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Te veré en mis sueños (1951)

Te veré en mis sueños
110 min.
5,0
35
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Historia del escritor de canciones Gus Kahn (Danny Thomas), centrada en la relación del compositor y su mujer Grace (Doris Day). (FILMAFFINITY)
Género
Musical Romance Biográfico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
I'll See You in My Dreams
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1952: Globos de Oro: Nominada a Mejor película musical o comedia
1952: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a Mejor director
1952: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión musical
6
El hombre que subió a la cima con una gran patada
El director, Michael Curtiz, no se sentía muy entusiasmado con este nuevo proyecto de seudo-biopic semimusical. Bien seguro que él olió, como nosotros, ese aroma a “ya sé lo que sigue” con que se escribió, <<TE VERÉ EN MIS SUEÑOS>>, pues, los clichés van y vienen a lo largo de la trama: Ahora renuncia, pero ese es su camino… Eso va para matrimonio… Tendrán varios hijos y los veremos bañándolos o acostándolos… Enseguida lo invitarán a cantar… Esa chica hará sentir celos a su esposa… Le harán un homenaje con muchos invitados…

Para empeorar las cosas, todo parte de una biografía escrita por la esposa del personaje protagónico (Grace Kahn) quien, como leal –que no objetiva- cónyuge, escribe de tal modo que parezca que a su marido casi le salen alas, mientras ella queda recreada como la gestora -de principio a fin- del éxito que aquel obtuvo. No por nada, cuando vio el filme el día de su estreno, ella le envió la más agradecida carta a la productora Warner Bros., por los favores recibidos.

Con todo –y contra todo esto-, Michael Curtiz ha logrado que este filme tenga su encanto. Primero, porque goza de unos diálogos precisos, elocuentes y con encantador gracejo (“Hay quien está capacitado para escribir poemas y hay quien está capacitado para fabricar platos”. “Hay cosas en el corazón de un hombre que jamás salen en un cardiograma”. “Y la bastedad de su carácter pesará tanto que os arrastrará”…). Después, cuenta con un reparto bien puesto, donde los secundarios, Frank Lovejoy, Mary Wickes, Patrice Wymore y James Gleason, rebozan de gracia y personalidad. Enseguida, el padre de Grace nos da un nombre para recordar: Elizabeth Barrett Browning; y, por último, el filme contiene una carga de ironía que divierte porque da en el blanco: “Solamente, Al Jolson, podría sacar adelante algo así”. –Sostiene la estrella de las Follies de Ziegfeld, Gloria Knight, cuando Khan le enseña una canción que es pura cursilería; y ésta otra que le dice, Walter Donaldson a Gus Khan, cuando ambos parecen repugnarse, es encantadora: “No vayas a dejar que el nimio detalle de que nos odiemos pueda separarnos”.

Director, siempre en la mira de Jack Warner para dirigir las historias de figuras sobresalientes de la farándula, Michael Curtiz volvió –sin que él mismo lo creyera- a abonarle a la productora casi dos millones de dólares (cifra que le sacaba sonrisas a los emigrantes polacos) por esta recreación semi-ficticia de la vida del compositor de origen alemán, Gus Khan (Gustav Gerson Khan), quien impuso un sartal de canciones en la radio, escribió música para numerosos filmes musicales, y creó exitosos espectáculos para los escenarios de Broadway en las primeras décadas del siglo pasado. No obstante, al estar basada en la biografía escrita por su esposa, Grace LeBoy (de soltera), uno no puede dejar de sentir que hay un gran esfuerzo para que sea ella el centro de la historia (beneficio para Doris Day), y su manipulado esposo (Danny Thomas) quede como el hombre que subió a la cima con una gran patada.

