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Shin Chan en Australia. Tras las esmeraldas verdes (2019)

Shin Chan en Australia. Tras las esmeraldas verdes
100 min.
6,1
103
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Sinopsis
Misae propone que toda la familia viaje a Australia aprovechando una oferta de luna de miel. Así, los Nohara llegan a una isla prácticamente inexplorada donde una leyenda habla de un novio que será entregado a una princesa a cambio de un tesoro. Una noche, una misteriosa tribu de enmascarados rapta a Hiroshi, a quien han identificado como el «novio». Misae sale con Shin chan y Himawari en busca de Hiroshi, pero se tropieza con Indiana Junko, una cazatesoros que también trata de localizar al «novio» para hacer la ofrenda por su cuenta y llevarse el tesoro. El problema es que ella no es la única, ya que varios cazatesoros persiguen un objetivo similar. ¿Lograrán Misae y Shinnosuke alcanzar a Hiroshi antes de que sea demasiado tarde?
Género
Animación Infantil Comedia Infancia Manga
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Crayon Shin-chan: Honeymoon Hurricane - The Lost Hiroshi
Duración
100 min.
Guion
Fotografía
Animación
Compañías
Grupos
Shin Chan
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6
100 MINUTOS DE SANO MAMARRACHISMO
La lista no es corta: Son Goku. Doraemon. Pikachu. Lupin III. Detective Conan o Los caballeros del zodiaco... Si a fecha de hoy existe otro icono oriental que aspire a prolongar indefinidamente la longevidad de su vida cinematográfica -tras la muerte de su creador original, el mangaka Yoshihito Husui-, ése es el hiperactivo (y perpetuo criajo de 5 años) Shinnosuke Nohara. O Shin Chan, para entendernos mejor.
La fórmula no se sujeta a sorpresas ni a revolucionarios cambios: los bailecitos del helicóptero y el 'culito, culito', la latente impertinencia y los ramalazos de moderada perversión sexual, la surrealista galería de personajes ridículos y el obvio aditivo hipervitaminado al argumento (ejem) de las incursiones en la pantalla grande -y con ésta ya van 27- de la Familia Nohara con su acostumbrada trama de acción, aventura y mitología fantástica (¿??), en un lisérgico batiburrillo entre las persecuciones postapocalípticas de Mad Max, el espíritu indómito de Indiana Jones -perdón, de la arqueóloga Indiana Gafe- y los sacrificios humanos a un koala gigante que remite directamente a ya sabes quién.
100 minutos de pura tontería en 2D y sano mamarrachismo.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Love Love Fire
La nueva aventura de los Nohara nos transporta a los confines de Australia, una tierra plagada de misterios y tesoros, para celebrar la luna de miel que Hiroshi y Misae nunca pudieron tener. Pero, como es habitual, la isla tiene otros planes para la familia, viéndose involucrados en los arcaicos ritos de una civilización enmascarada, una carrera por conseguir una ansiada esmeralda entre cazadores de tesoros y un rapto que pondrá a prueba el amor conyugal de los padres de Himawari y Shinnosuke. Una trepidante empresa dirigida por Masakazu Hashimoto que supone la película número veintisiete del popular anime japonés.

Con una dirección que sigue las pautas oficiales de la franquicia, pero con una animación más refinada, Hashimoto nos sumerge en la búsqueda del tesoro, el cual no es ni el dinero, ni las piedras preciosas, sino la perduración del amor como elemento más valioso sobre el que da vueltas como un gallo cortejando a una gallina olvidada y vieja que es el matrimonio. El guion de Munenori Mizuno y Kimiko Ueno pone en práctica desde el minuto uno la necesidad de reavivar la llama del amor en una pareja duradera para que no se apague, creando un preludio donde Hashimoto hace la puesta en escena de la aventura y los personajes antes de que suceda el legendario opening en slow motion de las películas. El director encuentra influencias en populares sagas de aventuras, a las que les hace su respectivo cameo, como Indiana Jones.

La en ocasiones absurda y en ocasiones ingeniosa y picante comedia emblema del universo de Shin-chan sigue funcionando y provocándome alguna carcajada, adaptando el tiempo a una contemporaneidad real incluyendo elementos como smartphones que, a pesar de no tener demasiado peso en el argumento, refresca, junto con el estilo de animación, una saga asociada temporalmente al pasado. La concepción caricaturesca de sus personajes, tanto los antiguos como los nuevos, no tiene en esta ocasión tanto esmero, especialmente la de unos antagonistas y personajes secundarios como Junko que rara vez resultan interesantes al contrario que en películas pasadas, hándicap que estanca algunos puntos clave de la historia. El gag cómico que se repite una y otra vez sobre Junko y la poca dicha que tiene, es insípido y demuestra esa nula construcción de un personaje que, como digo, no tiene la suficiente carisma ni fuerza para guiar a los personajes principales hacia la aventura, terminando aburriendo en ocasiones. Por otra parte, los antagonistas, la tribu enmascarada, tampoco supone una amenaza real como villanos anteriores del tipo de Karakaka en Shin chan y la ambición de Karakaka (Mitsuru Hongo, 1995) o El Maligno de Shin chan en busca de las bolas perdidas (Keiichi Hara, 1997), por poner dos ejemplos.

Las escenas de acción, pocas y nada vistosas respecto a lo que estas películas acostumbran, no crean un incipiente o grado de tensión adecuado por la problemática de los antagonistas, así como la ambientación australiana que únicamente se puede corroborar por diálogos y por los koalas que tanta importancia adquieren en la aventura. Desde el planteamiento se expone cómo se va a desarrollar la historia gracias a un diálogo de Nené, a raíz del cuál Hashimoto comienza a enfangar la relación de Hiroshi y Misae en una muy divertida puesta en escena del escenario que nuestros personajes recorren, cómo no, liándola parda, poniendo sobre la mesa el motor de la película (la leyenda de la extraña esmeralda), la causalidad (la aparición de Junko, cazadora de tesoros) y el detonante (el conflicto interpersonal en torno a la relación conyugal). Es muy bonito cómo los diálogos fluyen naturalmente, pasando del amor al odio a raíz de malentendidos, con escenas humorísticas infalibles como el sensual baile de Hiroshi.

Los colores vivaces y la dirección dinámica acompañan un ritmo rápido y adecuado que, junto al humor, que te puede gustar o no, hace una película muy agradable de ver para pasar el rato. No estando acostumbrado a los actores de doblaje japoneses, he de decir que me han sorprendido gratamente, aunque el doblaje castellano suma muchos puntos a los chistes y gags cómicos (que en muchas ocasiones adaptan) respecto al original.

No es de las mejores películas de Shin-chan por el incremento tan sustancial de personajes carismáticos con su humor característico, pero funciona como ameno recreo con un bonito mensaje sobre la restauración del amor. Como anécdota, me ha matado que Shinnosuke bautice a un emú como ‘Kazama’ y diga que es ‘fácil de montar’. (6.5).
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4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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