que en realidad es un dardo contra el sistema social (quejándose de que unos nazcan ricos y otros pobres ¿?), cargado de sentimiento y carácter. Aunque en mi mentalidad no me crea empatía, pues siempre existe la posibilidad de buscar un trabajo honrado y no tomar la vía fácil; también hay divertido running-gag sobre que no tiene dinero para coger un taxi, gag que se estira con acierto hasta el final.
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