No creo que vayan a encontrar sorpresa alguna, pero de seguro se van a divertir.
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Canciones del ayer y del hoy
Totalmente injusta la nota que recibe este musical biográfico en esta página. Me hace lamentar y temer que disuada a muchos posibles aficionados a acercarse a ella, lo que sería una lástima ya que se perderían un bonito repaso a la figura de uno de los grandes compositores letristas de la primera mitad del siglo XX, Gustav Khan.
Sólo por escuchar las excelentes canciones que se nos muestran aquí, creo que ya merecería la pena verla.
Grandes clásicos que todos hemos oído en muchísimas ocasiones, aun sin saber a quién pertenecían, Gus puso letra a cientos de canciones, alcanzó el estrellato en Broadway y conquistó aquellos primeros años del cine.
He estado intentando leer algo sobre este hombre por estas páginas y, la verdad, poca cosa hay. Al parecer para llevar esta historia a la pantalla se basaron en una biografía escrita por su esposa Grace (a la que en la ficción da vida Doris Day), que supervisó personalmente la adaptación a la misma.
Y por supuesto se nota ya que la historia parece relatada desde el punto de vista de ella. Su andadura parece comenzar cuando la conoció y gracias a ella, se dio a conocer. También a lo largo de casi todo el relato pende la sombra alargada de su esposa ya sea para gestionar sus éxitos y fracasos, para insuflarle coraje o para decidir qué camino hay que recorrer y en qué dirección. Casi se diría que era su mánager a la vez que su esposa, lo que le reprochan en más de una ocasión a lo largo de la película y da origen a varios conflictos dentro del matrimonio.
Si a eso le añadimos el potente carisma y la fuerte personalidad de Day dando vida a esta mujer frente al bastante más apagado Danny Thomas, podremos explicarnos la razón por la cual esta biografía parece pertenecerle más a ella que a él. Creo que un actor con más presencia o más carismático podría haber beneficiado al film aunque Thomas no lo hace nada mal tampoco.
También debemos tener en cuenta que la película está pasada por el tamiz de la idealización y cierto sentimentalismo made in Hollywood indudablemente. No hay lugar para dramas excesivos (se arruinaron con el crack del 29) ni para escenas polémicas o escandalosas. Se pasa muy de puntillas por todo lo que huela a desavenencia o crudo conflicto, aunque Curtiz no deja de señalarlas con disimulada sutileza si les apetece buscarlas.
Esta es una de esas películas para admirar y gozar de la música pop de aquella época que, por cierto, si comparamos esas letras con las de las canciones de ahora es para flipar. ¿Qué opinaría Gus de las actuales letras si pudiese oírlas?. Para partirse la caja, oye.
Los secundarios son buenos y otorgan mayor interés al film. Frank Lovejoy está inmejorable en su papel del socio de Gus con el que trabajó en su mayor parte. Tenemos también un buen papel para Mary Wickes como criada de la familia o James Gleason en el de editor.
Y luego están las canciones que Day interpreta maravillosamente con su gran voz y versionadas una y otra vez.
"It had to be you", "Makin Woopee". "Pretty baby", "Love me or leave me" o la que da título a este film entre otros.

Finalmente, la mano de Curtiz, que sin ser de sus grandes trabajos hace una buena labor, ajustando, insuflando carácter, humor y armonía en su justas dosis a un género ya de por sí muy complicado. Las biografías siempre me han parecido difíciles de trasladar a la pantalla. Si se muestran demasiado realistas lo más probable es que aburran, pocos tienen en su haber una vida lo suficientemente apasionante para encandilar al personal en toda su trayectoria. Si mienten en exceso (y esta es excesivamente happy) también los aficionados pueden sentirse defraudados.
Pero la música es tan agradable que siempre y en cualquier momento va a resultar un placer escucharla. No se amilanen por esa absurda nota. No es una obra maestra pero, !por favor!. Truños biográficos bastante más bochornosos han sido premiados con mejor calificación sin merecerlo.

PD. The Mamas and the Papas tiene versiones de este artista. Una gozada oírles.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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